Panorama empresarial. Las dos primeras e impactantes medidas económicas del próximo gobierno serán una gran suba del mínimo no imponible y la liberación y unificación del tipo de cambio.
Mauricio Macri tomará una medida para mejorar el salario y hacer digerible el “sinceramiento” de la economía: producirá una fuerte reducción del impuesto a la ganancias que actualmente paga más de un millón de trabajadores.
En los documentos técnicos secretos que evalúa la “mesa chica” se incluye un aumento del mínimo no imponible superior al 100%. Esto haría que la nueva base imponible se ubique en una franja que oscilará entre 30.000 y 40.000 pesos. Así, solo pasarían a abonar el tributo al trabajo los empleados que ganen por encima de esos 30.000 a 40.000 pesos.
El paquete incluye una actualización automática, pero aún no está definido un punto clave: si se ajustarán los valores de las escalas, clavadas injustamente desde hace quince años.
La decisión forma parte de medidas para compensar el sinceramiento de las desequilibradas variables que el presidente electo hereda de Cristina.
Macri asume el jueves 10 de diciembre. El fin de semana del 12 y 13 de diciembre el equipo económico tomará la decisión final de liberar y unificar el mercado de cambios. Las nuevas reglas de juego entrarán en vigencia el lunes 14. El billete saltaría a una paridad similar al actual valor del dólar bolsa: entre 13 y 14 pesos, lo cual implicaría un alza del tipo de cambio del orden del 40 %.
La precisión de los números finales dependerá de una cuestión: la magnitud del zafarrancho que reciba el futuro presidente. Francisco Cabrera coordina –en secreto– la elaboración de un documento que precisará los enormes agujeros que deja Cristina Kirchner.
El equipo económico se lo entregará en breve a Macri. Por eso el paquete esta recién en elaboración y los ministros recibieron la orden de Marcos Peña de evitar las filtraciones. Alfonso Prat Gay ya negocia con las cerealeras y bancos una liquidación anticipada de dólares para fortalecer las reservas.
Tal como anticipó Clarín hace dos viernes, Prat Gay fue designado ministro de Hacienda. También se confirmaron otros adelantos de este diario: Rogelio Frigerio a Interior, Federico Sturzenegger en el BCRA, así como la división de Economía.
Macri fraccionó el Ministerio de Economía para evitar convivir con un “superministro.” También decidió que Frigerio integrará el gabinete económico y Carlos Melconián –desde el BNA– será un consultor permanente de la Casa Rosada. Francisco Cabrera también tendrá línea directa con Macri: será una suerte de coordinador del gabinete económico.
Prat Gay igual será un ministro clave: manejará la macroeconomía, controlará el presupuesto, armará el programa financiero y estará a cargo de la negociación con los fondos buitre.
Después de ganar la elección, Macri mantuvo una serie de reuniones privadas para designar al jefe del Palacio de Hacienda. Primero lo sondeó a Javier González Fraga. El economista era del gusto del nuevo presidente, pero su postulación generó cuestionamientos en la “mesa chica” del Pro. Fue ahí cuando se confirmó el nombramiento de Prat Gay.
Algo similar ocurre con el ministro de Trabajo. Macri habló el martes con José de la Sota y le notificó que iba a convocar a Jorge Lawson. Macri y Lawson desayunaron solos el miércoles. Quedó claro que su convocatoria era una decisión del presidente electo y que la firma Arcor no había sugerido su nombre. Macri pretendía captarlo por su gestión en Córdoba y además porque daba la imagen que ingresaba al gobierno una figura de UNA.
Sergio Massa objetó la propuesta, pero De la Sota la apoyó de esta manera: “Sergio, es una convocatoria personal y no nos ponemos oponer ”.
En la reunión, Macri lo invitó a Lawson a llevar adelante una acción política clave: avanzar en un acuerdo social entre sindicatos y empresarios que permita darle gobernabilidad al plan económico.
Ayer la CGT de Córdoba avaló la designación de Lawson y contradijo las duras objeciones que hizo Hugo Moyano. El líder sindical estuvo en contacto con Macri. Pero la indefinición llevó a Lawson a la decisión que tomó ayer a la tarde: le trasmitió al futuro jefe de gabinete que se bajaba de la nominación y dejaba con las manos libres a Macri. Después de esto, Macri resolvió privilegiar la alianza con Moyano: anoche designó a Jorge Triaca en la cartera laboral.
El episodio fue seguido de cerca por el movimiento empresario y los inversores del exterior. La cúpula de la UIA se sintió defraudada por esta resolución.
Los informes reservados de Wall Street son coincidentes. Los “memos” del JP Morgan, el Barclays y el Deutsche Bank sostienen:
– El triunfo de Macri genera expectativa positiva y creen que el gabinete es solvente, aunque demasiado técnico.
– Pero aún tienen dudas sobre el armado político y la gobernabilidad.
José Aranguren recibió de esos bancos de inversión una sugerencia: para que haya inversión petrolera, es necesario un replanteo total de la legislación energética.
Aranguren quieren designar a Daniel Montamat como su mano derecha. Ambos no comulgan con Miguel Galuccio.
El jefe de YPF le pidió a Macri permanecer en una transición hasta marzo, cuando se haga la próxima asamblea de la compañía. Galuccio quiere utilizar este plazo para emprolijar contratos y decisiones poco trasparentes que adoptó y le generaron denuncias contra su gestión.
Los socios externos de la petrolera estatal avalan ese interinado porque temen que un cambio político en YPF active demandas de los fondos buitre contra la empresa.
Aranguren habría aceptado esas explicaciones, pero ya tomó una decisión política: hará una auditoría sobre cuestionada la gestión de Galuccio.
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