El Defensor del Pueblo de Santa Fe, y el presidente de la Asociación que los aglutina a nivel nacional, Alejandro Amor, coincidieron en la necesidad de seguir jerarquizando la institución. Y su esencial de defender al ciudadano, más allá de los gobiernos de turno.
Conscientes de que están cubriendo un vacío generado por la falta de designación de un ombudsman nacional, defensores del pueblo de todo el país se reunieron en esta ciudad, en el marco de un nuevo encuentro de la Asociación que los agrupa a nivel nacional. Su presidente, Alejandro Amor, y el defensor de la provincia de Santa Fe, Raúl Lamberto, conversaron con El Litoral sobre los principales desafíos de la institución. “Hoy hay una impronta de los defensores en todo el país diferente a otros tiempos -dijo Lamberto-. Le ha tocado a las defensorías asumir competencias y funciones en materias que eran del defensor nacional. Esto se debe centralmente a que llevamos varios años ya sin defensor nacional y empezaron a surgir problemas con los últimos debates de tarifas y a partir de una resolución de la Corte que planteó la necesidad de hacer audiencias públicas. Esto encontró a las defensorías asumiendo ese vacío, y a partir de allí, ejerciendo un rol importante que nos llevó a jerarquizar la institución que aglutina a los defensores de las provincias”, comentó Lamberto.
El funcionario destacó que hoy, dicha institución es “de prestigio y muy reconocida en todo el país. Se ha constituido en una referencia para todo lo que hace a la defensa del usuario. No somos opositores de los gobiernos pero tampoco condescendientes en los temas más sensibles. Estamos del lado del ciudadano”, aseguró.
- ¿Cuánto tiempo hace que no se cuenta con defensor nacional?
- (Amor) Ocho años. Ahora, nos toca estar presentes en un momento importante que es el proceso para designar al próximo. Lo venimos reclamando en todas las instancias posibles; costó bastante, no se lograban los consensos y mecanismos institucionales. Ahora se creó la comisión bicameral, hay una terna y además se han hecho las entrevistas. Sólo falta el consenso para votar y estaríamos terminando lo que ha sido una omisión injustificada. Ocho años (sin defensor) es inaceptable. Estamos al borde de las descalificaciones de los organismos internacionales. Es una cuestión de calidad institucional.
(Lamberto) - Es un tema que nos preocupa porque, además, con la Constitución de 1994 se generaron competencias que prácticamente las tiene el defensor nacional; las acciones colectivas las pueden llevar adelante las entidades de defensa al consumidor y el Defensor nacional.
- ¿Por qué se dilató esa designación a nivel nacional? ¿Por una decisión deliberada o por indiferencia al tema?
- (Amor) Yo diría que por indiferencia del Parlamento.No somos ni oficialistas ni opositores; tenemos otro rol. No hacemos partidismo; hacemos política en términos constitucionales de defender derechos y garantías. Por eso estamos todos los defensores haciendo planteos por las tarifas; para que haya tarifas sociales y diferenciales según las economías de cada región. Hemos cubierto ese vacío dejado por la no designación del defensor nacional; intervinimos en la baja de las pensiones no contributivas; también, en el proceso de reparación histórica para los jubilados brindando asesoramiento sin cobrar honorarios. Intervinimos, además, en todos los procesos electorales de la Argentina.
- ¿El ciudadano acude a la Defensoría para que lo defiendan?
- (Lamberto) La Defensoría va adquiriendo cada vez mayor visibilidad. Hay una impronta muy fuerte en estos años que nos permite eso. Nuestro objetivo es que el ciudadano la tenga como la institución que defiende sus derechos, y nuestra obligación es poder dar respuesta a la demanda. Eso no es sólo generar resultados, sino dar una buena orientación, asesoramiento, acompañamiento... La idea central es constituirse como un organismo al servicio del ciudadano pero a su vez, un organismo de paz, que no esté fogoneando problemas, sino buscando soluciones. Claro que en provincias muy grandes como ésta llegar a todas las ciudades cuesta. Pero hay que hacer todos los esfuerzos. Es un órgano constitucional y por excelencia, el organismo de defensa del ciudadano. Para eso hay que seguir trabajando. Y estar alertas porque también en algunos lugares del mundo hay tendencias para empezar a quitarle autonomía y facultades a estos organismos.
- ¿El ciudadano busca ayuda pero se retrae a la hora de participar, como sucede en las audiencias públicas?
- (Lamberto) Lo que vemos es que la audiencia en la práctica es bastante formal y muy poco escuchada. Entonces el ciudadano común y las instituciones que los representan que son voluntarias, van una vez, van dos, ven que no hay grandes cambios, y se preguntan para qué van. Lo que planteamos es que hay que defender a las audiencias, que eso ha costado mucho y que hoy son legales y constitucionales, y casi una obligación para un sistema tarifario. Está en nosotros seguir peleando para que no sean formales y sean escuchadas; es un proceso. Hay una ciudadanía a la que le cuesta participar. Todo lo que nos rodea hace que seamos más pasivos que activos. Pero bueno, es un debate cultural que hay que seguir dando. Es nuestra obligación promover también ese debate y la participación.
- ¿Cuáles son las principales demandas?
- (Amor) en este momento lo de tarifas se nos vino encima; es una demanda universal, incluso que atraviesa las diferentes clases sociales porque hasta la Unión Industrial ha planteado un reclamo porque afecta a los costos de producción. Ahí hay un cambio muy importante. Todo lo que es telefonía celular, también; y el Pami, en el caso de la tercera edad. Después demandas sobre lo cotidiano, sobre la basura, sobre el vecino... Situaciones de violencia de género, adicciones... Allí tenemos la obligación de entrar y ponernos al frente del reclamo.
- ¿Los gobiernos de turno tienen en cuenta la palabra de los defensores o resta consolidar esa función?
- (Lamberto) Se va en camino de eso. En todo el mundo el defensor es importante y cambia hasta políticas. Esto va de la mano de la consolidación de la función. Es un camino... Cada día somos más respetados. Notamos que cuando hacemos una declaración generamos ruido, pero también nos tenemos que acostumbrar todos a que no tenemos animosidad política contra nadie, sino que estamos para defender los derechos del ciudadano. Lo importante es que todos los defensores somos conscientes de este rol y somos conscientes de que estamos de paso.
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