Como parte de la política del Ministerio de Cultura porteño, el lugar será ocupado el primer fin de semana de mayo para una presentación que incluye a Deepak Chopra. No se informó sobre qué actividades públicas serán afectadas.
Al cierre de esta edición, la oficina de prensa del Ministerio de Cultura no había respondido a la consulta de este diario sobre cuánto había pagado la fundación para hacer semejante evento en uno de los complejos teatrales más grande de la ciudad, ni otros detalles, como tampoco lo había hecho en diciembre último cuando este diario denunció que crecía la política de ofrecer todas las dependencias de la cartera que conduce el empresario Hernán Lombardi para realizar actividades privadas como el sorteo de la Copa Davis en la Usina del Arte –un lugar con la acústica del Teatro Colón– o concesionar espacios y lugares, mientras se criminaliza una protesta por el uso de la sala Alberdi del Centro Cultural General San Martín.
La que sí respondió a la inquietud de Tiempo Argentino fue la presidenta de la Fundación Amigos del Teatro San Martín Eva Thesleff, esposa del empresario menemista Santiago Soldati. Thesleff defendió la política de alquiler y aseguró que en su país de origen (Finlandia) es una práctica habitual. "Es imposible que cualquier ciudad del mundo solvente un lugar de este tipo", señaló tras defender el "esfuerzo enorme" para apoyar financieramente el complejo a través de auspiciantes o eventos de este tipo. El primero en conocerse fue un cumpleaños del empresario Andrés von Buch. Según Thesleff no alquiló el lugar para la fiesta sino que como deseaba donar dinero juntó a otros con iguales intenciones y se los agasajó con música, saladitos y drinks. Con ese dinero, explicó la mujer, se financió la mejora tecnológica de la Martín Coronado. "El Teatro San Martín hace muchos años que está en un estado de tristeza lamentable", lamentó la directiva y aclaró que son auditados por el ministerio, donde las consultas de este diario sólo hallaron silencio. «
Sólo para las empresas
La web de la Fundación Amigos del Teatro San Martín ofrece el alquiler de salas. "Contratando uno de nuestros teatros en exclusividad Ud. podrá realizar su evento especial en un ámbito de jerarquía y calidad. Vacaciones de invierno, festejos para el Día del Niño, Family Days, entrega de premios, conferencias especializadas, reuniones empresariales, etcétera", explica. Habilita "funciones cerradas"; "contratar" un espectáculo en cartel del Complejo Teatral de Buenos Aires, con "el derecho al uso del hall de la sala para recepción y atención de invitados".
También alquilar el espacio para "filmaciones comerciales o sesiones fotográficas para el ámbito publicitario" o "eventos corporativos y conferencias". En el mismo apartado se indica que "para consultar valores" se debe escribir a fundacionamigos@complejoteatral.gob.ar. Según su presidenta, esta oferta es sólo para empresas.
OPINIÓN - entre la picardía india y la porteña
Alejandro Agostinelli | Periodista, autor de Invasores y autor del FactorElblog.com
Sería mezquino decir nada más que Deepak Chopra es un médico endocrinólogo que a poco de obtener su título publicó un artículo científico, cuyas conclusiones favorecían al movimiento Meditación Trascendental. Esto no hubiera sido grave si no fuera porque ese artículo contenía varias falsedades y ocultó a la publicación que tanto él como otro autor estaban ligados a los servicios que el Mahesh Yogui Maharishi promovía en EE UU.
Chopra se hizo conocido en un momento de transición de la Nueva Era. Este movimiento mutaba de un colectivismo religioso, que proponía una transformación personal sin perder la "conciencia planetaria", a otra fase orientada a satisfacer necesidades individuales. A mediados de los '90, la "Conspiración de Acuario" dejaba la "mentalidad de red" y la demanda de espiritualidad comenzaba a ser atendida por gurúes parasitarios del movimiento: el consenso social alrededor de las creencias New Age aceitaban a la vez el arsenal de las nuevas terapias, literatura de autoayuda y servicios que estos autores ofrecían. El guía para el cambio personal iba a ser un maestro o un "coach", como se dice ahora. Ya no eran los grupos de contacto con ET, teosóficos, yoguis o ayurvédicos los que iban a encauzar esta búsqueda de dar un sentido a la vida, sino los Redfield, Coelho y Chopra de este mundo (cualitativamente diferentes de los Maharishi, Sai Baba o Ravi Shankar, que son más bien líderes asistidos por un cuerpo más estructurado de seguidores).
En esta historia hay dos curiosas sincronicidades. Tanto Ravi Shankar como Chopra fueron iniciados por Maharishi; otra es que ambos han participado o participan en eventos financiados por la Ciudad de Buenos Aires.
Chopra puede poner a sus charlas el precio que quiera. Lo cuestionable son sus enseñanzas. Luego, el capricho de Macri se parece al de emplazar junto al Obelisco una gigantografía proclamando –en nombre de "todos y todas"– que la ciudad celebra con orgullo y alegría al Papa Francisco. Condenar a unos a bancar las creencias de otros es desigual e igualmente repudiable.
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