Sin conducción ni liderazgos fuertes, los gobernadores peronistas se concentraron en ganar sus provincias, con resultados dispares. La caída de Schiaretti y Verna fue un duro golpe. El factor CFK.
Un mes antes de las generales de octubre los gobernadores del peronismo retomarán en Buenos Aires la conversación que comenzó a principios de agosto en la Casa de Entre Ríos. Ese mediodía, asado de por medio, los mandatarios provinciales hablaron de la necesidad de avanzar en la formación de una liga que les permitiera negociar con el Gobierno nacional desde una situación de fortaleza, por un lado, y contrarrestar el resurgimiento de Cristina Kirchner, por el otro. Para diagramar ese futuro, dijeron ante la prensa, cada uno debía triunfar en las elecciones en su propio distrito. El mismo imperativo corría para la ex presidenta. Desde la lógica del poder territorial confirmado empezarían a rearmar al peronismo. En ese camino contaban como fortaleza el regreso al partido de Juan Schiaretti, el gobernador del distrito más grande todavía en manos del peronismo. Pero el cordobés se convirtió en uno de los grandes perdedores de la elección del 13 de agosto. Y la suerte de sus colegas fue dispar.
Atomizado, sin conducción ni liderazgos fuertes, sumido en un proceso de crisis y dispersión después de la derrota de 2015, el peronismo de las provincias alternó victorias –en su mayoría, en provincias donde los gobernadores iniciaron su mandato en 2015- con derrotas inesperadas y en algunos casos estrepitosas, como las de La Pampa, Córdoba y San Luis. La presencia del kirchnerismo en cada territorio, dentro y fuera de los frentes justicialistas provinciales, también trajo consecuencias diferentes en las distintas provincias.
Los ganadores
El salteño Juan Manuel Urtubey fue el primero en salir a capitalizar el triunfo del Frente Unidad y Renovación, que cosechó 37,96 por ciento de los votos frente al 24,22 de Cambiemos. “Con Schiaretti perdiendo en Córdoba, es el peronista mejor posicionado para 2019”, analizaban cerca del gobernador.
Urtubey logró en Salta un triunfo importante, aunque el caudal de votos de su espacio se redujo respecto de elecciones anteriores. La merma responde a la fragmentación del peronismo y el kirchnerismo, que compitió por primera vez por fuera del oficialismo, con la boleta del Frente Ciudadano para la Victoria y sorprendió con el 17,38 por ciento de los votos.
Entre los ganadores también estuvo el chaqueño Domingo Peppo, uno de los nuevos gobernadores que consolidó su liderazgo con una diferencia de más de seis puntos entre el Frente Chaco Merece Más y Cambiemos. El resultado final fue 43,74 a 37,20. Por afuera del oficialismo provincial – formado por distintos espacios, entre los cuales está La Cámpora- jugó un sector del kirchnerismo, con la boleta de Unidad Ciudadana. Obtuvo el 7,18 por ciento.
También del equipo de los nuevos gobernadores, el tucumano Juan Manzur logró un contundente triunfo, tal como había vaticinado el día de la reunión en la Casa de Entre Ríos. El Frente Justicialista Tucumano – con el kirchnerismo incluido – le sacó una ventaja de más de 22 puntos a Cambiemos.
Tanto Urtubey como Peppo y Manzur propiciaron la participación de distintos sectores en las primarias y llegaron a la elección con varias listas.
Entre los ganadores también se anotaron Lucía Corpacci, gobernadora de Catamarca - donde el peronismo ganó por 10 puntos -, y el riojano Sergio Casas,pese a que Carlos Menem le regaló una victoria menos holgada de la esperada en la categoría senadores. En los dos casos, las listas ganadoras fueron únicas.
En tanto, el sanjuanino Sergio Uñac se sumó a la lista de los grandes ganadores. Su lista Frente Todos – Frente Todos- le sacó casi 20 puntos a Cambiemos San Juan. El factor Cristina no tuvo gravitación. El kirchnerismo no logró pisar fuerte en la provincia, blindada para el peronismo puro por José Luis Gioja durante sus 12 años como gobernador.
También miembro de la incipiente liga, el misionero Hugo Passalacqua anotó a Misiones en la nómina de triunfos. El Frente Renovador de la Concordia obtuvo 40,53 por ciento de los votos y le ganó por 12 puntos a Cambiemos.
“En línea general, la lógica de la elección fue una continuidad de 2015 en la idea de cambio. Por eso ganaron los nuevos gobernadores”, analiza un operador del peronismo que tuvo diálogo con dirigentes de todas las provincias tras las PASO.
En la lista de ganadores solo se anotan dos que no transitan su primer mandato: Corpacci y el formoseño Gildo Insfrán, acostumbrado a ganar Formosa desde 1995 de manera ininterumpida. Sin sorpresas, Infrán, el más kirchnerista de los gobernadores - sin contar a Alicia Kirchner- arrasó en su provincia, donde el Frente para la Victoria el sacó 21 puntos a Cambiemos. El peronismo manda en la provincia desde 1983.
Salvo Insfrán y Corpacci, todos los gobernadores ganadores mostraron en los primeros dos años de mandato un perfil de diálogo con el Gobierno nacional. En todos los casos se impusieron sobre el kirchnerismo en las urnas o lograron mantenerlo controlado dentro del peronismo provincial.
Los perdedores
La fueguina Rosana Bertone y el entrerriano Gustavo Bordet - también tildados como dialoguistas con el Gobierno nacional- fueron, por distintos motivos, los dos nuevos miembros del club de los gobernadores que no pudieron alzarse con triunfos.
En Tierra del Fuego, la lista de la gobernadora resultó tercera en las primarias. El oficialista Frente Tierra de Unión obtuvo el 17,99 por ciento de los votos, detrás del Frente Ciudadano y Social (21,23 por ciento) y de Cambiemos (19,46). A diferencia de otros distritos gobernados por el peronismo, en Tierra del Fuego se produjo una situación singular: el ganador de la elección fue un kirchnerista, Martín Pérez, antes aliado de Bertone. En la boleta, Pérez incluyó a la ex gobernadora Fabiana Ríos, gran rival de la mandataria.
Bertone buscará ahora – cambios en el gabinete provincial mediante – revertir el resultado y huir de la “nacionalización” de la elección, que cree que le jugó en contra en las primarias. Para la gobernadora, en una provincia que depende en gran medida de la actividad industrial que está en riesgo con el modelo macrista, el apoyo de Cristina a Pérez inclinó la cancha a favor del diputado. La diferencia entre Pérez y Laura Colazo, la candidata de Bertone, fue de apenas tres mil votos.
En tanto, Bordet empezará a recorrer Entre Ríos en busca de los votos perdidos por el peronismo en distritos en los que solía ser ganador, como Concordia, Concepción del Uruguay y Gualeguaychú. En la provincia, Cambiemos obtuvo el 47,72 por ciento de los votos, cinco más que el peronismo. Pero para Bordet la situación es remontable. “Veníamos de una derrota electoral de casi 10 puntos en el balotaje de noviembre de 2015", analizó el mandatario tras la elección.
Por último, las derrotas de Schiaretti, en Córdoba, de Carlos Verna, en La Pampa, y de Alberto Rodríguez Saá, en San Luis, fueron tan contundentes como sorpresivas. En Córdoba, Cambiemos se impuso por 16 puntos. En La Pampa, por 11. En San Luis, por 17. Sin sorpresas, el peronismo también perdió por goleada en Santa Cruz, donde gobierna Alicia Kirchner. Fue 45 a 29 para Cambiemos, que se quedará con los dos senadores nacionales.
“Son ciclos agotados, gobiernos de muchos años que caen ante la ola de cambio. Hay que cambiar las caras rápido porque nos llevan puestos”, analizan desde una de las provincias ganadoras.
En la tormenta del peronismo, el kirchnerismo salió fortalecido en Santa Fe,donde Agustín Rossi se quedó con la interna del Frente Justicialista que venció a Cambiemos, ganó en Chubut y obtuvo una aplastante victoria en Río Negro, de la mano de María Emilia Soria. En las dos provincias patagónicas compitió con el sello Frente para la Victoria.
En tanto, todavía queda en duda si Cristina Fernández de Kirchner se impondrá finalmente sobre Esteban Bullrich en la provincia de Buenos Aires. El resultado se conocerá antes de que los gobernadores vuelvan a verse las caras, en septiembre. Para entonces, la liga de gobernadores ya tendrá identificados a los ganadores sobre los cuales empezará a edificar, aún sin conducción, el difícil camino hacia 2019.
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