Un año después de que el marplatense, activista de Greenpeace, fuera detenido en Rusia; Lego, la empresa de juguetes más grande del mundo, anunció que no se vinculará más con Shell.
Luego de una serie de fuertes campañas de presión pública impulsadas por Greenpeace, la empresa de juguetes más grande del mundo, Lego, anunció días atrás que “no renovará el contrato de co-promoción con Shell”. La noticia ocurre un mes después de que la petrolera holandesa enviara sus planes al gobierno de los Estados Unidos para continuar con su objetivo de perforar el Ártico el año próximo y un año después de que el gobierno ruso liberara a los más de 30 activistas que prostestaron en el lugar y que permanecieron detenidos por más de dos meses, entre ellos, el marplatense Hernán Pérez Orsi.
12 meses después de los históricos incidentes vividos por la ONG ambientalista en 2013, más de 1 millón de personas participaron de la campaña de Greenpeace Lego sin Shell y le pidieron a la compañía de juguetes que cancelara su acuerdo comercial con la petrolera. Mauro Fernández, coordinador de la Campaña de Clima y Energía de Greenpeace, se refirió a la buena nueva para el medio ambiente: “Este anuncio es un gran paso para la protección del Ártico y un duro golpe para Shell que necesita establecer alianzas con empresas como Lego para ganar respeto y lavar su imagen luego de los incidentes que viene sufriendo en su intento por perforar el Ártico. La ruptura de su acuerdo, después de mantener un vínculo de 50 años, es una prueba más de que su estrategia no está funcionando”, comentó.
Como muestra de nuevas y marcadas diferencias en políticas ambientales con Shell, la empresa de juguetes se comprometió paralelamente a producir una mayor cantidad de energía renovable y eliminar el petróleo de sus productos. Lego se une así a un grupo de importantes empresas globales que ya rompieron sus relaciones con la industria de los combustibles fósiles. A fines de 2012, la cadena de supermercados Waitrose también anunció la cancelación de sus acuerdos comerciales con la petrolera. En esa sintonía, este mes de octubre, Microsoft, Google y Facebook se comprometieron a quitar su apoyo a Alec, un controversial grupo que realiza lobby contra legislaciones que combaten el cambio climático.
En los últimos dos años, Greenpeace logró reunir un movimiento mundial de más de 6 millones de personas que piden la creación de un Santuario alrededor del Polo Norte, para proteger el Ártico y su vida silvestre de la extracción de petróleo y la pesca industrial. La campaña tomó relevancia en todo el planeta luego de que las autoridades rusas detuvieran a decenas de activistas que protestaban contra Shell y confiscaran la embarcación de la ONG. Más de 1.000 personalidades influyentes del mundo firmaron una Declaración del Ártico, los militantes fueron liberados y las noticias buenas para el porvenir de esa región finalmente comenzaron a llegar.
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