Las tres bancadas aprobaron el proyecto de resolución que exige al jefe municipal el “uso de facultades disciplinarias” contenidas en la ley Orgánica de Municipalidades (5.529) para castigar al funcionario. 

El conflicto comenzó cuando Ricardo Bussi y Eduardo Verón Guerra criticaron la estrategia vial adoptada por Romero: agentes de tránsito indicaban por megáfono las faltas de transeúntes y conductores. La metodología de “escraches” fue adoptada de la película cómica “Locademia de Policías”. “Decía Jorge Luis Borges que ‘la idiotez es popular’. Al parecer esta medida de tránsito cuenta con ambas condiciones: es popular y es una idiotez”, había dicho Bussi. “Pobre Borges, cayó en el análisis de una de las más lúgubres mentes del siglo XXI, que justifica los crímenes de Lesa Humanidad. Lo cierto es que si viviera Darwin desarrollaría la Teoría de la Involución, o sea que el simio proviene de Ricardito, que en vez de tomar un micrófono para hablar sandeces, debe cortar una banana y comerla”, enrostró Romero.

“Una política publica seria como la vial no puede ser tomada como circo. ¿Se pueden modificar conductas gritando en la ciudad? Funcionarios que prepotean no ayudan”, arremetió Verón Guerra. 

La iniciativa fue sancionada por 15 votos afirmativos y dos abstenciones. Votaron a favor Bussi y Verón Guerra, por Fuerza Republicana; el presidente Javier Aybar; Agustín Romano Norri, Sandra Manzone, Roberto Ávila, José María Franco y Roque Mendía, por el Acuerdo para el Bicentenario; y Dante Loza, David Mizrahi, Juan Luis Pérez, Graciela Suárez, Dolores Medina, María Belén Cruzado Sánchez y Matías Figueroa. Se abstuvieron José Argañaraz y Raúl Pellegrini (ApB). Rodolfo Johny Ávila (ApB), se retiró momentáneamente para no votar.