Mauricio Macri también ganó en La Pampa. Lo hizo por una escasa diferencia, pero el resultado revierte lo que ocurrió el 25 de octubre, cuando Daniel Scioli sumó más votos que “Cambiemos”. La victoria del espacio que encabeza el PRO es un cimbronazo en el mapa político, porque además posiciona fuertemente hacia el futuro al diputado nacional Carlos Mac Allister. También dispara enfrentamientos internos en el PJ pampeano, ya que parte de su aparato lució ausente en los comicios y esa situación ya generó reproches.

Los datos oficiales otorgaban a Macri una ventaja del 51,2% contra el 48,8. Los dos postulantes acrecentaron el caudal obtenido el 25 de octubre.

Escrutados el 96,98% de los votos, Macri cosechaba 105.935 sufragios, contra los 101.032 de Scioli.

El voto en blanco se cayó notablemente, lo cual también parece un mensaje de castigo para los sectores que convocaron a inclinarse por esa opción. En octubre hubo 12.655, esta vez apenas 2.056. Los votos de Nicolás Del Caño -uno de los sectores que convocó al voto en blanco- habían sido 5332 en octubre.

El proceso electoral dejó al PRO notablemente fortalecido en nuestra provincia. Hasta hace un par de años el espacio apenas si contaba en algunas especulaciones, pero ahora se abre otro panorama, a tal punto que Mac Allister, con los votos que supo conseguir y los espacios de poder que ocupa, se posiciona como candidato a gobernador para 2019, según dicen sus propios dirigentes.

El PRO logró bancas legislativas en la provincia y tiene un espacio en el Congreso Nacional, además del cargo ejecutivo nacional que le espera al “Colo” en el área de Deportes. Su cambio de lugar hará que Martín Maquieira se convierta en el diputado nacional más joven, ya que Adriana Lehr -la que le sigue en la nómina- ya fue electa diputada provincial.

Respecto de Scioli, su campaña en La Pampa resultó una de las más accidentadas a partir de los severos enfrentamientos con la cúpula del peronismo. Eso representó un alto costo. El PJ pampeano “vendió” a los candidatos oficialistas, durante largos meses, como dirigentes que no respetaban los intereses pampeanos. Eso caló hondo y cuando se intentó dar marcha atrás en esa idea, la sensación ya estaba instalada. La ausencia total del gobernador electo Carlos Verna completó el panorama.

Los dirigentes del kirchnerismo aportaron en la campaña y tienen algunos espacios donde golpearse el pecho, aunque de manera minoritaria (nadie puede desconocerle al kirchnerismo algún caudal electoral en Santa Rosa, según ya lo demostró en las PASO de agosto y de acuerdo al resultado de este domingo).

Santa Rosa a contramano

Santa Rosa votó otra vez a contramano del resto. Tal como ocurrió en las elecciones previas de este año, en la capital provincial hubo un resultado encontrado con el que se registró en la provincia: en el departamento Capital la victoria fue de Scioli, también con números ajustadísimos.

El comportamiento electoral de los santarroseños mostró este año variedad y pluralismo: le dio la victoria a Carlos Verna en la interna del PJ del 5 de julio, pero al mismo tiempo optó por Compromiso Peronista para la Intendencia; para la Gobernación votó más a Francisco Torroba que al ganador Verna; y para la Intendencia eligió, en un doble batacazo, a Leandro Altolaguirre, primero sobre Pedro Salas en el FrePam, después sobre Raúl Ortiz en la general.

Escrutados el 100% de los votos, Sicoli-Zannini obtuvieron 36.270 contra 33.123 de Macri-Michetti. Representan el 52,57% y el 47,73%. De acuerdo a esos datos oficiales, en el departamento hubo apenas 706 votos en blanco, es decir el 0,99%. Hubo 1.100 nulos, es decir el 1,54%. Además, se contaron 40 recurridos e impugnados.

Dentro del PJ sonaron reproches entre líneas internas, en voz baja pero también con algún grito. Fue claro que el vernismo le sacó el cuerpo a la campaña. El mejor ejemplo se encontró en el bastión vernista, donde la “distracción” del gobernador Carlos Verna tuvo su impacto: en la segunda ciudad de la provincia, tal como ocurrió en las legislativas de 2013, salió victorioso el PRO.

El marinismo, en cambio, reivindicó su compartamiento leal para con el oficialismo, adjudicándose la victoria en Santa Rosa. Nelson Nicoletti, elegido legislador en el Parlasur, fue el que soltó la queja más sonora públicamente, pasándole factura a los espacios internos que menos se movieron. Además dijo que con un gobierno de Macri como presidente entra en un cono de dudas el futuro de la región Latinoamericana: se preguntó “de qué carajo vamos a hablar” en el Parlasur si la mirada de Macri estará orientada a los Estados Unidos.