Banderas, remeras rojas, muñecos de Chávez, carteles con la imagen de Maduro con un corazón en la “a”, afiches de Simón Bolívar y el single de campaña “Dale alegría”, todo sirvió para acompañar el discurso final del candidato.
Desde Caracas
Como un déjà vu, así se podía percibir el cierre de campaña de Nicolás Maduro, el heredero político de Chávez, seis meses después de que hiciera lo propio el líder bolivariano en las mismas céntricas avenidas Bolívar, Leguna, México, Universidad y Fuerzas Armadas, nuevamente repletas de seguidores. A las horas de emoción que vivían los venezolanos por la pérdida del mandatario venezolano, se les imprimió el recordatorio de una fecha que quedará en la historia del país: el 11 de abril de 2002 se llevó a cabo un golpe de Estado que pudo frustrarse 48 horas después. Maduro llega favorito a los comicios del domingo frente al mismo candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, quien ayer realizó un último acto en el estado de Lara, en donde gobierna el ex chavista Henri Falcón y jefe de esta campaña bis en la que se vio a un Capriles más confrontativo.
Banderas, remeras rojas, muñecos de Chávez, carteles con la imagen de Maduro con un corazón en la “a”, afiches de Simón Bolívar y el single de campaña “Dale alegría”, todo sirvió de telón de fondo para la llegada en caravana del presidente encargado y candidato del Partido Socialista Unido de Venezuela. En el escenario apareció Diego Maradona vestido con camisa roja y la multitud gritó: “¡Diez, Diez, Diez!”, segundos antes de que se subiera el aspirante oficialista. “Aquí estoy, soy el hijo de Chávez, soy un hombre del pueblo, estoy listo para ser presidente (...). Los que quieran patria y los que quieran futuro, vengan con Nicolás Maduro.” El candidato adoptó un estilo similar al de su mentor en su retórica antiimperialista y antiburguesa, buscando esa conexión especial que tenía el líder bolivariano con sus simpatizantes dentro y fuera de Venezuela. El ex conductor de colectivo y sindicalista prometió gobernar, si triunfa el día 14, con el programa que redactó y dejó como testamento político el fallecido presidente para continuar en la construcción del socialismo.
Maduro arrancó favorito y no tuvo que salir a luchar contra la adversidad como debió hacerlo Capriles, señaló a Página/12 Luis Vicente León, presidente de la respetada consultora Datanálisis. La corta campaña, de diez días oficiales, resultó más efectiva, de acuerdo con su análisis, para el candidato de la Mesa de la Unidad Democrática, una alianza de partidos que incluye liberales, progresistas y ultraconservadores con diferencias internas. “Fue una campaña intensa, que empezó con una situación demoledora para la oposición en dos sentidos: porque venía de una derrota y porque el clima se inundó con la emoción por la muerte de Hugo Chávez. Pero Capriles pudo remotivar a su gente”, afirmó León. De acuerdo con los últimos sondeos de Datanálisis, se achicó la brecha entre Maduro y Capriles, que empezó con una diferencia de casi 20 puntos y ahora el candidato oficialista aventaja por diez puntos a su rival. ¿Será porque Capriles imitó el estilo de Chávez? “Hay un poco de eso, y además tiene que ver con la marca que dejó el hombre que gobernó durante los últimos 14 años Venezuela. Ningún político se podría ir muy lejos de los temas sociales. La derecha no gana una elección desde hace tiempo, y esto Chávez lo amplificó”, afirmó el consultor. No es casual que Capriles haya insistido con que mantendrá las misiones sociales que han permitido el acceso de los sectores populares a la educación, la salud y la vivienda.
Sin embargo, dentro de la MUD se destaca el liderazgo de María Corina Machado, quien por estos días estuvo en Rosario en el encuentro de las derechas de la región, y que en abril de 2002 apoyó al empresario Pedro Carmona, aunque ahora la desmienta. “Ella representa a un electorado marginal, menos del uno por ciento. No hubo propuestas de derecha en esta campaña”, insistió el presidente de Datanálisis, cuya consultora acertó en la proyección de octubre pasado, cuando Chávez le ganó a Capriles por once puntos.
La última encuesta de Gis XXI, que dirige el varias veces ex ministro de Chávez Jesse Chacón, reveló que un 55 por ciento del electorado apoyaría al militante izquierdista frente a un 44 por ciento que se inclinaría por su contendiente de la derecha.
Federico Oliosto, del partido Un Nuevo Tiempo dentro de la MUD, dijo a este diario que Capriles cambió la estrategia de campaña, porque con Chávez no se animaba a confrontar. “Ahora es mucho más agresivo y coloquial, cae en descalificaciones, usa un lenguaje casi chavista. Le dijo a Maduro ‘toripollos’ y ‘mentiroso’.” Otras fuentes de la oposición afirmaron que Capriles escuchó las críticas que le hicieron los dirigentes de los partidos de la alianza para que los convocara a formar el comando de campaña. Fue así que eligió al ex chavista Henri Falcón, al independiente Guillermo Aveledo y al dirigente de su partido Primero Justicia, Carlos Ocariz, como sus principales asesores.
Y es que la oposición no sólo perdió las presidenciales en octubre pasado: luego sufrió una aplastante derrota en las regionales de diciembre, al obtener tres de las 23 gobernaciones del país.
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