Coto, Makro, Carrefour, Día, Coca-Cola Femsa, Bio Sidus, Roemmers, YPF, Dapsa, Shell, Pampa Energía, PAE, Granja Tres Arroyos, Aeropuertos Argentina 2000, JBS (Swift), FedEx, Queruclor, Simmons y La Salteña, entre las firmas que aparecen. Desde 2021, unas 110 dejaron de arrojar polución a unos de los ríos más contaminados del mundo que afecta la vida de 5 millones de personas.
Alejandro Rebossio
Hace un año, elDiarioAR publicó una lista que es pública, que está en la página web de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar, que integran los gobiernos nacional, porteño y bonaerense), pero que casi nadie difunde: la de los agentes contaminantes de uno de los ríos con más polución del mundo, lo que afecta la vida de 5 millones de personas que viven a su alrededor. Había entonces 795 establecimientos, varios de ellos de una misma empresa. Un año después, cuando la Nación y la ciudad están impulsando la navegación turística del Riachuelo, los últimos datos disponibles de la Acumar, a agosto pasado, muestran que el listado se redujo en un 13%, a 685 plantas, 110 menos que en 2021, pero aún sigue conteniendo el nombre de grandes compañías, así como el de numerosas pymes.
Entre las más resonantes figuran la cadena de supermercados y frigorífico Coto, la fabricantes de materiales de la construcción Parex Klaukol, Alfajores Jorgito, Coca-Cola Femsa (embotelladora mexicana de la compañía estadounidense), los laboratorios Bio Sidus y Roemmers, las empresas de colectivos Plaza, La Nueva Metropol, Dota, Monsa, Andesmar y Nueva Chevallier, las avícolas Granja Tres Arroyos, Wade y Proteinsa, las petroleras YPF, Dapsa (de Sociedad Comercial del Plata), Shell, Pampa Energía y Cono Sur (de la estatal venezolana PDVSA), la fabricante alemana de gases industriales Linde, la metalúrgica recuperada por los trabajadores Redepa (ex Canale), el mayorista neerlandés Makro, la supermercadista francesa Carrefour y la española Día; dos empresas de Eduardo Eurnekian, Aeropuertos Argentina 2000 y la constructora Helport; Lácteos Barraza, Pan American Energy (PAE), la empresa de agua embotellada Siffredi, el frigorífico brasileño JBS (dueño de la marca Swift), el Automóvil Club Argentino (ACA), el correo norteamericano Federal Express (FedEx), la firma de recolección de residuos Covelia, la fabricante de lavandina Queruclor, la de colchones Simmons, el proveedor alemán de productos y servicios para diálisis Fresenius Medical Care; la curtiembre Sadesa, de la familia Galperin; el proveedor de catering Gate Gourmet; la alimenticia La Salteña, del grupo Perez Companc; y la firma estatal de asistencia a aviones en tierra Intercargo. También figuran las curtiembres Tortosa, Biondo, Don Luis, Cefalo, Torres, Liotti, Napolitana, San Francisco, Martinov, Urcioli, Fieno y Gonella. Al menos siete grandes empresas de renombre que aparecían el año pasado ya no están más, por lo que oficialmente han dejado de contaminar. Una buena noticia.
Consultada por elDiarioAR sobre qué hace la Acumar ante empresas que en algunos casos llevan más de una década en la lista de agentes contaminantes, el organismo que encabeza Martín Sabbatella responde: “Acumar se encarga de controlar que los procesos productivos de las empresas de la cuenca se ajusten a la normativa vigente, sancionar a quienes la incumplen y promover prácticas amigables con el ambiente. Este trabajo se lleva adelante a través de inspecciones periódicas a los establecimientos productivos, comerciales y de servicios, con el objetivo de controlar que los impactos ambientales de los proceso de producción, los sistemas de tratamiento de efluentes líquidos, la gestión de residuos peligrosos, entre otros factores, de cada establecimiento estén adecuados a la normativa ambiental. Las recorridas de fiscalización se planifican priorizando las visitas a las empresas de alto impacto ambiental, mientras que, en simultáneo, se efectúan inspecciones para monitorear los avances de los planes de adecuación de las empresas declaradas agentes contaminantes. También se realizan operativos en lugares específicos demarcados por denuncias de la comunidad. En caso de constatarse la generación de un impacto negativo en el aire, suelo y/o agua el establecimiento es declarado agente contaminante. Una vez que una empresa es declarada agente contaminante, Acumar la intima a presentar un plan de adecuación ambiental, con el objetivo de que realicen las modificaciones necesarias en sus procesos en pos de cumplir con la normativa. La Autoridad de Cuenca monitorea cada paso de los avances del plan para verificar su cumplimiento y, a través de ese seguimiento, se encarga de volver a intimar a las empresas, sancionarlas o clausurarlas, en caso de que corresponda. En caso de cumplir con su adecuación a la normativa ambiental la empresa es excluida de la nómina de agentes contaminantes y se declara adecuada ambientalmente”.
¿Qué responden las empresas que aparecen en la lista? Algunas de ellas contestaron a la consulta de elDiarioAR. En Coto, que tiene 15 establecimientos en el listado, responden: “Hay planes de adecuación previstos acordes a lo que marca la ley, y de acuerdo a lo visto y acordado con las autoridades pertinentes. Desde la compañía se viene trabajando año a año con las autoridades de Acumar”. Coca-Cola Femsa aparece con dos plantas y en la empresa norteamericana atribuyen a “cuestiones administrativas” su permanencia en el listado, pero aseguran que ya fueron remediados “dos hechos puntuales” de polución. También en PAE atribuyen su aparición en la lista a un antiguo caso de una estación de servicio Axion en el aeropuerto de Ezeiza.
En Bio Sidus, el laboratorio de Marcelo Argüelles, también dicen que ya cumplieron con un plan de remediación, que duró dos años y finalizó en octubre pasado. Alegan que todo comenzó porque arrojaban dos efluentes que combinados generaban una reacción química contaminante, pero afirman que ahora las mediciones demuestran que ya no y pedirán su exclusión del listado. Para dejar de contaminar, Bio Sidus invirtió US$ 400.000 en una planta para tratar los efluentes de su fábrica de principios activos de remedios emplazada en el barrio de Boedo, desde donde llegan al Riachuelo por determinado curso de agua.
En Roemmers muestran que en septiembre pasado presentaron ante la Acumar un plan de inversión de US$ 350.000 para que en un plazo de cuatro meses, es decir, en enero próximo, dejen de verter fósforo en efluentes líquidos. En la compañía aseguran que ya dejaron de contaminar y esperan pronto dejar de estar en la lista. A continuación se presenta la primera página de la carta de Roemmers a las autoridades con su plan de adecuación y una foto de la nueva planta de tratamiento de efluentes en Luis Guillón, en el partido bonaerense de Esteban Echeverría.
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