Por José Luis Jacobo.
Se realizaron estudios de opinión bajo la modalidad de focus group en Mar del Plata. Ante la pregunta “dígame qué le dispara en su mente el término ‘muerte’”, las respuestas fueron impactantes.
Los convocados por grupos sociales buscando replicar la realidad socio cultural de la ciudad, vincularon el término muerte con: “mi trabajo, mi negocio, mi futuro, mis viejos”. Nada quedó afuera. La cuarenterna lo dinamitó todo.
Estamos en la hora de la verdad: hoy, las muertes por COVID superan los 105 mil fallecidos. Los hechos espurios, con un autentico tinte criminal, no pueden pasar así como así. Los vacunados VIP no son del siglo pasado, son una realidad de hoy.
Cuando el agente doble Horacio Verbitsky reveló el esquema de vacunación de privilegio, la mirada se posó sobre figuras de la política vinculadas al gobierno. En ese contexto, hay que recordar que Florencio Aldrey Iglesias y sus familiares recibieron un privilegio que es, sin duda, la muerte de otro.
La denuncia que hizo el fiscal Javier Pettigiani está juntando polvo en algún estante de la Fiscalía 10. Florencio fue solidario con los suyos: junto a él se vacunaron privilegiadamente Lourdes, Dolores y Matilde Noya Aldrey, todos en la sede del ministerio de Salud de la Nación.
Invisivilizados ante la opinión pública, gozan de un estatuto de indemnidad vergonzoso. La jueza María Victoria Capucheti determinó que los vacunados de privilegio no han cometido delito. Sencillamente, como dijo el presidente Alberto Fernández, “se saltaron la cola”.
Florencio Aldrey Iglesias ha construido su espacio de influencia, hoy en decadencia, vinculado al poder. Fue el primer valijero cuando a vista de todos tuvo a su nombre el 10% del paquete accionario de Aerolíneas Argentinas entregado a Iberia por el vil precio de un dólar.
Valijero, anfitrión de la logia criminal «P Due», ha hecho de la veta de protección mediática un negocio espurio que ya no sirve de nada ante el nuevo jugador que son las redes sociales y los medios que no reportan al poder. Terminada la feria judicial y a tiro de piedra de las PASO, es altamente probable que el fallo de Capucheti sea revisado en el superior.
La Fiscalía de Investigaciones Administrativas (PIA) apeló la decisión del juez María Eugenesia Capucheti. El titular de la fiscalía, Sergio Rodríguez, entendió que “el acceso temprano a la vacuna, sin respetar el procedimiento establecido para todos los ciudadanos, basado en la cercanía a determinados empleados, amigos, familiares, afinidades políticas, y cualquier otra razón por la que se practicó la conducta, también viola estos principios ya que compromete la responsabilidad del Estado, en violar los compromisos internacionales en materia de derechos humanos, sin perjuicio de la violación de otros derechos, como el derecho a la salud”. Se ríen de nuestros muertos.
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