El precandidato del partido Es Posible cree que mineros y ambientalistas deberían hacer un pacto de paz. Aseguró que apuntará a la obra pública y a construir casas industrializadas
1- ¿Cómo mejoraría la seguridad?
Hay medidas simples que pueden colaborar en mucho. Una de ellas es mejorar el control en los ingresos a la provincia: si, por ejemplo, tuviéramos cámaras de seguridad que apuntaran a las patentes y que enviaran esos datos a una central que estuviera interconectada con un sistema nacional, en el momento podríamos saber si los vehículos que ingresan tienen pedido de captura o figuran como robados. Eso nos permitiría cortarles a esos delincuentes la libertad con la que se mueven en nuestra provincia.
Por otro lado, intentaría mejorar el estado de nuestras penitenciarías porque hoy no cumplen la función de reencauzar, que está prevista en la Constitución Nacional. Buscaría que de verdad los internos puedan estudiar y capacitarse porque si bien hoy hacen trabajos, nada les asegura que al salir de la cárcel puedan tener un oficio.
Otro punto que me preocupa mucho es el tema de la droga en la provincia, al cual debería dársele un abordaje integral entre los ministerios de Seguridad y Salud. Por un lado, tenemos que atacar de fondo el narcotráfico, pero también tenemos que solucionar el gran consumo que existe. Para eso, necesitamos recuperar los centros de rehabilitación, donde actualmente tenemos falencias terribles.
2- ¿Qué aspectos priorizaría en el Presupuesto?
Yo empezaría a manejar el presupuesto con lápiz y papel para que se entienda bien en qué se prioriza gastar y en qué no porque lo que llega a la Legislatura para ser aprobado muchas veces no se entiende.
Ahí priorizaría obra pública porque falta mucho por hacer en la provincia y, dentro de esto, le daría prioridad a la escasez de vivienda. Por lo que sé, actualmente en el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) hay 150.000 inscriptos y no creo que el gobernador Paco Pérez termine su mandato entregando 10.000, por lo que nos falta mucho por resolver. Nosotros estuvimos colaborando en San Luis y entendemos que hay que discutir el código de construcción de acá porque podemos hacer viviendas industrializadas con las mismas comodidades que las casas de material, pero muchísimo más baratas. Así les solucionaríamos el problema habitacional a muchos mendocinos.
También entiendo que hay que darles una mano a la vitivinicultura y la fruticultura. Tenemos que volver a posicionar nuestros vinos en la mesa de los argentinos y lograr que tengan mejor precio. No puede ser que el productor cobre $2,30 el litro y tengamos que pagar $50 por ese vino en el supermercado.
3- ¿Cuál es su postura con respecto de la minería?
Soy el primero en defender nuestro recurso hídrico: el agua no se puede contaminar, pero también creo que se puede hacer una minería no contaminante como se hace en otros países. Para eso, tenemos que sentarnos las dos partes, mineros y ambientalistas, y hacer lo que en algún momento propuso Adolfo Rodríguez Saá, un pacto de paz. Quienes controlen que se haga minería sin contaminar podrían ser los egresados de la carrera de Gestión Ambiental que se cursa en la Universidad de Congreso.
Yo no soy minero, pero no dejo de ver que el año pasado, cuando se rechazaron dos proyectos, nos perdimos de que vinieran a invertir 500 millones de dólares, lo que significarían algo así como 10.000 o 12.000 puestos de trabajo.
Creo que eso no se logró porque el gobernador Paco Pérez no tuvo la decisión política de sentarse a negociar. Por eso, digo que es necesario involucrar a la universidad en esto, de manera tal que ellos nos digan qué podemos permitir y qué no.
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