El candidato republicano no logra recaudar y es opacado por la aceitada maquinaria de Hillary
El multimillonario que quiere ser presidente tiene problemas de plata.
Cuando faltan menos de cinco meses para las elecciones presidenciales de noviembre próximo en Estados Unidos , la campaña del magnate inmobiliario Donald Trump , el virtual candidato republicano, tiene menos dinero que la de otros candidatos que quedaron en el camino, como Ted Cruz o Bernie Sanders, y mucha, mucha menos que la de su rival, Hillary Clinton .
La campaña de Trump arrancó en junio con 1,3 millones de dólares en el banco, según los informes financieros presentados a la Comisión Electoral Federal. Hillary, respaldada por una campaña más profesional y pulida, tenía en cambio más de 41 millones de dólares en su cuenta, una clara ventaja de lo que será la elección más cara de la historia del país. "Un desastre", definió, categórico, el blog político The Fix.
La enorme diferencia financiera entre las dos campañas es, en rigor, un reflejo de un problema más amplio: Trump no ha terminado de organizar su campaña para afrontar la elección general.
Trump tiene una organización chica (70 personas, contra 700 de Hillary), apenas ha puesto atención a los estados clave (la campaña de Hillary ya ha comenzado a gastar millones en publicidad y en movilizar votantes) y, tal como quedó en evidencia, apenas ha comenzado a buscar a los donantes para recaudar dinero. Un dato: el principal gasto de la campaña de Trump en mayo fue en gorras con el eslogan "Make America Great Again" (Haz que América vuelva a ser grande).
"Es como mirar los gastos de una gira de una banda de rock fuera de control", escribió en Twitter Stuart Stevens, el estratega de Mitt Romney en la elección presidencial de 2012 y uno de los republicanos más críticos del magnate.
El vacío en las arcas de la campaña de Trump refleja, también, las dificultades para tener coordinación con el Comité Nacional Republicano. Usualmente, las campañas presidenciales y la cúpula del partido unen sus esfuerzos para recaudar fondos y desplegar personal, voluntarios y publicidades para todos sus candidatos. Pero Trump ha financiado gran parte de su campaña y ha prometido que lo seguirá haciendo.
"Si es necesario, puede haber dinero en efectivo ilimitado, ya que pondría mi propio dinero, como hice en las primarias", dijo Trump en un comunicado difundido anteanoche por su campaña. Había hecho una promesa similar a fines de mayo, en Twitter, al afirmar que tendría más dinero que ninguna otra campaña en la historia de la política porque su fortuna estaba detrás.
Los defensores de Trump recordaron lo que ocurrió en las primarias. A diferencia de sus rivales, Trump apenas gastó dinero en publicidad, algo que al final no importó gracias a que gozó de una excepcional cobertura televisiva. Trump dijo además que su campaña es más ágil y eficiente, "como debería ser el gobierno".
Pero los críticos del magnate advierten que una elección general es distinta de una interna y que Trump se enfrentará a la maquinaria de los Clinton y los demócratas, especialistas en elecciones presidenciales.
Hillary, de hecho, parece seguir con estricta disciplina un plan que busca sacar una rápida ventaja en el verano y navegar luego, durante el otoño, hasta la elección. Ayer, en un discurso sobre política económica en Ohio, uno de los estados donde se definirá la elección, volvió a "deshilachar" a Trump, al que pintó como un fraude, un empresario que se enriqueció a expensas de los demás, endeudándose y quebrando empresas.
"No tiene una verdadera estrategia para crear empleos más que una cadena de promesas vacías. Pero entonces tal vez no debamos esperar algo mejor de alguien cuyas palabras más famosas son: «Estás despedido»", disparó Hillary en su discurso.
Luego subió el tono: "No podemos poner a una persona así, con todas sus promesas vacías, en una posición de poder sobre nuestras vidas. No podemos dejar que quiebre al país como si fuéramos uno de sus fallidos casinos. No podemos dejarlo jugar a los dados con el futuro de nuestros hijos".
Hillary atacó todas sus propuestas y lo llamó en dos ocasiones "el rey de la deuda", un seudónimo creado por el propio Trump, que se vanagloria de endeudarse para hacer negocios. "Soy el rey de la deuda -respondió en Twitter-. Ha sido genial para mí como empresario, pero es malo para el país."
Un joven buscó matar a Trump
Un adolescente que fue detenido en Las Vegas durante un acto de Donald Trump cuando intentaba arrebatar su pistola a un policía confesó que su intención era disparar contra el propio magnate, de acuerdo con un documento judicial revelado ayer.
Según el informe se presentaron cargos contra Michael Steven Sandford, de 19 años, por un acto de violencia. Sandford habría viajado desde California para asesinar a Trump, un día después de hacer prácticas de tiro en Las Vegas.
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