Lifschitz mira desde arriba

Lifschitz mira desde arriba

El socialista roza los 60 puntos de imagen positiva en Rosario. Se mueve como candidato, pero no definió si va a jugar a senador. La Bota, tierra de tercios.

Miguel Lifschitz tiene puesto el traje de candidato. Lo avalan sus pergaminos y el deseo de sus socios políticos. Lo respalda en las recorridas que, semana a semana, concreta en diversos puntos de la provincia. También lo diagnostican las encuestas, que reconocen que mira a todos desde arriba con una considerable ventaja.

Un informe que realizó la consultora Doxa Data, al que accedió Letra P, sostiene que el socialista tiene una imagen positiva de casi 60 puntos en Rosario, la ciudad más importante de la provincia de Santa Fe.  

Si bien semejante número (59,2%) no se traslada directamente a la intención de voto, Lifschitz arrancaría con ventaja la carrera de senador nacional si fuera candidato. Lo votaría el 28,2% del electorado rosarino y duplica a su inmediata perseguidora, María Eugenia Bielsa. No obstante, la medición contea un altísimo “No sabe/ no contesta”, en casi 31 puntos.

Lifschitz dejó una buena imagen tras su gobierno. Lo indicaban las mediciones que se realizaron apenas asumió su sucesor, el gobernador Omar Perotti. Eso se sostuvo en el tiempo. Tiene un conocimiento casi del 100% en toda la provincia y es el líder opositor al peronismo. Se mueve como candidato y hasta se da el lujo de inaugurar obras en su rol de diputado provincial.

La encuesta, hecha en Rosario, arroja también que la imagen de Perotti en la ciudad anda en el orden de los 40 puntos, 12 por debajo del intendente Pablo Javkin y a cinco del presidente Alberto Fernández.

La toma de Rosario fue clave para el regreso del peronismo a la Casa Gris. Allí, Perotti superó por más puntos que la media provincial al candidato del Frente Progresista, Antonio Bonfatti. Hoy, en cambio, la cuna de la Bandera le factura a Perotti la inseguridad, que está al tope de las preocupaciones, con un 66%.

El socialista no confirmó que será candidato. Por estos días, se ocupa de la interna partidaria que lo tiene como jugador clave. Tiene una ventaja sobre el resto de sus eventuales competidores y competidoras, pero es de esperar que la brecha se achique con los pingos en la cancha.

El margen de crecimiento de Lifschitz será menor cuando todo sea campaña y es de esperar, también, que el Frente de Todos y Juntos por el Cambio lancen una artillería de campaña, con visitas de referencias nacionales y despliegue publicitario sin fin. La grieta será negocio para ambos en plena vorágine.

Juntos por el Cambio, el otro actor no peronista de Santa Fe, padece una situación paradójica. Tiene en Patricia Bullrich (53,8) y Horacio Rodríguez Larreta (51,9) a las figuras nacionales de imagen más elevada, pero sufre, por otro lado, cómo los liberales le comen casi ocho puntos entre las preferencias electorales de rosarinas y rosarinos.

En ese marco, el camino de Lifschitz no es sencillo. Perotti celebra el esquema de tercios y también celebra la aparición de la oferta liberal. Mientras haya más actores de peso en el mapa provincial, mayor beneficio para el oficialismo. El socialista, por más que la diáspora no lo favorezca, seguirá con la perorata de la tercera vía. Por ahora, mira desde la cima. No es poco.

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