La relación entre el ex jefe de la Bonaerense denunciado por NOTICIAS y la comisaría donde encontraron droga escondida. Una denuncia oportuna.
Hace casi un año, NOTICIAS reveló que, veinte años después de la recordada tapa titulada “Maldita Policía”, publicada en 1996, la corrupción en la Bonaerense estaba intacta:cajas de dinero negro y connivencia con el narcotráfico. La mirada estaba puesta sobre el polémico historial del entonces jefe de la Policía Bonaerense, el comisario mayor Pablo Bressi, elegido por la gobernadora María Eugenia Vidal a poco de haber asumido, en diciembre del 2015. En ese momento, el jefe de la fuerza también era duramente denunciado por la aliada de Cambiemos, Elisa Carrió. Sin embargo, Bressi se mantuvo en su cargo por casi ocho meses más.
“Lo investigó Asuntos Internos, se analizaron todas las denuncias y no hay nada”. “Si descubrimos que alguna de las cosas de la que se lo acusa es verdad, entonces lo sacaremos”. Fueron algunas de las frases que utilizaron Vidal y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, para defender a Bressi. Sucede que, para los funcionarios de Cambiemos, hacer a un lado al jefe policial recientemente elegido podía ser visto como un signo de debilidad. Pero el pasado domingo 23, el mismo ministro que desestimó las denuncias de este medio terminó denunciando lo que NOTICIAS expuso entonces. Casi un año después de la salida de Bressi, en plena campaña electoral, “una denuncia anónima” (hecha en el mismo Asuntos Internos que investigó al ex jefe de la Bonaerense) y un video que llegó directamente al celular particular de Ritondo, reabrieron el tema. En el video, un efectivo muestra cómo sus jefes escondían la droga en el techo de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas Lanús-Avellaneda, lo que desembocó en el allanamiento de esa dependencia. Encontraron marihuana, paco y cocaína.
El responsable de esa seccional, el comisario Ariel Skalla, señalado por efectivos de la fuerza como “un hombre del riñón de Bressi”, está denunciado como “el cabecilla de la banda”. ¿Por qué una denuncia anónima tiene ahora el aval que el gobierno bonaerense le negó a este mismo tema hace un año? Y hay algo aún más llamativo: las extrañas coincidencias que ponen en duda la existencia de un denunciante anónimo.
Carne y uña. El lunes 14 de diciembre del 2015, Ritondo hacía su debut al frente del Ministerio de Seguridad con un megaoperativo en el que la Policía Bonaerense secuestró cuatro toneladas de marihuana. Las sonrisas de los presentes denotaban la felicidad de aquel primer gran logro en el sentido de lo que Cambiemos había prometido en campaña: derrotar al narcotráfico. “¿Ven? Y recién tengo 24 horas de ministro”, decía Ritondo.
La noticia recorrió todos los portales. En la foto de la nota aparecían Bressi, Ritondo, Vidal y el comisario recientemente separado de la fuerza, Ariel Skalla, señalado como el supuesto líder de los polinarcos, quien asumió en ese puesto cuando Bressi era el superintendente de Drogas del sciolismo.
El pasado domingo 23, la Justicia allanó de manera relámpago la Superintendencia de Drogas Lanús-Avellaneda, lugar que venía investigando Asuntos Internos desde el 26 de mayo, cuando un denunciante anónimo relató cómo los jefes de esa dependencia ordenaban quedarse con droga de los allanamientos para venderla y para armar causas. La intervención judicial se activó luego de que a Ritondo le llegara el video de un policía (quien luego de declarar ingresó al Programa de Protección al Denunciante) mostrando que en ese mismo momento había droga escondida en la seccional. El ministro informó de inmediato al responsable de Asuntos Internos de la bonaerense, Guillermo Berra, y este al juez federal de turno en la feria judicial, Alberto Santamarina, quien dispuso el inmediato allanamiento por la causa que investiga originalmente su par de Lomas de Zamora, Federico Villena.
En esa dependencia, Gendarmería encontró 350 envoltorios con cocaína, 50 de paco y varias dosis de marihuana ocultos en un entretecho de una de las oficinas de la dependencia. Además, se secuestraron más de 30 teléfonos celulares que eran utilizados por los polinarcos, con diferentes chips, para no ser rastreados ni escuchados.
“Skalla es amigote de Bressi. Son ‘Liceístas’ (iniciaron su carrera en el Liceo Policial y la continuaron en la Vucetich). No sabe nada de narcotráfico, pero lo puso su amigo por confianza. La droga en la DDI no es nuevo y es imposible que Bressi no supiera nada. Igual, es raro que le hayan soltado la mano, a menos que sea parte de la negociación de su salida”, aseguró a NOTICIAS un ex comisario cercano a la dependencia.
Según la denuncia a la que accedió NOTICIAS, los integrantes de la DDI allanada “habían desarrollado un modus operandi organizado con el fin de perpetrar hechos ilícitos vinculados con el narcotráfico, destacando una estructuración y jerarquización delictiva en razón de las funciones que cumplían”. En otras palabras, los responsables de la dependencia allanada trabajarían como una estructura mafiosa, con el comisario Skalla y el subcomisario Damián Rosello a la cabeza, seguidos por el oficial principal J.R. (las siglas son porque no están separados de la fuerza pero sí investigados), el oficial inspector A.F., el oficial subinspector G.A., el capitán A.A., los teniente 1º F.D. y M.T., el teniente E.E., el sargento D.A. y el oficial N.M. En total, once denunciados de los cuales, hasta el momento, sólo dos fueron sumariados.
Si la negociación para la salida del ex jefe policial incluía dejar actuar al nuevo jefe, entonces, el ministerio a cargo de Ritondo se vio frente a otra dificultad. ¿Cómo desmembrar a una estructura mafiosa tan bien articulada y con nexos e informantes en la Justicia? Porque, según la denuncia, la DDI había sido allanada una vez pero “la dependencia estaba limpia”, ya que los jefes habían sido alertados. La solución a este inconveniente, según un ex jefe de la Bonaerense, fue infiltrándoles un efectivo.
Extrañas coincidencias. “Connivencia policial en orden a la venta y comercialización de estupefacientes. Protección policial, Irregularidades graves en la Dependencia”, dice la carátula de la denuncia anónima presentada el 26 de mayo de este año en Asuntos internos, y agrega que los policías tenían connivencia con los narcos de la zona.
Hace casi un año, más de cinco policías, ex policías y personas del riñón de Bressi denunciaron en NOTICIAS cómo era el sistema de recaudación ilegal de la Bonaerense, e incluía detalles de los nexos entre efectivos policiales y narcotraficantes. Es más, dos de los entrevistados relataron cómo fue el momento en que le “entregaron a Bressi plata de la recaudación ilegal” por pedido de sus jefes, hechos que también denunciaron en la Justicia. ¿Cómo es que Skalla podía mantener una supuesta estructura ilícita sin que su superior y amigo, Bressi, no se enterara o, al menos, sospechara?
El 9 de mayo, el ex jefe de la Bonaerense fue desplazado. En su lugar asumió Fabián Perroni y, dos semanas después, el 26 del mismo mes, entró la denuncia anónima, la que fue utilizada por el Ministerio de Seguridad para realizar una denuncia penal. Ese mismo día, el efectivo que filmó el video que le llegó a Ritondo publicó en su Facebook: “Me tendré que venir a vivir a La Plata… Toda la semana acá…”, ciudad donde está asentado el Ministerio de Seguridad bonaerense y las oficinas de Asuntos Internos de la fuerza policial.
Cuando a principios de mayo NOTICIAS anunció el inminente desplazamiento de Bressi, Ritondo salió a desmentir la noticia en todos los medios. Horas más tarde, se concretó la salida que una semana antes el ministro, Bressi y Vidal habían acordado en una reunión secreta que se realizó en la torre del Banco Provincia, ubicada en el microcentro. Desde ese momento no se supo nada más de Bressi. Quizá, como insiste un comisario retirado que supo estar muy cerca del ex jefe de la Bonaerense, “en una de esas, en esa negociación, Bressi acordó soltarles la mano a sus laderos a cambio de salvarse él”.
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