Es la pregunta que se hacen los productores que vieron cómo los maíces y sojas se desmejoraron aceleradamente esta semana.
A la hora de intentar describir cómo es la evolución del clima en nuestro territorio, los expertos coinciden en que existe un contexto de muy alta variabilidad climática que está marcada por extremos. En la actualidad, se está transitando un momento de extrema escasez de agua, con menores lluvias a lo largo de todo el territorio. Con un pronóstico que prevé abundantes precipitaciones para los próximos días, especialistas del Inta anticipan que podrían aliviar las áreas productivas.
“Salvo algunas zonas del centro de la región Pampeana, el resto de las regiones agrícolas tienen situación deficitaria desde la primavera pasada. A lo anterior se le suma la extrema ola de calor que genera un gran estrés hídrico en los cultivos, una enorme evapotranspiración y estamos a la expectativa que esta situación cambie”, explicó Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN) del Inta.
En el sector hay una gran expectativa sobre el pronóstico de lluvias y cambio de temperatura para la semana próxima, debido al deterioro de los maíces y sojas de primera que están sufriendo un marcado estrés térmico e hídrico en casi todas las regiones productivas. A su vez, estas precipitaciones permitirán normalizar el desarrollo de la soja de segunda y el maíz tardío, en los que se registraron algunos lotes agotados en disponibilidad de agua o con muerte de plántulas.
En ese contexto, Mercuri señaló: “Se necesitan lluvias que tengan impacto agronómico, dado que los perfiles de los suelos en profundidad están agotados en gran parte del país”.
“A partir de este fin de semana, gran parte de las regiones productivas comenzarán a recibir precipitaciones debido el inicio del pasaje de un frente frío que concluirá con la ola de calor y la falta de lluvias que ha afectado a prácticamente todo el territorio nacional”, indicó el director del CIRN.
En esa línea, estas lluvias pueden ser abundantes en algunos sectores: “Además de la intensidad de los eventos, y la cantidad de milímetros que se acumulen durante la semana próxima, será importante ver cómo se distribuyen, si son lluvias generalizadas en una amplia región o eventos aislados y dispares”, detalló Mercuri.
¿Una quincena distinta?
De acuerdo con el director, “este evento marcará el inicio de una segunda quincena de enero que tendrá –acorde a los modelos de pronóstico– más chances de lluvia y va a permitir que se recuperen varias áreas productivas”.
En ese sentido, señaló: “Los daños y el impacto de la ola de calor y el déficit de lluvias sobre la producción de granos gruesos se podrán evaluar de manera cuantitativa y cualitativa una vez que hayan ocurrido estos eventos y puedan relevarse las condiciones de los cultivos”. En otras palabras, se podrá evaluar cuando se vea el efecto positivo de las lluvias y lo que estas puedan influir para recuperar los cultivos.
Por otra parte, explicó que “continúa evolucionando el fenómeno La Niña, con intensidad moderada a débil en el Pacífico Ecuatorial”. Esto genera cambios en la circulación atmosférica provocando menores precipitaciones que las esperadas en este período del año sobre nuestra región. “Es un segundo evento consecutivo que afecta mucho las reservas de agua por efecto acumulativo”, subrayó el especialista.
Asimismo, Mercuri destacó: “Se espera que las lluvias sean importantes en áreas del litoral, sobre la Cuenca media del río Paraná y el río Uruguay y signifique un alivio para la marcada bajante que transitan estos días”.
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