Dos exsenadores ya recorren distritos del noroeste. Buscan reeditar la tropa que en 2019 la postuló para la gobernación. Perfil alto y cuerpo a la campaña.
La vicegobernadora Verónica Magario comenzó a armar su propio espacio en la provincia de Buenos Aires. Ya mandó a dirigentes de su entorno a caminar las secciones electorales. Muy activa durante la campaña, con una actuación clave en las secciones que le dieron al Frente de Todos (FdT) la paridad de bancas en la Cámara que conduce, la matancera busca reeditar su propia liga de dirigentes, esa en la que tallaba una veintena de intendentes y que fue el soporte de su precandidatura a gobernadora en el arranque de 2019. Instalada en el Senado, levanta el perfil y empieza a darle forma a una estructura política que le responda dentro de la coalición oficialista.
Encomendó la tarea a los exsenadores Gustavo Traverso y Juan Manuel Pignocco, quienes ya arrancaron a caminar el territorio armando reuniones y encuentros de dirigentes con el objetivo de amplificar su voz y sumar adhesiones. Con alto nivel de conocimiento en el votante del conurbano debido a su actual función, pero, fundamentalmente, a sus años al frente del distrito más populoso, La Matanza, se enfoca en el interior.
El itinerario comenzó en la Cuarta, sección del noroeste por la que Traverso accedió a una banca del Senado en 2017, aunque no fue incluido en las listas de 2021. A principios de año, junto con Pignocco encabezó una reunión en Junín y a fines de enero, otra en Trenque Lauquen. A ambos distritos, gobernados por intendentes de Juntos, arribaron referentes y concejales de municipios vecinos. El próximo encuentro está pautado para marzo en Bragado. La agenda continuará con recorridas por otras secciones a lo largo del año. En su equipo no descartan que Magario se sume a algunas de las próximas recorridas.
Agenda de alto perfil
A cargo del Ejecutivo por el viaje del gobernador Axel Kicillof a Rusia, China y Barbados, Magario mantiene una agenda cargada desde hace días, pese a que no hay sesiones en la Legislatura. La semana pasada encabezó en Pinamar la conferencia sobre el seguimiento del combate a la pandemia y en los días posteriores se reunió con gran parte del Gabinete y fue parte del comité de emergencia liderado por Carlos Bianco para el caso de la cocaína adulterada, que hasta el cierre de esta nota había dejado un saldo de 23 personas muertas y decenas de hospitalizados.
Este lunes recorrió el distrito de General Rodríguez junto al ministro de Obras Públicas de la nación, Gabriel Katopodis; el ministro de Infraestructura bonaerense, Leonardo Nardini, y el intendente local, Mauro García. Y este martes se reunió con el jefe de Gabinete de Buenos Aires, Martín Insaurralde, para delinear el trabajo de reconstrucción productiva que puso en marcha el gobierno para los siguientes dos años.
La Liga 2019
En el arranque del año electoral en el que se disputaron cargos ejecutivos, antes de la definición de candidaturas, Magario había sumado el respaldo en una veintena de intendentes del interior que la posicionaban como líder de la propuesta provincial del peronismo unido. El respaldo no era menor ni arbitrario. El grupo se había conformado en diciembre de 2017 cuando fracasó en su intento de frenar en la Legislatura bonaerense el Presupuesto y el endeudamiento para 2018.
Aquel tropiezo derivó en reuniones que luego se materializaron en reclamos conjuntos al gobierno de María Eugenia Vidal. En ese momento, el pelotón de candidatos no era muy amplio, pero sí muy diverso. Su postulación se cruzaba con los intereses de los intendentes del conurbano que le daban su respaldo político al lomense Insaurralde. Finalmente, Cristina Fernández de Kirchner ungió a Kicillof y la ubicó como compañera de fórmula. Cosecharon el 52 por ciento de los votos, truncando el sueño de reelección de la hoy diputada nacional por la Ciudad.
El cuerpo a la campaña
El año pasado, Magario tuvo un rol activo en la campaña. Con el objetivo de sumar los senadores que Kicillof necesitaba para gobernar, salió a la cancha a conseguir los votos en la Cuarta y la Séptima secciones, dos regiones clave para terminar con la mayoría de la oposición en la Cámara alta, talón de Aquiles del gobernador durante los dos primeros años de mandato. Finalmente, y pese a unas primarias complicadas para el oficialismo, el FdT se quedó con las senadurías necesarias para empatar a la oposición.
En su equipo subrayan que la vicegobernadora tiene el acompañamiento territorial de un importante caudal dirigencial. Le destacan su capacidad para reconocer las problemáticas y necesidades del interior, aquellas que pudo palpar no sólo en los recorridas de campaña de 2019, sino las del último año, donde la demanda no sólo llegó por parte del electorado sino, también, de los propios militantes, quienes plantearon la imposibilidad de encontrar en la agenda de la región metropolitana las respuestas a los conflictos que tiene el interior profundo.
Si bien la dirigencia reitera que el oficialismo está alineado a Kicillof, quien ya se lanzó a la reelección con un programa de seis años de gobierno hasta 2027, los conflictos permanentes que sacuden a la alianza de gobierno que lideran los Fernández vuelven incierto el futuro y abonan especulaciones. El mar de incertidumbre en el gobierno central afecta al bonaerense toda vez que el gobernador es imposible -al menos por el momento- de quitar de la lista de presidenciables. Una eventual salida del gobernador para jugar en la liga mayor abriría la competencia peronista en el principal distrito electoral del país. Y Magario podría volver a estar en ese pelotón de aspirantes.
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