El PRO cree que no va a pagar el costo social de alejarse de los libertarios, en caso de mantener la postura, porque la gente está concentrada en la falta de resultados económicos y no en el apoyo amarillo a la Casa Rosada.
Por
CARLA PELLIZA
El PRO está a una “distancia considerable” de acordar con La Libertad Avanza y, como anticipó El Destape hace meses, la opción de ir a las elecciones en soledad está cada vez más firme. A diferencia de otros tiempos, el costo político de abandonar la colaboración ciega con el gobierno de Javier Milei no pareciera ser muy alto.
En el macrismo hay enojo, mucho. No solamente por el naufragio del proyecto de Ficha Limpia, boicoteado por el gobierno nacional, sino, sobre todo, por el destrato de los libertarios hacia el partido amarillo. El PRO acompañó al gobierno sin ninguna objeción, pero no encontró ningún gesto del oficialismo para demostrar su reconocimiento o agradecimiento.
Después de varios meses de idas y vueltas, el macrismo se cansó de no ser puesto en valor y, por eso, hoy por hoy, tomaron la decisión de ir separados. Como viene contando El Destape, Mauricio Macri planea hacer una buena elección en Buenos Aires, tal vez con un 13% de los votos (aunque para algunos suene optimista), otra en CABA con 20 puntos (quedando en tercer lugar), y ganar en Chubut y Entre Ríos.
Esa separación, esa “distancia considerable” entre el PRO y La Libertad Avanza no significa, sin embargo, rompimiento. Los quiebres nunca son definitivos, se recordó con el ejemplo del alejamiento entre Sergio Massa y Cristina Kirchner que, con el paso de los años, volvieron a integrar un mismo espacio.
Por lo tanto, los puentes no están rotos aunque el cortejo entre ambos no haya superado la primera cita. Lo cierto es que la relación está “muy distante” y eso conlleva consecuencias, alguna de ellas se sintió en la previa a la sesión preparatoria para elegir autoridades en Diputados.
El macrismo cuenta con una ventaja que no tenía a principio de año. Con el comienzo del gobierno de Milei, el electorado que acompañó a Juntos por el Cambio y apoyó al libertario en el balotaje le demandó, a Macri, la colaboración y garantía de gobernabilidad para que la Casa Rosada no la pasara tan mal en su primer año.
El escenario pre electoral
El paso del tiempo, para el macrismo, modificó esa exigencia y la sociedad no mira tanto la ayuda que pueda o no proporcionar Macri – tampoco su traición al proyecto libertario -, sino la economía. Las miradas, ahora, están puestas en los resultados que pueda conseguir Milei.
La analista de opinión pública y directora de Casa3, Mora Jozami, publicó un informe, en revista Seúl, donde explicó un poco esta nueva demanda de la sociedad. “La opinión pública valora la baja sostenida de la inflación, la reducción del déficit y la mejora del riesgo país. El Gobierno está cumpliendo con su principal promesa de campaña”, lanzó la consultora pero agregó que “se vuelve imperativo que muestre cuál es el plan para salir de la recesión, un plan que tenga efectos concretos en la vida cotidiana de los ciudadanos acompañado de un discurso que sintonice con la realidad de los argentinos”.
En el mismo sentido fueron los resultados de un sondeo, en noviembre, de CD Consultores. Al preguntar sobre las cuestiones positivas del primer año de gestión mileísta, la respuesta mayoritaria indicó la baja de la inflación. Al interrogar sobre las demandas para el año que viene, surgieron el despegue económico y la mejora salarial.
El estudio de Zubán Córdoba reflejó el mismo panorama. La virtud máxima del gobierno fue el control de la inflación, pero la más negativa fue el congelamiento de los ingresos, por lo tanto una gran deuda pendiente para encarar el año electoral.
El PRO coincide con esa lógica. Con encuestas en la mano, ve que el presidente solucionó el “principal flagelo”, la inflación, pero “falta que repunte el consumo”. Por eso, cerca de Macri no temen decir que “el año que viene se verá” si la tendencia se profundiza y si Milei intenta satisfacer la necesidad de la sociedad.
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