La designación constituye un freno a las aspiraciones de la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, para tener una influencia directa en el área de Defensa
Mariano De Vedia
Al igual que en los últimos gobiernos no peronistas, el Ministerio de Defensa quedó en manos de un dirigente radical. Luis Petri sucederá a Jorge Taiana y llega con el aval de Patricia Bullrich, a quien secundó en la fórmula presidencial, postergando las expectativas que apostaban a una influencia decisiva de la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel. Con su designación, la fórmula presidencial de Juntos por el Cambio se sumará al gabinete del nuevo gobierno, lo que genera cortocircuitos en sectores de La Libertad Avanza y en el propio radicalismo.
“Va a ser un alfil de Bullrich para comprometer más a las Fuerzas Armadas en apoyo logístico a la seguridad interior”, pronosticó a LA NACION una fuente con experiencia en la gestión del área de Defensa, al recordar que “Petri es el único que se jugó públicamente con ella en apoyo al presidente electo, Javier Milei.
Esa sintonía se podría reflejar en la designación de los principales colaboradores del nuevo ministro de Defensa, uno de los cuales podría ser el doctor Alberto Föhrig, quien encabezó los equipos técnicos de Bullrich en la campaña. Podría ocupar la Secretaría de Estrategia y Asuntos Militares.
Petri, de 46 años, es abogado y surgió en el radicalismo cerca del exvicepresidente Julio Cobos. Comenzó este 2023 decidido a pelear por la gobernación de Mendoza, en una interna que perdió contra el radical Alfredo Cornejo, y luego fue elegido por Bullrich para competir en las elecciones presidenciales. Tras el triunfo de Milei y la designación de la titular de Pro al frente del Ministerio de Seguridad, surgió su nombre para Defensa, lo que relegó las intenciones de Villarruel por confiar a un militar retirado el ministerio al que reportan las Fuerzas Armadas.
Fuentes castrenses definieron a Petri como “una persona intachable, equilibrada, inteligente y sin anteojeras ideológicas”. Aspiran a que se diferencie de las gestiones del kirchnerismo, que “mire para adelante y no se quede anclado en el pasado”.
En sus distintas apariciones insistió en la decisión de “terminar con el kirchnerismo”, posición que lo llevará, probablemente, a revisar m uchas de las medidas de la gestión de Taiana.
Respecto a las esquirlas que puedan haber quedado en el vínculo entre Villarruel y Bullrich, una fuente militar estimó probable que “surjan algunas fricciones, pero van a ser superadas”. la vicepresidenta electa tiene una fuerte ascendencia en varios sectores de las Fuerzas Armadas. Es hija de un teniente coronel que combatió en Malvinas y fundadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), con un papel activo en la interpretación de la violencia de los años 70.
Petri deberá hacer frente a una gestión que conducirá a los 88.000 efectivos de las Fuerzas Armadas (10.400 oficiales, 45.000 suboficiales y 32.600 soldados voluntarios).
Una de las primeras decisiones, que deberá acordar con el presidente electo Milei, será definir los nombres que conducirán a las Fuerzas Armadas. Se estima, al respecto, que no habrá muchos pases a retiro y se menciona al actual jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general Xavier Julián Isaac, como posible jefe del Estado Mayor Conjunto, aunque algunos anticipan que podría retornarse a una práctica antigua, en la que dicha función era cumplida en forma rotativa por las tres fuerzas.
Petri encabezará una gestión marcada por el objetivo de una fuerte reducción de los gastos del Estado. Se abre, así, un interrogante sobre el funcionamiento y las dimensiones de las empresas estatales que trabajan con las Fuerzas Armadas, como Fabricaciones Militares, la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea), el complejo Tandanor y el plan Coviara (Construcción de Viviendas de la Armada). Son sociedades del Estado que reportan al Ministerio de Defensa. La cartera que hoy conduce Taiana tiene cuatro secretarías, siete subsecretarías, 20 coordinaciones, 53 direcciones, dos unidades y dos auditorías, según el organigrama que figura en el Mapa del Estado. En total, 88 dependencias públicas.
Durante la campaña, el equipo de Bullrich y Petri trabajaba en la revisión normativa de las políticas del área de Defensa, en una tarea que estaba a cargo del coronel retirado Marcelo Rozas Garay. Una fuente militar reveló a LA NACION que se preparaba “una nueva redacción de la mayoría de decretos y muchas resoluciones que se venían repitiendo desde la gestión de Nilda Garré en el Ministerio de Defensa”.
Victoria Villarruel, en la campaña, junto a Javier MileiGetty Images
Es probable que se fije el objetivo de avanzar en modificaciones a las leyes de defensa nacional y de seguridad interior, aunque prevalece el criterio de que esa misión llevará tiempo. En ese equipo de campaña había opiniones que aconsejaban modificar solo las reglamentaciones.
Dentro de las Fuerzas Armadas, incluso en grupos que han sido fuertemente opositores al período kirchnerista, existen voces que toman prudente distancia frente a la nueva gestión.
“En general produce desconcierto cuando se designa a dirigentes políticos sin antecedentes para a conducir el Ministerio de Defensa. No son buenos los antecedentes más recientes y la gestión de Taiana ha sido directamente catastrófica. Pero también es cierto que Luis Petri ha demostrado carácter e ideas muy claras sobre qué dirección debía tomar la defensa nacional y ha trabajado con equipos técnicos con mucha experiencia en el área en el último año”, estimó el presidente del Foro Argentino de Defensa, Santiago Lucero Torres. Considera que será clave el equipo que conforme para el desembarco, que “no será sencillo”.
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