Docentes se manifestaron en la Legislatura debido a las agresiones en las aulas. Decadencia y agresión en las instituciones, una constante. Los testimonios.
Luego de salir a la luz los diferentes hechos de violencia que afectan a docentes de las escuelas de la provincia, como el caso del director de la escuela Nicolás Avellaneda, golpeado por un alumno y su padre, un nutrido grupo de maestros y profesores decidieron hacer escuchar su reclamo en la Legislatura por “más seguridad” en las aulas.
Las historias que contaron los docentes en cuanto a las situaciones de violencia que viven a diario con los alumnos, parecen ser parte de una escena de terror, pero pertenecen a la vida real.
Mariana Alonso, profesora de Matemáticas, contó su experiencia como docente suplente de la escuela Miguel A. Pouget, ubicada en Guaymallén.
“Hace un mes tuve una situación con un alumno que escapó del curso, por lo que salí detrás de él en busca de un parte de amonestaciones. Cuando el estudiante volvió a la clase, le llamé la atención y le avisé que le voy a realizar un seguimiento. El chico se enfureció y comenzó a insultarme a los gritos, luego me amenazó diciéndome ‘a mí no me vas a hacer nada, porque si no se te pudre todo’. Por suerte, lo escucharon varios profesores titulares, por lo que le pude hacer un acta de seguimiento. Pero al parecer este reclamo de disciplina poco fue escuchado, ya que el llamado de atención quedó en la nada. Ni la institución ni los padres se hicieron responsables de la actitud agresiva del alumno, y yo sigo trabajando con miedo”, contó la maestra de la Pouget.
En cuanto a las psicopedagogas, comentó que “no se hacen cargo de los problemas de conducta de los colegiales, por que declaran que ese no es su trabajo. Entonces, nosotras tenemos que hacer de docente, psicóloga y familia”.
Otra profesional, Sonia Casals, dijo estar inserta en "el sistema de violencia" que viven las instituciones educativas. La docente tuvo el desagrado de vivir una situación de forcejeo con un alumno, luego de que éste quisiera salir del dictado de clases por decisión propia, ante la negativa de la mujer, se enfureció y la tomó de los brazos. El hecho sucedió en el CENS de Atahualpa Yupanqui, ubicado en calle Salta de Godoy Cruz.
Agregó que su situación “es mínima al lado de las situaciones de violencia” que pasan sus colegas, donde “se ven sorprendidos con armas y distintos elementos cortantes”.
En cuanto al presidente de APRODE –Asociación Profesional Directivos Educación Media–, Alberto Spinelli, declaró que la situaciones por las que pasan los docentes “no tiene antecedentes”, alegando que “antes los alumnos, como máximo, decían una mala palabra, ahora te agreden físicamente y nadie hace nada. Hoy en día la escuela tiene que reeducar al alumno, porque desde su casa no reciben la mínima contención, entonces se vuele una tarea más que difícil”.
“La calidad de las escuela ha bajo y mucho, los alumnos cada vez estudian menos, porque hay una realidad y es que muchos de ellos no estudian en sus casa, entonces en las instituciones se les exige menos”, agregó.
El reclamo
Gabriela Blas, de ATE Eduación, se presentó en la Legislatura junto a otros docentes para presentar un petitorio ante la Dirección General de Escuelas por los diferentes hechos de violencia que se viven en las distintas instituciones educativas. Pide trabajar en la prevención de estas situaciones, que se tenga en consideración la seguridad del profesional y un aumento salarial.
Agregó que desea la implementación de la ley provincial 8.728 que implica multas, trabajos comunitarios y hasta cárcel para quienes agredan a un docente, ya sea agresión verbal, psicológica o física.
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