Hace poco más de seis meses que el Dr. Julio Dunogent asumió la Dirección del Hospital de Open Door. En una charla con este medio, repasó algunos logros, habló de proyectos y realizó una fuerte defensa de la intendenta Rosso, a quien consideró “un lujo”.
- En Cabred hace falta más gente, como en el resto de los hospitales provinciales. No es algo exclusivo de Open Door. Hace un mes y medio me convocó el Ministerio de Salud de Buenos Aires para que planteara la estructura funcional que nos pareciera correcta. Quiere decir que en el Ministerio están abiertos a aprobar una nueva estructura. Y es conveniente que la elaboren los que están trabajando en ese lugar desde hace tiempo. El Hospital tiene 640 hectáreas y llegó a tener 5.000 internados; se autoabastecía, generaba su propia electricidad. Actualmente nos quedaron sectores productivos disponibles, pero no están funcionando. Para que esto mejore, es necesario que la Cooperadora del Hospital tenga la camiseta de Cabred puesta, algo que ocurre desde noviembre pero no sucedió siempre. Néstor Cabana, Daniel Forastieri y Raúl Alfonso, entre otros, es gente de una calidad que ayudará al Hospital. Con ellos sé que lo que se genera en el Hospital se vuelca al Hospital.
- ¿Cuál es la diferencia entre la estructura actual y la solicitada?
- En realidad, está funcionando una estructura similar a la pedida, pero no de modo declarado. Hay gente haciendo funciones que no están reconocidas. Por eso queremos llegar a ser un hospital de categoría “A” porque los beneficios son múltiples. En eso estamos todos de acuerdo y también el Ministerio, porque nos pidió nuestra opinión. El miércoles se mandó la solicitud definitiva y la estaban esperando. Son cuestiones administrativas que llevarán un plazo.
- El ministro Zin suspendió su visita pero venía a inaugurar la Panadería.
- Sí, en Cabred, como en la mayoría de los hospitales, hay servicios tercerizados. Esto quiere decir que se compran los insumos afuera. La cocina compraba el pan afuera, pero esa persona que lo vendía, casualmente de la Cooperadora, lo cedió para el Hospital. Son 20 mil pesos, no son 2 pesos. La Cooperadora está ayudando mucho. Hay pabellones que debemos reparar y esa entidad hizo un proyecto gratis con un arquitecto que los conocía. Su propuesta es original, con costos muy adecuados y acorde con las necesidades. Son cosas que no se ven y creo que hay que contarlas. Por eso también hago hincapié en retomar el compromiso de la Colonia con la comunidad. En ese marco es que se abrió la Sala de Emergencia.
- ¿Cree que son posibles los cambios?
- Mi padre fue director y yo nací en la Colonia. Si me preguntás por qué estoy como director, si en mi trabajo estaba bien, es porque creo que hay cosas que se pueden cambiar. No pretendo estar más de cuatro años. En dos años se pueden modificar algunas cuestiones y en los otros dos años se puede hacer que las cosas funcionen. En siete meses erradicamos el problema de los perros, solucionamos el tema de la red de agua potable, estamos arreglando las cloacas. No hay nada que ocultar. En Cabred hay que hacer como se hacen los jardines orientales. Se hacen los jardines y no los senderos, porque se mira por dónde camina la gente. Recién al año se los hace, después de ver por dónde se marcha. Por eso la gente que no aporta y es tóxica, que sólo quiere hacer negocios o son inescrupulosos, se irá depurando.
- Gremios y trabajadores afirman que el objetivo de la anterior gestión era el vaciamiento del Hospital. Después de asumir, ¿comparte esa sensación?
- Me encontré con un Hospital sumamente desorganizado. Y nos falta personal porque cuando alguien se jubilaba o moría, no era reemplazado, no les interesaba. Sabemos que hay crisis, pero luchamos por sostener una estructura.
-¿Qué ocurre hoy con los pacientes de Cabred? ¿Está claro qué tipo de pacientes debe alojar?
- Lo primero que hicimos al asumir fue consensuar con el equipo de Psiquiatría y Médicos Legistas qué tipo de pacientes tenemos capacidad para atender. Son los psicóticos, no menores de edad y no mayores de 65 años. Open Door es, justamente, un sistema escocés de puertas abiertas. En 1890 no había psicofármacos y por eso todo apuntaba al empleo, a la laborterapia y todo lejos de las ciudades. Hoy tenemos un arsenal terapéutico y así se logra contener a más de mil pacientes. Pero no es un sistema carcelario y por eso no podemos recibir convictos o tumberos, que en otros tiempos se recibieron. Tratamos de discriminar los ingresos con cordura.
- ¿Cómo explica aquellas denuncias que hablan de “desapariciones” de pacientes?
- Acá hay muchas facetas de un mismo problema. Lo que nosotros hicimos como una cosa de emergencia, es que la ambulancia salga dos veces por día al pueblo. Si hay algún paciente que está en situación de riesgo, o está deambulando, lo levanta y lo trae al Hospital. La ambulancia sale a las 11 de la mañana y a las 7 de la noche. Además repartimos una circular por todo el pueblo para que si los vecinos ven a pacientes en situación de riesgo o en una actitud sospecho, nos avisen. Quiero que la comunidad no piense que el Hospital Cabred es un problema.
- ¿El total de los pacientes actuales responde a las patologías que pueden atender en Cabred?
- Tengo remanente de pacientes. Por ejemplo, hay un geriátrico con pacientes de 85 años y esa gente no tiene a dónde ir. Tenemos pacientes psicóticos con HIV. Lo que nosotros tratamos fue de agruparlos y no de discriminarlos. Una manera de no solucionar los problemas es no verlos. Pero lo mejor es agarrar el toro por las astas.
- ¿Qué pasa con el campo de la Colonia?
- Hoy por hoy el campo no está arrendado. La idea es que lo maneje la cooperadora. Nosotros estamos solicitando que la cooperadora pueda hacer un manejo responsable. Todo para que podamos tener un ingreso económico que se vuelque en el Hospital. Muchas cooperadoras son nefastas. Pero yo sé que la cooperadora que tengo en este momento si tiene un millón de dólares y gasta más de un millón de dólares es porque lo ponen de su bolsillo.
- ¿En qué instancia está el proyecto de la planta depuradora proyectada en terrenos de la Colonia?
- La planta depuradora sería para todo el partido de Luján. Está el lugar designado y creo que están los estudios de Hidráulica, pero todavía no hay nada.
- Teniendo en cuanta los hechos policiales graves por distribución de drogas, ¿cómo manejan el control de los medicamentos?
- Eso fue anterior a mi gestión. Cuando nosotros llegamos eso estaba bastante acotado. De hecho están los sumarios correspondientes. Nosotros hicimos un catastro de medicamentos pabellón por pabellón. Eso es muy importante para ordenar. Cuando ingresé a la Colonia había bastante desorden administrativo. Con esto no estoy diciendo que había nada ilegal. Ese desorden favorece a que ocurran cosas que no son las que tienen que ser. En este momento hay un grupo de gente que está comprometido, como también hay otra gente que es muy tóxica. Creo que la verdad a la larga trasciende.
- ¿Para que las cosas funcionen sin trabas hay que andar bien con los gremios?
- Si vos hacés una gestión donde realmente te preocupás en que no haya corrupción interna, en que el dinero llegue donde tiene que llegar, en que los pacientes estén bien, no hay problemas con nadie. Y los gremios reclaman porque es lo que tienen que hacer. Magia no se hace, pero se están logrando cosas.
- ¿Cuál es la relación con la Intendencia de Luján?
- Si yo estoy como director de Cabred es, fundamentalmente, por la intendenta Rosso. Creo que sabe elegir a la gente, a pesar de que por ser una persona pública tendrá posiciones en contra. Para mí, la intendenta es un lujo para Luján. Tal vez muchos no lo puedan ver, pero yo sí. Es una persona que se planta ante un bingo y le dice que son un cáncer para Luján, a pesar de todo el dinero que se maneja. Hay que tener valentía. Fue y le dijo a Curtarsa que contaminaba el agua. A mí como médico me llamó la atención en los últimos años la cantidad de cáncer en vías biliares que aparecieron y son rarísimos. Y si hoy se puede instalar el Walt Mart es porque no coimean a sus responsables.
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