Mauricio Macri comenzó a sondear a los principales candidatos de Sergio Massa en la tercera sección, el principal distrito electoral del país y donde el PRO busca ganar terreno.

Los operadores del PRO buscan sacar tajada de la fisura que generó la salida de Darío Giustozzi del massismo, y aprovechan para tantear a sus hombres y a otros candidatos del tigrense en el Conurbano.

Viejos zorros de la política, los dirigentes aprovechan para levantarse el precio y abrir un canal de diálogo con el partido que polariza con el Gobierno entre el cambio y la continuidad. 

Algunos ya concretaron en sus armados de campaña esta sociedad con el macrismo, con miras a ganar las elecciones o de mínima controlar los futuros concejos deliberantes. 

La ruptura con Jesús Cariglino gravita también en este escenario. El propio intendente de Malvinas Argentinas uno de los operadores de la maniobra, con la que busca ensanchar su cantera para el desembarco oficial en el macrismo.

Figuras de relevancia política para las oposiciones de varios distritos como Gabriel Mércuri, en Lomas de Zamora; Nicolás Russo, Lanús; Néstor Pulichino, Esteban Echeverría; Gualberto Ríos y Dardo Ottonello, Florencio Varela; Noelia Quindimil, Lanús; Walter Queijeiro, Quilmes, fueron contactados.

Según pudo saber LPO, el jueves Emilio Monzó se reunió con candidatos a intendente para pedirles ayuda en la fiscalización, a cambio de lugares en las listas locales. Lo propio hace Néstor Grindetti, candidato en Lanús y referente de Macri en la tercera sección.

El PRO teme que le ocurra lo mismo que a Elisa Carrió en 2007, cuando denunció que después del mediodía su nombre había desaparecido de los cuartos oscuros del Conurbano.

El caso de Mércuri corrió con fuerza en los últimos días. El hijo de Osvaldo Mércuri mide bien en Lomas, mientras Macri tiene a Julio “Jardinero” Cruz, que no levanta en las encuestas, y a Ignacio Greco Nacho, subsecretario administrativo de la Policía Metropolitana, bien considerado dentro del partido.

Lo de Queijeiro no parece probable mientras Massa siga estable en las encuestas y mantenga su postulación electoral. El tigrense mide más que Macri en Quilmes y no hay necesidad de dar el salto.

Los candidatos massistas permanecen por ahora adentro del esquema renovador, según pudo constatar este medio, incluso los hombres del despechado Giustozzi. Sin embargo, el diálogo con PRO y también con el FPV ya empezó a circular y acaso sea difícil evitar que, aunque sea en acuerdos subterráneos, se lleven a la práctica.

Con todo, fuentes del massismo no descartan que finalmente terminen todos juntos en una gran interna nacional de la oposición, como había pedido Gustavo Posse, o el propio Massa decida bajar a la gobernación, como sugería Cariglino.