El régimen invierte millones de dólares en el desarrollo de la industria para afianzarla como herramienta de difusión del país; además, quiere hacer de sus estudios una nueva Hollywood
PEKÍN.- China no quiere seguir siendo una simple fábrica del mundo; quiere ser una potencia creadora. Y nada mejor que dar rienda suelta a la "fábrica de sueños" que tanto les rindió a Estados Unidos y también a la India: la industria del cine. Después de Hollywood y Bollywood, Pekín quiere, en suma, su propio "wood" como vidriera internacional.
Se trata de un elemento central de la estrategia china para que el país pase de ser una potencia emergente a una en toda regla, con una cara más amable que la que hoy tiene ante el mundo. Para ello no repara en gastos ni esfuerzos: subvenciones a la producción de películas, construcción de estudios de gran envergadura, promoción en festivales internacionales.
"China ha avanzado sobre el mundo con la pierna económica; ahora debe hacerlo con la pierna cultural" es la consigna de la hora, convertida en muletilla por los funcionarios del Partido Comunista Chino.
El régimen acaba de reforzar esa máxima con un paquete de estímulo anual a la industria del cine de 163 millones de dólares, dentro de una serie de medidas de desarrollo del sector cultural que se dio a conocer con un documento conjunto de varios ministerios.
Esta inversión en "poder blando" -término usado para designar la influencia cultural- debe "promover el uso de alta tecnología en la exportación y la producción de películas altamente comercializables, así como la creación de sitios web profesionales para apoyar la industria cinematográfica", indicó la agencia oficial Xinhua en una nota sobre la promoción audiovisual.
El paquete de medidas incluye exenciones fiscales, con la suspensión hasta fines de 2018 del impuesto al valor agregado para los ingresos de la venta de copias, los derechos de autor y la distribución de películas. Además, se alentará a los bancos e instituciones financieras a invertir en la industria del cine.
"Durante las últimas reuniones del Partido Comunista se puso el acento en la necesidad de desarrollar la industria cultural. China no podrá consolidarse como potencia y referente económico en el mundo si no consigue hacer que su cultura se exporte y sea apreciada por el resto de los países", explicó Pello Zúñiga Pérez, especialista en cine chino.
El cine ya es una industria en pleno crecimiento. China cuenta con uno de los estudios de grabación más grandes del mundo: los Estudios Mundiales de Hengdian, donde se encuentra hasta una réplica a escala real de la famosa Ciudad Prohibida de Pekín, una pileta gigantesca para grabaciones subacuáticas y varios sectores especiales de filmación.
En septiembre de 2013 se comenzó a construir en la ciudad costera de Qingdao otro complejo cinematográfico, que se estima que será el más grande del planeta; abrirá entre 2016 y 2017. El centro, ideado por Wang Jianlin, el hombre que según la revista Forbes es el más rico de China, contemplará un estudio cinematográfico de 10.000 metros cuadrados, un museo de cera y del cine, un centro de proyecciones con salas para 4000 personas, ocho complejos hoteleros, restaurantes y bares.
Como el objetivo es proyectarse al exterior, los estímulos y las subvenciones van sobre todo dirigidos a la exportación de películas. "La razón por la cual el cine chino no se exporta de manera más masiva es debido al contenido y el fondo cultural de las películas. La mayoría de los extranjeros no tienen conocimiento sobre la historia o normas sociales chinas y, por consiguiente, al no entender el contexto, no les encuentran el significado y les parecerán aburridas", dijo Li Chow, ejecutiva de Sony Distribution China.
Pero las autoridades saben que el cine es también un importante medio de cohesión interna. Algo sobre lo que Pekín tiene mucha preocupación en tiempos de agitación política.
El cine crece, como crecen las salas y el número de espectadores. En los últimos cuatro años se dio un aumento dramático en el número de salas: a fines de marzo había más de 20.000, contra las 6200 de 2010. En 2013 surgieron, en promedio, 14 pantallas por día, un total de 5077.
A diferencia de Estados Unidos, donde la taquilla creció sólo el 1% el año pasado, la venta de entradas aumentó el 27% en China.
El país se ha convertido en el mercado más grande después de América del Norte (Estados Unidos y Canadá), con más de 3000 millones de dólares en ventas de taquilla.
Más espectadores, más películas. En los primeros cinco meses de 2014 se hicieron 420 largometrajes, contra los 358 que se realizaron en el mismo período del año pasado.Los estudios chinos quieren ganarse el sufijo "wood". La apuesta es alta, como toda innovación que requiere dinero y creatividad, pero los indicios de la llegada de "Chinawood" son visibles.
UNA FÁBRICA DE SUEÑOS QUE NO DEJA DE CRECER
Presupuesto
El gobierno de Pekín dispuso un presupuesto de estímulo a la industria del cine de 163 millones de dólares anuales.
Producción
La inversión debe promover el uso de alta tecnología, la exportación y la producción de películas comercializables.
Salas
A nivel interno se da un drástico aumento del número de salas: en 2013, se construyeron 5000 Entradas En 2013, se vendieron entradas por 3000 millones de dólares y en los primeros cinco meses de 2014 se hicieron 420 películas.
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