Para el periodista, la relación entre el fútbol y Gobierno es tal que un problema en la canchas podría volverse un problema político.
Los cánticos contra el presidente Mauricio Macri en las canchas de fútbol fueron la primera señal que puso al Gobierno en alerta. Esta semana, tras la aplastante derrota de la selección argentina ante España, los ánimos en Casa Rosada volvieron a ser de preocupación. Al menos así lo plantea el periodista Carlos Pagni en su columna en La Nación en la que realiza un pormenorizado análisis de la importancia que el fútbol tiene para el Gobierno y de cómo los triunfos o fracasos en el juego son observados de cerca por el Ejecutivo.
“El Gobierno cruza los dedos, esperando que se consolide el tímido progreso de la receta gradualista: mayor actividad, creación de puestos de trabajo, más recaudación, menos pobreza. Tiene la secreta fantasía de que el equipo nacional acompañe con sus triunfos esa recuperación. Pero se cruzó un presagio pesimista. Que el segundo semestre de este año, que sería el verdadero, comience a envenenarse por los resultados deportivos”, enuncia Pagni en relación al temido mal desempeño de Argentina en el mundial de Rusia que empezará en junio próximo.
En su columna, el analista político alude a su vez a la posible “influencia” en los resultados de los partidos de fútbol que desde algunos sectores le adjudican al primer mandatario. “Muchos hinchas están convencidos de que el Presidente utiliza su influencia para manipular los resultados. La consultora Grupo de Opinión Pública preguntó si Macri actúa para beneficiar a Boca Jr. Contestaron que sí el 65% de los simpatizantes de Independiente, el 57,1% de los de Vélez, el 56,8% de los de River, el 50% de los de San Lorenzo, el 48,3% de los de Racing y el 35,6% de los boquenses”.
Asimismo, el periodista recuerda que Macri no es el primer presidente argentino con estrechos vínculos con el fútbol: “La AFA tiene hoy una conducción modelada por Macri a través de Angelici. Esta dependencia tiene antecedentes. Agustín Justo, con quien Macri tiene tantos parecidos, colocó al frente de la Asociación de Football Argentino a su yerno, Eduardo Sánchez Terrero, quien más tarde lideró Boca e inauguró la Bombonera. Con Juan Domingo Perón, la asociación comenzó a llamarse “de Fútbol Argentino” y tuvo al frente a Oscar Nicolini, muy vinculado a la madre de Eva Perón. Con Arturo Illia la asociación estuvo comandada por Francisco Perette, hermano del vicepresidente, Carlos Perette”, describe Pagni.
En esa misma línea, el periodista profundiza sobre el gobierno de Cambiemos y las conexiones personales con el ámbito del fútbol: “Angelici celebró un acuerdo con su colega de Independiente, Hugo Moyano, para que Claudio “Chiqui” Tapia, yerno del camionero, ocupe el histórico sillón de Julio Grondona. Ese pacto se realizó bajo la supervisión directa del Presidente” afirma y continúa: “Tapia es funcionario del Gobierno: ocupa la vicepresidencia de la Ceamse, organismo que gestiona la basura. El jefe de la AFA es apreciado en el gabinete. Sobre todo por la enemistad con su cuñado, el hiperquinético Pablo Moyano. Hasta se lo consideró como eventual interventor de Camioneros. Pero en ese sindicato no están inquietos por la AFA, sino por los escándalos policiales de Independiente. Incluso por si aparece alguna derivación internacional, siempre en el bajo fondo. ¿México?", plantea.
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