Nuevo gobierno en EE.UU. Es Stephen Bannon, quien será asesor principal del presidente. Está ligado a una corriente racista. Hubo múltiples repudios por el nombramiento, incluso entre los republicanos. Aparecieron esvásticas en escuelas de distintos estados.
El desfile de figuras cercanas al presidente electo se acelera en la lujosa torre de Donald Trump, en la 5ta avenida neoyorquina, donde el magnate concreta la formación de su futuro equipo. En un principio logró calmar a las figuras del establishment partidario al nombrar el domingo al moderado Reince Priebus como jefe de gabinete. Pero hoy causó conmoción en Estados Unidos al elegir a una controvertida figura de la extrema derecha como asesor principal: se trata de Stephen Bannon, un hombre vinculado a una corriente racista que simpatiza con la supremacía blanca .
Bannon fue uno de los más influyentes estrategas de campaña de Trump, que se sumó al equipo en agosto cuando se alejó Paul Monafort, de quien se sospechaba que había estado vinculado a intereses rusos. Allí entró en escena Bannon, propietario del portal de noticias Breitbart News, que suele difundir explosivas noticias vinculadas a la derecha del Partido Republicano, pero sobre todo a un movimiento que simpatiza con la supremacía de la raza blanca conocido como la “alt-right” (Derecha alternativa).
Esta nueva derecha radical es propensa a los rumores, la propalación de noticias falsas y teorías conspirativas que prenden como una mecha entre amplios sectores de la población blanca y que fueron utilizadas por Trump durante la campaña: por ejemplo, la idea de que Barack Obama no había nacido en EE.UU. sino en Kenia.
La web dirigida por Bannon se jacta de estar lejos de cualquier “corrección política” y alimenta posturas contrarias a los valores más progresistas de inclusión y diversidad y da continua voz a figuras racistas, antiinmigrantes y misóginos. También se pelea a fondo con el establishment del partido republicano al que consideran demasiado moderado y sujeto a los intereses de Washington. Uno de sus blancos predilectos fue Paul Ryan, el líder de los representantes.
Bannon es polémico pero no improvisado. De 62 años, fue militar, estudió en Georgetown y Harvard y tuvo un puesto en el Pentágono. Este hombre que le gusta pasearse en shorts y ojotas trabajó en Goldman Sachs varios años antes de crear su propia firma de inversiones con la que se vinculó al mundo del espectáculo. Produjo varios documentales, entre ellos uno vinculado a Ronald Reagan y otro a la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin –ex candidata a vicepresidenta–, de la que es un gran admirador.
Cuando se hizo cargo de Breitbart, en el sitio podían verse títulos como “¿Preferirías que tu hijo tuviese feminismo o cáncer?”, también elogios a la bandera confederada y una feroz defensa de Trump y sus propuestas más radicales, como la expulsión de inmigrantes hispanos y la prohibición del ingreso de musulmanes. Es evidente que la designación de Bannon es un gesto de Trump hacia sus bases blancas que están en contra del multiculturalismo y la globalización y que quieren un hombre de la “antipolítica” en la Casa Blanca como el magnate.
Contrasta con la elección del moderado Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano, un hombre del sistema que le aceitará la desgastada relación con el partido y el Congreso. Será difícil la convivencia entre ambos.
El nombramiento del director de Breitbart desató repudios desde los más diversos sectores. “Los supremacistas blancos estarán representados en los niveles más altos en la Casa Blanca de Trump”, dijo en un comunicado el portavoz del líder demócrata en el Senado, Harry Reid. El conservador Evan McMullin, candidato independiente a la Presidencia en las últimas elecciones, criticó duramente el nombramiento, señalando a Bannon como “antisemita” y “predilecto de los supremacistas blancos”.
La Liga Antidifamación (ADL), una organización contra la discriminación de los judíos, criticó el nombramiento de Bannon señalando que “él y su alt-right son hostiles al núcleo de valores estadounidenses”. “La extrema derecha fascista, racista estará representada a unos pasos del Salón Oval, tuiteó John Weaver, un estratega republicano del ex precandidato John Kasich.
El equipo de transición de Trump defendió el nombramiento y negó los vínculos de Bannon con la derecha radical y señaló que en la elección pesaron los antecedentes del empresario mediático. Sin embargo, grupos racistas celebran en las redes sociales la decisión de Trump.
El clima desatado tras la asunción del magnate ya de por sí es preocupante porque tras el triunfo del republicano aparecieron mensajes amenazadores, pintadas con esvásticas, racismo y ataques contra minorías en varias escuelas, unversidades y calles del país. Por ejemplo, se han visto pintadas en Buffalo, New York, que decían “Make America White Again” (hagamos un Estados Unidos blanco de nuevo), parafraseando al principal slogan de campaña de Trump, acompañada con una cruz esvástica.
En Michigan, una estudiante musulmana fue amenazada por un hombre que le exigió que se quitara el velo o la quemaría viva con un encendedor. En la Universidad de Pennsylvania, a la que fue Trump cuando era joven aparecieron mensajes contra estudiantes afroamericanos a los que calificaban de “estúpidos esclavos” y pedían “un linchamiento diario”. En los colegios secundarios también se registraron episodios racistas, con pintadas supremacistas blancas. La designación de Bannon no ayuda a apaciguar el clima.
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