Buscaba eliminar barreras arquitectónicas en cinco esquinas de avenida Belgrano. El proyecto fue presentado en 2012 y elaborado, de manera gratuita, por arquitectos y estudiantes.
María Beatriz Blanco, secretaria de Obras Públicas de la Municipalidad desde diciembre de 2015, confirmó a El Tribuno que para el circuito accesible de la avenida Belgrano "hubo un desembolso de Nación de $739.851,23". Ese dinero, que se depositó el 6 de febrero de 2014, serviría para comenzar la obra. Luego se completaría el desembolso. Ahora el Estado nacional pide que se rindan cuentas de esto. Blanco aseguró que "la idea de la nueva gestión es ponerlo en marcha con recursos propios".
El proyecto del circuito accesible, presentado en 2012, contemplaba la eliminación de barreras arquitectónicas en cinco esquinas de la avenida Belgrano, desde Balcarce hasta Pueyrredón. Este trabajo serviría de réplica para cuando se hicieran otros proyectos.
Fue realizado de manera gratuita por la Comisión de Accesibilidad al Medio Físico del Colegio de Arquitectos de Salta (CAS), junto con estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Ucasal. Lo hicieron como un aporte para sumar soluciones a la problemática de diseño, de difícil resolución, a través de un convenio de colaboración recíproca entre la Municipalidad de la Ciudad de Salta, el CAS y la Comisión Nacional Asesora para la Integración de las Personas con Discapacidad (Conadis).
Según este acuerdo, la Comisión hacía el proyecto y la dirección técnica de manera gratuita y la comuna se encargaba de la ejecución. El proyecto se hizo tras un pedido del exintendente Miguel Isa, quien quería un circuito accesible para el turismo en el microcentro. Este contaba con itinerarios y sendas peatonales que podrían ser transitadas y recorridas sin obstáculos en forma inclusiva y sin discriminación de los usuarios con dificultades físicas y/o sensoriales.
La avenida Belgrano es una de las calles más transitadas por turistas y salteños, pero no es accesible para muchas personas.
Andrés Mansilla
La avenida Belgrano es una de las calles más transitadas por turistas y salteños, pero no es accesible para muchas personas. Andrés Mansilla
Si bien cada una de las cinco intersecciones contempladas tiene problemas específicos, en general, el proyecto proponía a nivel vereda, normalizar un ancho de vereda, lograr un recorrido continuo sin obstáculos, sendas táctiles para personas ciegas, esquinas con cambio de textura y semáforos inteligentes universales. A nivel calzada, en general, se planteaba levantar las calles en cruz, respetar las pendientes de drenaje y las alturas de veredas para lograr un cruce peatonal continuo y delimitar correctamente las sendas peatonales.
Federico Gauffin, exsecretario de Obras Públicas municipal, desde mayo de 2012 a diciembre de 2013, quien actualmente trabaja en el IPV, reconoció a El Tribuno que durante su gestión "quedó pendiente la concreción de muchos proyectos" de accesibilidad, "como el de la avenida Belgrano y el de la semipeatonalización de las calles Alvarado y Urquiza".
"La obra del circuito accesible en avenida Belgrano no fue licitada en el transcurso de mi gestión y su monto rondaba los $2.500.000,00. Si bien se llegó a tener la preaprobación técnica de Nación para la remisión de fondos, nunca recibí en mi gestión ninguna notificación respecto a la aprobación financiera del mismo, que sería el paso necesario para realizar el llamado a licitación de la obra", señaló el funcionario.
Después de él, los encargados de dirigir la cartera de Obras Públicas fueron Jorge García, desde diciembre de 2013 hasta diciembre de 2014, y Hugo Sumaria, desde diciembre de 2014 hasta diciembre de 2015, cuando terminó la gestión de Isa.
"Sería ideal concretar este proyecto. Acorde al convenio de colaboración firmado oportunamente, toda consulta se tiene que hacer con la Comisión del CAS", señaló su coordinadora, Alejandra María Ibáñez, quien es docente, trabaja ad honorem en el CAS y brinda asesoramiento gratuito. Destacó que el de Salta fue uno de los primeros colegios en trabajar en accesibilidad en el país, a fines de 2010.
En enero de este año se creó la Dirección de Proyectos de Accesibilidad dentro de la Secretaría de Obras Públicas, a cargo de la arquitecta María Marta Fonzalida. “Hay muchísimo por hacer. Lo bueno es que toda obra que la Municipalidad encarga actualmente tiene la accesibilidad incluida. La inclusión es la premisa en esta nueva etapa”, expresó.
“Hay un largo camino por recorrer, tanto con la implementación real de la normativa vigente, como con la incorporación y aplicación tangible en la sociedad del concepto de accesibilidad”, manifestó.
Frida Fonseca, vicepresidenta del Concejo Deliberante, presentó la ordenanza 14481, sancionada el 24 de octubre de 2012 y en vigencia desde el año pasado. Esta plantea que se creen circuitos urbanos accesibles, tanto en el centro como en los barrios, para “hacer accesibles el centro de salud, los comercios, las instituciones educativas, donde hay muchas barreras arquitectónicas”.
Trato adecuado e inclusivo
“Disfrutar de una ciudad accesible, logrando la eliminación de barreras que impiden la autonomía personal y el libre desplazamiento de todos los ciudadanos, constituye uno de los principales objetivos de nuestra Comisión de Accesibilidad del CAS, pretendiendo mejorar la convivencia, el bienestar social y la solidaridad ciudadana. Vivimos en una sociedad en la que todos somos diferentes. Es necesario incorporar el trato adecuado e inclusivo hacia todas las personas”, señaló la especialista Alejandra María Ibáñez en conversación con El Tribuno.
“Recordemos que el respeto a la dignidad de las personas con discapacidad desde la perspectiva de los derechos humanos implica reconocer un espacio en el que puedan asumir el poder sobre sus propias vidas y participar de forma plena en la vida política, económica, social y cultural de su comunidad, siempre desde la equiparación de oportunidades”, agregó la profesional. Al tiempo que aclaró: “Esto significa el proceso mediante el cual el sistema general de la sociedad es inclusivo para todos mediante la eliminación de barreras (mentales, sociales, físicas, cognitivas y de la comunicación) bajo los principios de accesibilidad universal, diseño para todos y ajustes razonables”.
Con respecto a las obras del IPV, Ibáñez consideró que no son accesibles. “No se trata de hacer el 5% de un barrio para personas con discapacidad. Eso sería discriminar. Estamos hablando de inclusión. Las viviendas todas tienen que tener medidas adaptables”, observó.
Comentá la nota