El sabbatellismo había sido investigado por uso indebido de los fondos del Hospital Posadas. El reciente “acompañamiento” de Martín Sabbatella y Lucas Ghi con los trabajadores llamó la atención de los profesionales, pacientes y vecinos, quienes conocen las andanzas de la dupla que colocó a ex funcionarios kirchneristas, militantes y barrabravas entre la nómina del Centro Médico.
A fines de 2015, Martín Sabbatella eligió al Hospital Posadas como objetivo de una de sus más conocidas y polémicas maniobras políticas. Allí, despilfarró recursos económicos destinados a la salud pública para solventar un acto de jolgorio kirchnerista bajo pretexto de celebrar una inauguración.
“¿Qué tiene de malo?”, se preguntaba poco después ante las radios nacionales, donde le fue cuestionado el uso de los 622 mil pesos correspondientes a los fondos del centro médico. Es que los había empleado para contratar a Víctor Heredia, equipos de sonido e iluminación. Además, claro, de unos 60 micros para trasladar hacia el show a unos muy particulares vecinos.
“¿Cómo no se va a poder?”, sostenía a la hora de justificar el pago de tantos ómnibus para transportar a estas personas que venían de “los barrios”, según intentaba aclarar. Y así, por derrochar los fondos del Posadas para sustentar la presencia de militantes, se convertía en meme. Una de las tantas burlas propagadas en las redes, por ejemplo, consistía en publicar una revelación descarada seguida por la etiqueta “Tuiteo como Sabbatella”.
Lo cierto es que la postura del líder de Nuevo Encuentro ya entonces podía enmarcarse en un desafortunado accionar que los trabajadores del nosocomio no se cansaron de denunciar. En el lugar comenzaron a llegar desterrados de la ex AFSCA, prepotentes de La Cámpora y barrabravas del Club Morón. Este último, presidido por la mano derecha de Sabbatella, Diego Spina, quien fuera al mismo tiempo Director de Relaciones Institucionales del centro médico.
A su vez, personalidades de la talla de Domingo Latorraga, del riñón sabbatellista, en ese momento interventor del Hospital, sobre quien ahora recaen las principales sospechas de la Justicia. En concreto, se lo señala por el uso indebido de recursos de la “caja chica” y de los denominados “fondos rotatorios” para, entre otras irregularidades, abonar los sueldos de monotibutistas alineados con Nuevo Encuentro que allí no cumplían ninguna función vinculada con la medicina.
Por todo ello, resulta llamativa la actual postura del eterno alumno de Martín Sabbatella, Lucas Ghi. Porque, hoy en día, siempre bajo mandato de su mentor, el improvisado y posible candidato a Intendente de Morón sostiene “acompañar” a los trabajadores del nosocomio. Valdría la pena preguntarse qué entiende Nuevo Encuentro por “trabajadores”, o si se trata de una nueva excusa para priorizar militantes, patoteros y barrabravas sobre vecinos, pacientes y profesionales de la salud.
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