Inés Ragni y Lolín Rigoni marcaron un nuevo distanciamiento con la conducción nacional de Madres. Cuestionaron la relación con César Milani y la “destrucción sistemática” de la Universidad de la organización.
“Decimos inconsultas porque no se llamó, desde hace años, a un encuentro a las filiales. Antidemocráticas porque se le privó a los miembros de las filiales expresar su opinión. Soberbias porque demuestran el menosprecio, a más de 30 años de lucha en común”, agregaron.
Puntualmente manifestaron su rechazo a la cercanía del jefe militar Milani, acusado de ser cómplice del terrorismo de Estado durante la última dictadura militar, con Bonafini. A fines del año pasado Bonafini entrevistó al actual jefe del Ejército para la revista “Ni un paso atrás”.
También cuestionaron la “destrucción sistemática” de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo ante la posibilidad de que sea estatizada o que se convierta en un instituto. Un grupo de profesores presentó su renuncia tras el encuentro entre Bonafini y Milani.
“Seguimos declarándonos libres de palabra, acción y económicamente, somos parte de una minoría que trasformó lo individual en lucha social y política, con la sola herramienta del pañuelo”, remarcaron Ragni y Rigoni.
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