Una mala imitación de Trump

Una mala imitación de Trump

Por: Nelson Castro. Así describió a Javier Milei el prestigioso semanario británico The Economist por su papel en el escándalo de la criptomoneda $Libra.

El criptogate sigue produciendo conmoción tanto al interior como al exterior del Gobierno. El impacto es fuerte. Esta vez entraron las balas. No hay evidencia –hasta aquí–, de que el Presidente se haya beneficiado económicamente de esta maniobra irregular. De lo que no quedan dudas, en cambio, es que su participación activa en ella hizo la diferencia. Estos casos son como una caja de Pandora: nunca se sabe cuántas cosas sorprendentes e impactantes se terminarán destapando.

Por lo pronto, hay que decir que Javier Milei no puede esgrimir ignorancia sobre lo absolutamente improcedente de su accionar, en medio de una historia en la que hay personajes grises que generan inquietud.

Uno de ellos es Hayden Mark Davis, CEO de Kalsier Ventures, una empresa dedicada a la consultoría en criptomonedas e inversiones digitales. Davis señaló que el Presidente no había cumplido con algunas de las cosas que había prometido hacer. ¿Cuáles? Una de las cosas que, por su condición de economista, Milei conoce, es lo que se llama “insider information”. Para quien desconozca el significado de este término hay que explicar que se denomina así a la información sobre una empresa que no está disponible públicamente, cuya posesión puede dar una ventaja injusta a quien la tenga.

Vayamos al caso que nos incumbe para graficarlo. El Presidente promocionó –o, como él dijo, difundió– por medio de un posteo en la red X la criptomoneda $Libra, cuya supuesta finalidad era la de ser fuente de financiamiento para empresas argentinas. Los responsables del proyecto eran Hayden Mark Davis, Julian Peh y Mauricio Novelli, con los que Milei había mantenido reuniones en el pasado. A partir del posteo del Presidente, el valor de la criptomoneda se disparó, registrando así una suba exponencial que fue de corta duración, ya que en apenas cuatro horas la moneda perdió casi el 90% de su valor.

Milei había recibido a Davis en la Casa Rosada el 30 de enero pasado. En ese momento, Davis era ya una persona controvertida en el mundo de las criptomonedas. ¿Alguien chequeó eso?

El episodio no está en pleno desarrollo. Sin embargo, ya ha dejado secuelas aquí y en el mundo, el ámbito en el que Milei se siente más cómodo y en el que sigue generando atracción. El artículo de The Economist es una muestra. “Milei enfrenta el primer gran escándalo de su presidencia” señala en una línea de la nota en la que se agrega luego: “El Presidente trató de distanciarse del proyecto, insistiendo en que su cargo no constituye un respaldo. Dijo que actuó de buena fe y que ‘no estaba familiarizado con los detalles’. Curiosamente, su oficina dice que habitualmente respalda empresas”. Y termina diciendo: “La saga $Libra muestra que no toda imitación de MAGA es una apuesta segura”.

¿Por qué el Presidente se comprometió e insistió tanto en impulsar un proyecto impulsado por algunos desconocidos y otros cuestionados? Él mismo, se definió como un tecnoentusiasta que suele apoyar nuevos talentos. Su personalidad avasallante no le permitió advertir que estaba ante personas muy complejas, algunos sin huella digital en Google y otros con referencias más complicadas. ¿Nadie pudo advertirlo? La respuesta es sí. Su entorno falló y hasta facilitó su involucramiento con estos personajes, pero desde la industria cripto local existieron voces calificadas que, vía red social X, encendieron luces de alarma cuando se enteraron de lo que estaba sucediendo. El Presidente los ignoró.

El universo fintech y, especialmente el cripto local, ve con buenos ojos las políticas de desregulación de este gobierno. Sin embargo, estallaron de furia cuando el escándalo Libra terminó manchando a todos. Es que no todos son lo mismo. Existen en ese mundo relativamente nuevo, empresarios serios con proyectos serios que sí tienen intenciones de ayudar y aportar al crecimiento del país. Sucede que no han podido ni pueden acceder al Presidente. La Cámara Fintech de Argentina –entidad que reúne a los principales empresarios del sector– publicó un tuit donde pone a disposición del Presidente todas las herramientas para reunir a los principales talentos de la industria para seguir trabajando junto al Gobierno –algunas funcionarios sí los han recibido– “con el objetivo de profundizar el desarrollo de un sector que digitaliza y dinamiza la economía y emplea a más de 40 mil personas”. Teléfono para el hombre de la motosierra. Un ejecutivo de una de las empresas de intercambio cripto –de las top tres locales– se lamentó de que el Presidente y su entorno más cercano no se hayan sentado con los referentes de la industria para profundizar sobre sus proyectos.

Javier Milei conoció a Hayden Davis en el Tech Forum organizado por el también denunciado y cuestionado Mauricio Novelli. Dicho evento no está entre los principales del mundo fintech. Durante el 2024 el primer mandatario ignoró eventos serios y con trayectoria comprobable que se desarrollaron en la Ciudad de Buenos Aires, como el Argentina Fintech Forum y Labitconf. Ambos tuvieron lugar en el segundo semestre. Tampoco tiene entre sus fuentes de consulta a personas idóneas en el conocimiento del mundo blockchain como la ONG Bitcoin Argentina, entre otros. Milei no es arquitecto, ni abogado, ni médico. Es economista. Por más que haya declarado que no es un experto en el mundo cripto, no debería ignorar –al menos– los contornos y jugadores serios que se mueven en ese ámbito. La Justicia determinará las responsabilidades y tendrá la última palabra sobre este escándalo que dejó muy mal parado al Gobierno. Mientras tanto, el entorno presidencial debería poner las barbas en remojo y ayudar al líder libertario a rodearse de gente idónea.

El uso político del caso que han hecho personajes de la política de distintas bancadas ha resultado, al menos, curioso. La lista de diputados, senadores y otros exfuncionarios grises del kirchnerismo que han salido públicamente a condenar al oficialismo rasgándose las vestiduras por el espanto, no deja de llamar la atención. No les causaron el mismo espanto los billetes de la Rosadita, los negocios de Hotesur y Los Sauces, los bolsos de López y tantos otros hechos que aún se siguen investigando. Por lo pronto convendría que recuerden que la Justicia ya tiene una condenada: Cristina Fernández de Kirchner. La doble moral del kirchnerismo sigue siendo su sello. Deberían mirar hacia el interior de su gestión antes de blandir las banderas de la honestidad y las buenas costumbres.

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