En los correos en poder de la justicia quedaron rastros de la maniobra de autopréstamo confirmada por la Procelac.
Un total de 117 mails quedaron alojados en el aparato Blackberry que utilizaba el ex ejecutivo del Morgan, algunos de ellos con adjuntos que no pudieron ser recuperados, tras una pericia realizada por Gendarmería Nacional por instrucción del juez Sebastián Casanello. Son correos internos con información confidencial de las operaciones y algunos dan cuenta de la estructura montada para lavar dinero para sus clientes de banca privada. Ante Casanello –en la única declaración indagatoria que prestó Arbizu desde 2008, cuando decidió autodenunciarse para evitar un juicio de extradición a los Estados Unidos– explicó en detalle la operatoria "back to back". Puso como ejemplo el caso de la Editorial Ángel Estrada y Cía SA. En sede judicial, afirmó que el propio Zsolt Agardy, entonces presidente de Estrada, era beneficiario de una cuenta cuyo titular era una empresa offshore denominada "Argentine Develope Investiment" (ADI), en la cual mantenía un saldo promedio de U$S 35 a 40 millones por fuera de la órbita del fisco.
Dijo que en 2008, Estrada necesitó inyectar U$S 10 millones como capital de trabajo, pero no con una transferencia directa desde su sociedad offshore a una cuenta corriente en Argentina, ya que podría despertar alarmas entre los organismos de control. Allí afirmó que intervino el banco y "congeló" unos 12 millones de dólares de la cuenta de ADI en Nueva York, a través de la gestión de Norma Caba y Jeannette Bueno, del área Banca Privada. Lo que siguió de su declaración sobre el "autopréstamo" como forma de lavado fue parte del hallazgo de la Procuraduría Antilavado, sobre la base de un trabajo coordinado entre las Áreas Operativas de Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo y Fraude Económico y Bancario.
Casanello, en el marco de la causa 4334 ("Autopistas del Sol SA sobre averiguación de delito"), requirió a los Estados Unidos y a los organismos fiscales nacionales información con respecto a las empresas que están vinculadas a operaciones sospechosas de delito económico. En la denuncia original de 2008 se contabilizaron 469 grandes corporaciones y las mayores fortunas de la Argentina como clientes de JP Morgan. Entre los apuntados se encuentran AUSOL, Petrobras, los ex ejecutivos del Exxel Group, los empresarios Carlos Ávila y Ricardo Fort, y el ex embajador menemista Emilio Cárdenas.
Hasta ahora, Estados Unidos mantiene una férrea negativa a colaborar y todos los exhortos han caído en vía muerta a la espera de una respuesta. «
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