Ayer quedó aprobado el Código de Convivencia que, entre otros puntos, prohíbe la actividad de skaters en los espacios públicos. Las protestas con corte de calles también quedan prohibidas. Podrán hacerse en la explanada municipal
En una maratónica y debatida sesión, el Concejo Deliberante de la Ciudad de Mendoza finalmente aprobó ayer el nuevo Código de Convivencia, que fija y regula los usos de los espacios públicos, entre otras cosas.
Entre las novedades más significativas, se destaca el permiso para músicos y artistas callejeros a tocar en la vía pública, siempre y cuando gestionen la autorización correspondiente donde se fije el lugar y el momento en el que se va a actuar.
Además, se deroga el artículo 49 de la antigua normativa, que facultaba a inspectores a decomisar instrumentos musicales y artículos de trabajo a los artistas.
Otro agregado tiene que ver con la prohibición de protestar en las calles citadinas, ofreciendo como alternativa que se marche por las veredas y que las manifestaciones sean en la explanada municipal.
La oposición había solicitado en plena sesión que no se tratara ayer el proyecto y que volviera a comisiones, para que, de ese modo, pudiera ser debatido con audiencias abiertas en las que participen también artistas y trabajadores.
Sin embargo, el oficialismo (con el acompañamiento del Pro) logró imponer el rechazo a esa moción y la normativa se trató y aprobó ayer.
Un grupo de artistas que marchó al Concejo y que vivenció parte de la sesión desde la platea, criticó el nuevo código.
"Se avanza al quitar la facultad a los inspectores para que nos decomisen los instrumentos, pero sigue siendo una ordenanza prohibitiva porque siguen siendo las autoridades municipales quienes eligen cómo, cuándo y dónde podemos tocar.
Nosotros presentamos hace un tiempo un proyecto de reglamentación donde proponíamos espacios como la Peatonal, las avenidas San Martín y Las Heras como espacios para tocar pero no tuvimos respuesta.
Y, aunque se deroga el artículo 49, la respuesta termina siendo otro artículo con la misma lógica restrictiva", indicó Miguel Pérez, uno de los músicos autoconvocados.
La norma
El flamante Código de convivencia para la Ciudad de Mendoza, aprobado en votación dividida durante la jornada de ayer, se divide en 81 artículos.
Entre otras cosas, establece la prohibición de marchar y manifestarse por las calles de la Ciudad, ofreciendo a cambio las veredas a fin de no obstruir el tránsito.
Además pone a disposición el uso de la explanada del edificio municipal para la realización de actos, manifestaciones y movilizaciones. En ambos casos habrá que avisar a la comuna previamente la decisión de movilizarse.
Asimismo, faculta a los músicos callejeros a actuar en la vía pública, aunque deben gestionar un permiso con la propia Municipalidad donde se establecerá el día en que actuarán, el lugar y cómo lo harán.
También restringe las acrobacias con patines, bicicletas, skates y cualquier otro elemento similar en escaleras para peatones, elementos para la accesibilidad de personas discapacitadas, barandas, bancos, o cualquier otro elemento del mobiliario urbano.
Esto significa la prohibición de estas actividades en las plazas y espacios públicos. De hecho, la comuna anunció la construcción de un parque de deportes urbanos en el predio del ferrocarril donde antes se situaba el asentamiento Escorihuela (calle Tiburcio Benegas).
Otras actividades que quedan prohibidas son: la prostitución, la venta y el uso de pirotecnia en la vía pública; la venta de cigarrillos y pegamentos a menores; el consumo de bebidas alcohólicas en la calle; los grafitis y pintadas en la vía pública y la emisión de publicidad sonora.
Asimismo, quedará prohibido el reparto de folletos en la vía pública, a excepción de los que pertenezcan a ONGs y uniones vecinales, de acuerdo a las modificaciones que se hicieron durante la sesión.
Además se regula la tenencia de animales y queda prohibido el sacrificio de animales (eutanasia cero), salvo en casos de criterio veterinario.
El no cumplimiento de cualquiera de estas normas se considerará infracción administrativa y se establecerá una escala de sanciones que se clasificarán en leves, graves y muy graves.
Debate
Con siete votos afirmativos (el oficialismo y el Pro), dos negativos (FIT y Eduardo Quiroga, del PJ), una abstención (Dugar Chappel, de la UCR disidente) y un ausente (del PJ), el nuevo Código fue aprobado durante la siesta de ayer. Luego fue el momento de analizar y votar artículo por artículo, proceso que tomó toda la tarde.
"Este código va a marcar un antes y un después y eso es más que positivo, porque va a regular los usos y servicios de la Ciudad de Mendoza. En lo que se refiere a las protestas, se establece que no se pueda cortar el tránsito y se ofrece la explanada.
No hemos conocido rechazo por parte de los gremios ante esta medida. En lo que tiene que ver con los músicos callejeros, es bueno que se elimine la ordenanza 49, que es de la época del proceso (1979) y que autorizaba el decomiso de los instrumentos.
En el nuevo artículo 13 se permite ejercer el arte en diferentes ámbitos y lugares, con autorización previa y de forma regulada. Vamos a articular el proceso con los músicos para ver la forma en que debe gestionarse el permiso", resaltó Darío González, presidente del Concejo, quien votó a favor junto a los radicales Leonardo De Lucía, Beatriz Martínez, Jorge Molina y Marcelo Rubio.
Una de las ediles que se opuso y votó en contra del código fue Macarena Escudero, del FIT. "No acompañamos el proyecto. Creemos que tiene artículos prohibitivos para los skaters, los vendedores ambulantes y los grafiteros.
Además también prohíbe a los músicos callejeros porque si bien se deroga la ordenanza del '79, al mismo tiempo se establece que sólo podrán tocar con la autorización de la Municipalidad.
Eso es mantener la prohibición a los músicos. Ellos presentaron una idea de reglamentación, con sus propuestas de horarios y lugares, pero no han tenido respuesta", indicó la concejal.
Asimismo, destacó como algo preocupante la cantidad de veces que se utiliza el término "prohibir" en la norma. "Es la palabra que más se repite. Creemos que debe existir una audiencia pública para que los jóvenes puedan opinar, para que los músicos y los vendedores ambulantes puedan hacerlo también.
No podemos aprobar esta ordenanza sin la presencia de los trabajadores, sin preguntarles qué opinan de tener que pedir permiso para movilizarse. No podemos aprobar y ni siquiera discutir esto sin tener la voz de todas las partes", se explayó.
"Esta ordenanza es poco seria y no somos conscientes de que lo que estamos votando golpea la vida de cientos de personas que también son vecinas de Capital", sentenció.
Sebastián Tapia (PJ) fue otro de los que votó en contra del nuevo código. "Nos sorprende el apuro por no dejar lugar a la voluntad popular. ¿Se han sentado a hablar con los intendentes de Las Heras, Godoy Cruz y Guaymallén para elaborar este nuevo código? También nos molesta la palabra prohibir.
Las ordenanzas vigentes también prohíben y no se cumplen. ¿Por qué no nos preguntamos entonces justamente por qué no se cumplen ésas? Es una falta de sentido común querer que se proteste en las veredas.
Esta ordenanza no busca regular; busca prohibir. No vamos a acompañar este tipo de discusiones a puertas cerradas. Pedimos que se pase a comisiones plenarias, para abrir el diálogo y generar consensos", destacó Tapia.
El concejal Dugar Chappel se abstuvo en la votación. "Creo que, por la sociedad que nos mueve, tenemos que estudiar artículo por artículo antes de aprobarlo”.
Músicos y murgueros se hicieron oír
Mientras en el Concejo Deliberante se definía el futuro del proyecto de Código de Convivencia, en la explanada de la Municipalidad de Ciudad un numeroso grupo de artistas callejeros (músicos, malabaristas, entre otros) se manifestó pidiendo que se los deje trabajar sin censuras ni prohibiciones.
"No sólo hay represión a músicos. También se reprime a mimos, a estatuas vivientes y a otros artistas. Hace cuatro meses nosotros ya vinimos hasta acá a quejarnos porque se nos seguía decomisando los instrumentos y tuvimos una promesa de la Municipalidad.
Hace dos semanas volvieron a querer quitar los instrumentos a una compañera. No podemos confiar y hasta ahora sólo tenemos palabras. La ordenanza que hoy se está debatiendo no es buena, porque es prohibitiva y elitista, no sólo con nosotros, sino también con los skaters", destacó Miguel Pérez, uno de los músicos autoconvocados.
"Hace cuatro años trabajamos en la calle y desde el principio gestionamos el permiso. Nos salió ahora y costó mucho, la verdad. Si se aprueba una nueva ordenanza, esperemos que sea para agilizar los procesos que otorgan permisos a todos. Aunque esta nueva ordenanza no deja de ser prohibitiva", destacó Damián Villegas, acordeonista del grupo Biciswing.
El propio intendente Rodolfo Suárez salió a la explanada para dialogar con los músicos, quienes le pidieron que tenga una reglamentación clara y taxativa antes de aprobar el código.
"Queremos apoyar a los músicos y artistas y que estén en la calle; queremos una Ciudad amigable, pero con respeto. Ellos (los artistas) van a tener que respetar los horarios", destacó Suárez, quien denunció una operación política detrás de toda la efervescencia.
"La Cámpora y el FIT aprovechan esta oportunidad para hacer política", disparó Suárez, generando el repudio de todos los músicos y artistas que estaban en el lugar.
La Cámpora, en tanto, cuestionó el nuevo código. El director de Deporte barrial y turismo social de Mendoza, Carlos Gallo, destacó que "el código de convivencia presentado por el intendente de la Ciudad es altamente prohibicionista y creemos que propone casi una privatización del espacio público".
Uso del espacio público
El nuevo Código de Convivencia plasma en un sola normativa varias ordenanzas sobre el uso del espacio público en la Ciudad. Si bien es producto de tres años de trabajo del intendente Rodolfo Suárez -con el asesoramiento de Carlos Egües y María Gabriela Ábalos-, retoma el espíritu de algunas medidas tomadas por su antecesor.
Víctor Fayad aplicó una multa al SUTE por cortar las calles durante una manifestación en julio de 2008. El anterior jefe municipal defendió el derecho a circular del resto de la gente y ofreció, como contraparte, la explanada municipal como escenario de las protestas y que los manifestantes circularan por las veredas.
También en 2008 y basándose en ordenanzas existentes, la comuna prohibió a los artesanos ubicarse en Plaza España y sobre la vereda norte de calle Garibaldi, y los trasladó a otras ubicaciones. Un poco después, los inspectores municipales obligaron a las “estatuas vivientes” a retirarse de la avenida San Martín.
Al año siguiente se empezó a controlar que los artistas callejeros, en particular músicos, sólo tocaran en los espacios públicos si tenían un permiso que debía otorgar un comité de funcionarios de distintas áreas. Se prohibió la presencia de malabaristas en las calles, porque entorpecían el tránsito.
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