Con Macri, cayeron 22% las obras de cloacas y agua potable

Con Macri, cayeron 22% las obras de cloacas y agua potable

A contramano del discurso presidencial, que discute la pobreza desde el acceso a servicios, el promedio anual de nuevos usuarios de AySA sufrió un fuerte declive desde 2016, indican cifras oficiales. 

Por SEBASTIÁN LACUNZA

La tesis explicitada por el presidente Mauricio Macri y múltiples voces oficialistas en las últimas semanas es que el aumento de la pobreza registrado durante el gobierno de Cambiemos es relativo, porque la caída en los ingresos de los sectores vulnerables se ve compensada por obras de largo alcance, como la construcción de cloacas y acceso al agua. Sin embargo, incluso bajo ese extraño argumento, la gestión de Macri arroja resultados negativos. Desde 2015, el promedio anual de construcción de cloacas y conexiones de agua en la Capital Federal y el conurbano bajó 22,5% con respecto a la gestión presidencial de Cristina Fernández de Kirchner, según cifras oficiales.

La empresa Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA) realizó 345.209 instalaciones de agua y cloacas entre 2007 y 2015, de acuerdo a datos suministrados por AySA. Ello arroja un promedio anual de 43.151 conexiones en los ocho años de gobierno de CFK. Si se toma sólo el segundo mandato de la presidenta peronista, el promedio baja a 41.815, informa el registro entregado a Letra P mediante un pedido de acceso a la información pública.

A partir de diciembre de 2015, mes de la asunción presidencial de Macri, el promedio anual de construcción de cloacas y conexiones a agua bajó a 33.404 (la cifra incluye usuarios residenciales, empresas y baldíos); es decir, 22,5% menos que en el promedio de los ocho años previos. En el primer trimestre de 2019, el gobierno realizó otras 8.260 conexiones, lo que proyecta un número similar en el último año del eventual primer mandato de Cambiemos.

Un dato importante acompaña la estadística: durante la gestión Cambiemos, la tarifa de agua subió casi un 800%.

En números absolutos, en diciembre de 2007 había, bajo la órbita de AySA, 2.285.874 conexiones de agua y cloacas, 569.195 sólo de cloacas y 24.337 sólo de agua, lo que daba un total de 2.879.746. Ocho años después, el número alcanzó 3.224.954, y, a fines de 2018, 3.690.728, indica el informe firmado por el presidente de la empresa, José Luis Inglese

Una primera lectura de los números podría concluir en un equívoco, ya que el promedio de conexiones durante la administración Macri sube en términos absolutos a 155.258, más de tres veces superior al registro durante los mandatos de CFK. Sin embargo, dado lo llamativo de que casi todo el incremento se concentraba en 2017, AySA aclaró ante la consulta de Letra P que ello se debió a que la empresa sumó a su jurisdicción a nueve partidos del gran Buenos Aires que antes operaban bajo Aguas Bonaerenses y otras prestadoras: José C. Paz, Merlo, Moreno, Malvinas Argentinas, Florencio Varela, Pilar, Escobar, San Miguel y Presidente Perón. De allí que la empresa comenzó a computar las conexiones heredadas, que fueron 365.550.

La compañía estatal de aguas opera en la Ciudad de Buenos Aires y 25 partidos del conurbano, área en la que viven 13,9 millones de personas. De ellos, 10,45 millones acceden al agua potable y 8,17 millones cuentan con cloacas. AySA es la única empresa de obras sanitarias a cargo del Gobierno nacional y se encuentra en un intrincado proceso de transferencia a los gobiernos de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.

Aguas y Saneamientos fue creada en 2006 luego de la anulación de la concesión de Aguas Argentinas en manos de la empresa francesa Suez, acaso el mayor fraude de gestión de las empresas públicas privatizadas en la década de 1990. Latrocinios ambientales y contables registrados por la Auditoría General de la Nación (AGN), que estaban siendo investigados desde el gobierno del radical Fernando de la Rúa, llevaron a Néstor Kirchner a rescindir el contrato con Suez. La forma en que se realizó la estatización y la habitual parcialidad arbitral del CIADI derivaron en que la Argentina indemnizara a la firma francesa con 245 millones de dólares, informó la empresa a fines de abril pasado.

Si se toma el promedio de construcción de cloacas entre diciembre de 2003 y diciembre de 2007, durante el gobierno de Kirchner -cuando Aguas Argentinas estaba virtualmente intervenida por el Estado- el número asciende a 50.507, 17.000 más que durante los ocho años de gestión de CFK.

La última alusión de Macri a las cloacas, entre decenas este año, fue en su carta abierta del domingo titulada “La disyuntiva: hacer lo fácil mal o lo difícil, bien”. Allí denunció que “el camino fácil, después de 80 años, dejó un país que no tiene ni cloacas”. Dos semanas antes, el Presidente había argumentado, ante un centro de Viviana Canosa, que su gobierno construyó cloacas para 1,5 millón de personas que “convivían con la mierda”. Dicho eso, diversas voces, desde sus ministros, gobernadores de Cambiemos y decenas de panelistas televisivos, como Teresa Calandra, repitieron la idea.

El manejo de las obras sanitarias no fue, precisamente, un ejemplo virtuoso del gobierno de CFK. AySA es el eje de la investigación más sólida y avanzada de una supuesta trama de corrupción durante los años del kirchnerismo. La causa, que instruye Sebastián Casanello, tiene procesados por coimas y/o fraude a los empresarios Aldo RoggioCarlos WagnerJorge “Corcho” Rodríguez y ejecutivos de Odebrecht Cartellone, entre otros, y a los funcionarios Julio de VidoRoberto BarattaJosé López y el ex titular de AySA Carlos Ben. Los cargos por fraude en la construcción de las plantas de Paraná de las Palmas y Berazategui fueron confirmados por la Cámara Federal en diciembre pasado.

AySA informa en su página que entre 2006 -año de la reestatización de la firma- y 2016, fueron sumados 3,46 millones de habitantes a su red de agua potable y 2,78 millones a la de cloacas. En ambos casos, implican una expansión de un tercio del total de usuarios de los servicios hoy vigentes. Es decir, pese a los lastres de la corrupción que habría protagonizado el ministerio de De Vido, la descripción del abandono del Estado enunciado por Macri se aplica más a su propia gestión que a la de sus predecesores, de acuerdo a la información oficial.

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