Las puertas del MPF parecen haberse cerrado para siempre para el actual senador Jorge Garramuño que se ha jugado un pleno con la candidatura de Rosana Bertone para darle la espalda a la fuerza política que le dio tantas satisfacciones.
En la sede del MPF en Río Grande, su nombre despierta las críticas más acidas. Sus actitudes contemporáneas lo han vuelto un líder negativo.
RIO GRANDE.-Las últimas declaraciones formuladas por el senador nacional Jorge Garramuño terminaron por llenar el vaso de la paciencia de los afiliados del Movimiento Popular Fueguino que ayer por la tarde pronunciaban todo tipo de críticas al aliado inesperado de Rosana Bertone. Las quejas principales están referidas al personalismo y las ambiciones desmedidas del actual senador nacional que, a espaldas de los afiliados del partido provincial, selló un acuerdo con su par Rosana Bertone con la finalidad de perjudicar a la fuerza política que lo llevó a ocupar todos los espacios que ocupó durante su carrera política.
Crónicas del desprecio
A fuerza de ser sinceros, “Jorge Garramuño nunca se destacó por ser un dirigente agradecido” relató ayer un viejo militante que recordó cuando el ingeniero “decidió plantarse contra José Estabillo y acá todos lo ayudamos en la campaña y gracias a todos los militantes pudo ganar esa interna que la tenía perdida”, pero siguió relatando “después él quiso ser Gobernador a toda costa y se nos apreció con un acuerdo con la UCR y como Jorge Martín no lo acompañó en la fórmula armó una con Pablo Blanco y después hizo otra con Ariel Pagella y siempre nos dejó de a pie”.
El relato del militante se interrumpe porque decide respetar, silenciosamente, la grave enfermedad que se le declaró al actual senador nacional quien dimitió a su candidatura en plena carrera electoral porque, siguiendo el consejo de sus allegados y militantes del MPF se vio obligado a priorizar su salud y hacer frente a los tratamientos que la misma le demandaban.
Después de haber sorteado las complicaciones de salud que lo afectaron por aquella época Garramuño volvió al ruedo y el Movimiento Popular Fueguino lo reivindicó y lo postuló para el Congreso Nacional como diputado. “Otra vez salimos a caminar la calle, a venderlo al Garra y a hacerle la campaña, me acuerdo que venía poco por Río Grande y que casi no salía de caminata pero lo bancamos y lo hicimos diputado”.
Muchos afiliados siguieron exponiendo las quejas por las actitudes de Jorge Garramuño a quien, a través de algunos comentarios, se advierte le han perdido el respeto ya que le realizan críticas ácidas y comentarios subidos de tono, el acuerdo que Garramuño hizo con Rosana Bertone terminó por derrumbar la imagen del que simulaba un trato campechano y amigable, “lo hacía para usarnos”, acotaron.
Lo cierto es que a fuerza de militancia, en el MPF recuerdan que también hicieron posible que Jorge Garramuño fuera electo senador nacional a pesar de sus ausencias durante la campaña electoral y su alejamiento de la sede partidaria.
Todos esos desplantes habían sido olvidados e incluso perdonados, sin embargo las últimas apariciones públicas de Jorge Garramuño con su decidido y entusiasta apoyo a Rosana Bertone terminaron por romper ese vínculo que aún quedaba con los afiliados del MPF y desde hace varios días solo se utiliza la palabra “traidor; resentido; ambicioso” para describir a quien fue, hasta hace muy poco, uno de los más respetables referentes del MPF.
“Traidor”
En el Movimiento Popular Fueguino las palabras “Jorge Garramuño” son como una patada en el estómago a los ciento de militantes que buscan recuperarse de la primera vuelta electoral con Rosana Bertone porque “no esperábamos que “el Garra” nos jugué tan sucio, que se haya c…. en todo lo que hicimos por él en el Movimiento, pasamos frío; caminamos y laburamos para él y nos paga de esta manera, es un desagradecido” dicen.
Lo cierto es que Garramuño no solo dejó mal parado al grueso de los militantes del Movimiento Popular Fueguino sino que también a su propio hijo para quien seguramente las puertas de la sede de la Junta Departamental en Río Grande, se cerraron para siempre ya que va a ser muy difícil que se pueda reconciliar con el grueso de la militancia.
“Resentido”
El Ingeniero Jorge Garramuño ha repetido hasta el cansancio que su “límite” es Federico Sciurano y como argumento para sostener ese supuesto resentimiento es que siendo Concejal Sciurano, y él Intendente, criticó su gestión de Gobierno para lograr ganar las elecciones municipales.
La estrategia no parece muy novedosa y hasta suena cómico escuchar a Garramuño quejarse se eso dado que el mismo ha utilizado la crítica y la descalificación hacia el Kirchnerismo o hacia Rosana Bertone para tratar de acceder primero a una banca en diputados y luego a una banca en el Senado de la Nación. Tampoco Garramuño ha sido respetuoso de esos supuestos códigos que dice defender.
“Ambicioso”
Las críticas al actual aliado de Rosana Bertone son por demás ácidas porque consideran que el dirigente del partido provincial “solo piensa en él, nunca le interesó el Movimiento Popular Fueguino o los afiliados, a él solo le importó usarnos, ganar una elección y borrarse, cada vez que ganó, más se alejó”. Incluso recordaron que en las dos últimas campañas “se la pasó criticando al Kirchnerismo y después fue a Buenos Aires y le levantó la mano en todo”.
Está claro, el malestar con Garramuño es palpable y se agudizó en los últimos días con su aparición en la escena electoral durante la etapa de las definiciones arengando en favor de Rosana Bertone, adversaria directa de las aspiraciones del Movimiento Popular Fueguino. “Solo buscó excusas para romper, él tampoco le preguntó a los afiliados cuando arregló con Jorge Martín que se viene hacer el democrático ahora” le recriminaron al tiempo que insistían en que “solo le interesa arreglar cosas para él, en ningún momento pensó en el Movimiento”.
Finalmente lamentaron “haber tenido códigos” porque “durante la campaña ni siquiera lo nombramos ni lo criticamos y tampoco a Ricardo, (por el hijo) lo respetamos porque sabíamos que estaba pasando un mal momento pero con nosotros que no cuente más”. Sentenciaron indignados.
Además le reprocharon que mancilló el nombre del MPF cuando fue noticia en los Medios nacionales por haber votado el Acuerdo con Irán a cambio de favores para la provincial.
El líder negativo
La opinión de los afiliados deja a las claras que Jorge Garramuño no es más que un líder negativo que pretendió desmotivar y desintegrar, traicionando a la militancia que otrora confió en él, para ser servil a una oposición política que paradójicamente hoy disputa, con el el partido que le dio tantas satisfacciones, el Poder Ejecutivo provincial.
Es que Jorge Garramuño es una suerte de líder negativo que reúne las características de quienes son considerados nocivos para los intereses del sector del que forman parte porque sus actitudes van en desmedro de la mayoría de la cual se benefició en otras oportunidades.
Pero, lo tangible, además, es que el resto ya lo descubrió e incluso los históricos militantes del partido Provincial, que han tomado nota de sus actitudes y prometen votar en consecuencia.
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