La experiencia libertaria en el gobierno ya suma medio año de vida. Analistas reflexionan para El Cronista sobre los mayores problemas y los puntos fuertes en esta primera etapa y las perspectivas para lo que viene
Francisco Llorens
El 10 de diciembre del año pasado, cuarenta años después de la recuperación democrática, Javier Milei asumió como presidente de la Nación e inició una etapa política inédita del país. Hoy se cumple una octava parte del mandato constitucional y es posible detectar los puntos sobre los que el Gobierno pretende fortalecerse de cara al futuro pero al mismo tiempo las falencias y contradicciones del modelo anarcocapitalista que impera en la Argentina.
Entre los puntos que el oficialismo busca destacar se encuentra su popularidad. A pesar del ajuste realizado -sobre el que existía cierto consenso en distintos espacios políticos-, la mayoría de las encuestas coincide en que el apoyo a Milei se mantiene en niveles similares a los de finales del año pasado, cuando se impuso en la segunda vuelta.
El analista político Julio Burdman detalla que "el mayor acierto fue haber avanzado en un ajuste con el acompañamiento de la opinión pública. Esto en buena medida se debe al manejo personal de Milei, no de su gobierno". En esa línea, agrega que el mandatario "logró conectar con toda la gente que está enojada", y de esta forma construyó una base de apoyo que permite que sus medidas sean apoyadas.
En este sentido, el politólogo Luis Tonelli asegura que el mayor acierto del Gobierno fue "interpretar el humor de una mayoría de desencantados, con un fuerte rechazo hacia la política, y convertirlo en un apoyo sorprendente para un ajuste inédito por su brutalidad, paralizando los rechazos y acciones en su contra del resto de los actores sociales".
Su colega Yanina Welp coincide y agrega un elemento cercano, el relato. Sostiene que "la política comunicacional ha sido efectiva en sus propios términos. Es decir, ha mantenido su base de apoyo movilizada, lo que aparece en cualquier manual básico de populista. Pero esto también tiene efectos perversos, ya que incrementa la violencia y dificulta la convivencia".
La economía, por su parte, ofrece datos ambivalentes. La inflación, después de haber tomado un gran impulso al comienzo del mandato, se ha desinflado de manera manifiesta en los últimos meses. De hecho, para el mes de mayo la ciudad de Buenos Aires estimó su indicador en 4,4% mensual, el indicador más bajo en un mes desde febrero 2022.
Sin embargo, especialistas de distintas orientaciones -incluso liberales cercanos al pensamiento de Milei- plantean dudas sobre la sostenibilidad del derrumbe inflacionario, en un contexto en el que el dólar parece haberse atrasado y el campo no liquidó las exportaciones como se esperaba.
La agenda internacional y el vínculo con el exterior también ofrece indicios equívocos. En la parte positiva, Milei ha logrado reuniones con algunos de los empresarios más importantes del planeta, aunque obviamente la llegada de inversiones no depende solo de eso y lleva un tiempo.
Al mismo tiempo, fue invitado a participar de la próxima reunión del G7, lo que denota el indudable impacto que ha tenido puertas afuera del país, más allá del amague de bajarse el último jueves.
Una gestión con falencias
Pasada la campaña y varios meses de mandato, puede que se haya naturalizado, pero que el jefe de Estado repita una y otra vez que es enemigo del Estado no debería dejar de llamar la atención. Eso puede ayudar a explicar las reiteradas falencias que se han registrado en la administración. Tal vez la más evidente sea el desbarajuste de Capital Humano, con la no entrega de alimentos que derivó en la salida de Pablo De la Torre, en un contexto en el que la indigencia pasó del 9,6 al 17,5%, según la UCA.
Así como destacaba la efectividad de política comunicacional oficial, Welp sopesa las consecuencias que tiene. La analista considera que le sorprende negativamente "el grado de crueldad que se ha instalado desde el discurso de una de las personas institucionalmente más importantes de la Argentina, el presidente. Me parece tremendo que ese nivel de crueldad se esté normalizando para muchos sectores de la sociedad, es muy preocupante".
Burdman, por su parte, así como rescata los niveles de apoyo popular que se conservan, observa que esa parece ser la máxima prioridad "por encima de los logros efectivos de gobernabilidad. Es decir, prefiere enfrentar a la casta con todo antes que aprobar la Ley Bases". En este sentido, añade que Milei conserva la carta de que "no es un político, se viste hace cosas distintas y lidera una suerte de batalla contra la política, lo que hace que el mecanismo evaluatorio tradicional funcione casi de forma inversa".
Justamente otro de los puntos que quedó en el debe es la agenda legislativa de la gestión libertaria. En seis meses de gobierno, La Libertad Avanza no logró que se sancionara ninguna ley. La estrategia, hasta el momento ha sido una mezcla de audacia -se envió un proyecto muy ambicioso por la cantidad de artículos y contenido- con una negociación culposa, ya que mientras algunos funcionarios han dado concesiones, el Presidente ha seguido insultando a muchos legisladores, incluidos varios que lo han acompañado en el Congreso.
Y no parece ser demasiado verosímil en este punto el argumento de que la casta le ha impedido gobernar, ya que amplios sectores del PRO, la UCR y HCF pusieron de su parte para que avance el controvertido y abarcativo proyecto legislativo.
Otra de las sombras de esta primera etapa del mandato libertario también se vincula al funcionamiento interno del espacio. A esta altura parece actualizarse día a día el conteo de funcionarios que, por distintos motivos, dejaron el gobierno. Nicolás Posse, que era del riñón de Milei, es en este conteo el de más peso pero no el único.
A esto se agregan constantes dudas sobre la estabilidad de buena parte del gabinete y la sangría de funcionarios se suma a la de viejos aliados de campaña o arquitectos del espacio que ya no están y que van desde Carlos Rodríguez hasta Emilio Ocampo, pasando por su última candidata a gobernadora en Provincia de Buenos Aires, Carolina Píparo o su primer jefe de bloque en Diputados, Oscar Zago, eyectado en medio de una interna de La Libertad Avanza y que ahora regentea su propio bloque aliado.
La trastienda Ganancias, privatizaciones y más renuncias en el Gobierno: los cambios que se vienen esta semanaJulián Alvez
Hacia el futuro: ¿más o menos margen?
Así las cosas, con lo recorrido hasta el momento, ¿el gobierno tiene más o menos posibilidades de acción respecto a la posición que tenía en diciembre pasado? Burdman no duda en que el margen es mayor, ya que "Milei consolidó un núcleo duro en la opinión pública, superior al 20%, que lo va a bancar hasta el final pase lo que pase".
"Además, demostró que es posible que su base sea más ancha, como se vio en Diputados con la Ley Bases. Lo que falta es que eso se alinee en la gestión y para eso Milei se va a tener que comportar como un político más convencional. Por ahora, se resiste a toda costa", añade el analista.
Welp ofrece una visión algo más matizada. Cree, por un lado, que la oposición le ha dado más margen, ya que "está muy dividida. Nos quedamos sin Juntos por el Cambio, el Pro se parte, los radicales se pelean". A esto se agrega el "descrédito tremendo de los sindicatos" y la estrategia del gobierno "eficaz y peligrosa contra los movimientos sociales".
En definitiva, cree que por un lado hay errores ajenos y efectividad comunicacional, pero al mismo tiempo no hay resultados de gestión para mostrar, por lo que "el margen ha cambiado cualitativamente, pero se mantiene similar que al principio".
Finalmente, Tonelli se muestra más taxativo y no duda en que se achicó el margen de acción, ya que "en vez de consolidar su poder institucional, espantó a sus aliados; en vez de consolidar su gestión, la ha cambiado toda, incluida la salida de su amigo del alma como jefe de gabinete. De hecho, al principio rechazó una votación ganada en Diputados por detalles, y hoy tiene a dos tercios que le votaron en contra una ley de jubilaciones".
Añade además las complicaciones que sufrió la economía por encerrarse o por cometer errores no forzados. "Ser conferencista internacional es un buen trabajo para después de que uno es Presidente. No para cuando uno es Presidente", zanja con tono lapidario.
Comentá la nota