El gobernador encabezó el acto provincial en la ciudad del radical Marcos Ferrer. Elogios cruzados y presencia de correligionarios. De Loredo, ausente. Defensa de la construcción transversal y apoyo a la renovación dirigencial, dos ejes del nuevo tiempo que abre el cordobesismo.
Por Yanina Soria.
El gobernador Martín Llaryora cerró su agenda de conmemoraciones por el Día de la Independencia con un gran acto en la ciudad de Río Tercero donde fue recibido por el intendente anfitrión, Marcos Ferrer.
El mandatario llegó a Córdoba luego de haber sido parte del lote de gobernadores que acompañó al presidente Javier Milei en el acto en Tucumán y de haber firmado el tan mencionado Pacto de Mayo.
Un “acuerdo” que de gesta tuvo poco. Mucha institucionalidad y simbolismo político en esa foto, pero de nulo efecto práctico; pues, en verdad, todos coinciden que el Pacto no es más que una serie de grandes enunciados con asiento ya en la propia Constitución Nacional, que fueron impuestos por el libertario sin siquiera haber sido discutidos con las provincias.
Aun así, Llaryora que -hasta nuevo aviso- está obligado a hacer equilibrio con el libertario por el electorado que en Córdoba comparten, fue claro cuando dijo que ahora Milei “debe comenzar a gestionar”. El cordobés se esfuerza en marcar los límites entre la institucionalidad que le aporta al Gobierno Nacional y la gestión de La Libertad Avanza con la que se desmarca cada vez más.
Con ese telón de fondo, ayer martes encabezó el acto provincial por el Día de la Independencia en Río Tercero. Fue un evento grande, con un desfile de más de 10 cuadras, y con 150 invitados en el palco principal donde si bien la mayoría, naturalmente, fueron dirigentes de la propia estructura, también hubo sillas reservadas para radicales del gobierno local pero también de talla provincial. No estuvo el diputado Rodrigo De Loredo.
La visita de Llaryora en la principal ciudad que gobierna el centenario partido y su mensaje político estuvieron llenos de sutilezas. Se dirigió al corazón del Partido Cordobés con gestos de renovación y un horizonte claro frente a quienes, desde adentro, todavía lo cuestionan por ese armado; pero también, de algún modo, metió la cuchara en la alborotada interna que atraviesa el radicalismo.
Mostró federalismo y transversalidad; no fue azarosa la elección de la ciudad más importante que gobierna la UCR para realizar el acto donde, además, en el palco estuvieron la mayoría de sus ministros y funcionarios extra partidarios y dirigentes de Juntos por el Cambio que no son parte del Partido Cordobés pero que curten onda con los peronistas.
Llaryora exhibió fina sintonía con Ferrer, el radical que podría convertirse en el próximo presidente del partido. Hubo elogios cruzados y un anuncio con el que, entre líneas, el mandatario provincial se diferenció de Milei: una sede de la Universidad Provincial para Río Tercero. Cuando la creación de la Universidad Nacional para esa ciudad parece estar trabada por decisión del gobierno Central, el gobernador anticipó una inversión inicial de 5 mil millones de pesos en obras de infraestructura y generación de nuevos espacios para crear un Complejo Educativo Tecnológico.
Mientras la UCR Córdoba busca su destino, hubo correligionarios a los que no les simpatizó que el gobernador haya pisado del modo que lo hizo ese territorio.
Pero como ya se apuntó, también hubo un claro mensaje hacia adentro del espacio oficialista. En primer lugar, Llaryora mostró un cerrado respaldo por la renovación dirigencial del PJ en la ciudad y un claro interés por recuperar un departamento que el peronismo no tiene hoy, y lo hizo, en este caso, revalidando la figura de su secretario General de la Gobernación, David Consalvi, que lo acompañó en todo momento. El dirigente riotercerense que en su rol de funcionario provincial en este momento tiene a cargo la negociación salarial con los docentes, por ejemplo, es también uno de los principales armadores del oficialismo en ese departamento.
Por otro lado, a días de que se cumplan los 25 años del triunfo del ex gobernador José Manuel de la Sota en el Gobierno, Llaryora busca dejar en claro que construye un nuevo tiempo en el cordobesismo, una nueva historia asentada en más futuro y menos pasado.
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