Lo trajo consigo el padre Giangreco directamente del Vaticano, junto con numerosas fotos de las familias del interior, también bendecidas por las manos de Francisco.
El más importante para esta comunidad es el manto de la Virgen. Nuestra Señora del Carmen es la patrona de la parroquia local. Una parroquia de 60 comunidades dispersas en unas 500 mil hectáreas del departamento Alberdi. Y el manto es muy especial. Lo estrenó la Virgen en su multitudinaria fiesta patronal del 16 de julio. Y lo acaba de bendecir el papa Francisco en El Vaticano, desde donde ayer regresó el padre Giangreco, párroco local.
En una extensa y reveladora entrevista, el sacerdote relata su experiencia con su amigo el Santo Padre, con quien convivió una semana muy cerca de él, incluso compartiendo sus principales actividades.
“La última vez que había tenido contacto con él, fue la llamada telefónica que me hizo para ver cómo estaba y la carta que escribió y nos mandó para la fiesta patronal, circunstancias que son históricas para la parroquia. De esas charlas surgió ir para allá, y fuimos con un cura amigo, el padre Hernán, con quien estuvimos juntos en una villa en Buenos Aires, en el Bajo Flores”, recordó.
Experiencia
“En mi vida pensé llegar a El Vaticano y mucho menos estar cerca de un Papa y menos aún compartir todo lo que compartimos con él, justo en el Año de la Fe, que el Papa anterior, Benedicto XVI declaró, se dio esto que justo el nuevo Santo Padre, Jorge Bergoglio, con un modo de ser Iglesia que compartimos con Latinoamérica y que va a ser luz del mundo”, se sorprendió.
Agregó: “Fue una experiencia muy linda poder compartir, charlar con él, manifestarle todo lo que hacemos en la parroquia. Hasta hace un año era Bergoglio el Cardenal, que es importante pero hoy el que me dijo ‘dale para adelante’ es el Papa”.
Fotos benditas
Sobre las imágenes bendecidas por el primer Pontífice argentino, Giangreco señaló: “Las fotos que llevé de las familias, de las escuelitas no sólo del pueblo sino de todos los parajes que están desperdigadas en las 500 mil hectáreas de la parroquia que atendemos junto con Matías. Las llevé y el Papa las bendijo, junto al manto de la Virgen que le impusimos este año en la fiesta patronal y para cuya ocasión el Papa ya había mandado una carta”.
“Ahora cuando llegaba, de la parada hasta la parroquia que son poquitas cuadras, la gente preguntaba y hacía comentarios sobre cómo fue todo, seguramente seguirán preguntando, viniendo a buscar su foto y el domingo en la misa estaremos contando un poquito más detallado cómo fue el viaje”.
A modo de ejemplo, citó: “Todo esto tiene que ver con lo que estamos haciendo como comunidad. Y el del cura es el rostro que se ve, pero hay muchos otros rostros que no se ven, no sólo de gente de aquí del pueblo sino también de los parajes. Por ejemplo, en la fiesta patronal, había como 50 hombres que desde las 5 de la mañana ya estaban cocinando el locro, el asado para compartir con toda la gente”.
Mensajes
“He llevado un montón de cartas de gente de aquí que están en una situación muy difícil de salud. Y él rezaba y me decía: ‘Deciles que rezo por ellos. Me pedía que le cuente un poquito de cada persona para rezar. Justo el día anterior a mi llegada allá había fallecido una persona en la comunidad de Campo Gallo que yo había ido a visitar por un pedido especial del Papa, y en la misa de ese día pedimos por su descanso eterno en alegría y en paz. Realmente es un cura con corazón de pastor”, concluyó
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