Se trata del segundo “candidato” a concejal de la UCR que se presenta en forma testimonial en los últimos dos períodos.  El anterior, Marcos Nicolini, asumió como concejal y a los pocos meses se fue para ocupar un cargo en el Gabinete.  Ahora es Magnasco.  A menos de un año de asumir, se va, pero para su negocio.

El empresario fue parte del cupo que la oposición al kirchnerismo destinó a los agrolegisladores.  En medio de la disputa con el campo, la oposición creyó oportuno diferenciarse sumando gente de campo a sus listas.  Magnasco fue de esa partida. De los que pasaron del piquete de la Vasconia al recinto.    

El tiempo puso las cosas en su lugar: el hombre que alguna vez resonó como posible candidato a intendente y sucesor de Lunghi dejó la política porque lo reclamaban tiempo completo en la empresa que nunca dejó pero que atendía sólo medio día.

En su cuenta de twitter, presidente del bloque del Frente para la Victoria, Pablo Bossio, castigó duramente a su par.

“Invito a que lean las palabras del ex presidente del bloque de concejales UCR-FCyS, Atilio Magnasco, en la nota publicada hoy en El Eco de Tandil” escribió.

“Dice q quiere estar al lado de la gente. Pero aclara que ‘de la gente de su empresa’. Por eso la licencia. Tiene asuntos que no puede descuidar. Eligió su empresa y sus intereses personales. Nosotros elegimos estar con el pueblo. No somos testimoniales. Respetamos la voluntad popular”, señaló al mismo tiempo que remarcaba:

“Tal vez la función pública no sea su vocación. Hoy está clarito. Su interés es que su empresa no tenga dificultades y eligió”.

Bossio cerró con una frase de Atahualpa que encaja en el perfil del concejal radical y empresario tambero y su decisión.  “Las penas son de nosotros; las vaquitas son ajenas”, escribió el titular del FpV en su cuenta de Twitter.