El “Old Labour” británico quiere aparecer como un partido con vocación de poder, listo y unido para las elecciones generales, que la primera ministra conservadora Theresa May “podría convocar en el 2017”, sin explicar que significa realmente su Brexit y dispuesto a desdemonizar la presión de los inmigrantes sobre el mercado de trabajo y los servicios sociales. Un laborismo que no solo ha enterrado al Nuevo Laborismo sino que va a abandonar la protesta testimonial y la batalla interna para estar listo a desafiar a los conservadores, si la convocatoria se produce, y disipar la idea de que no podrán regresar al menos por 20 años al poder. Una convicción de la otra parte de sus militantes, opuestos a la nueva ola trotkista Labour.

Así, al menos, lo prometió su reelecto líder Jeremy Corbyn ante la repleta conferencia laborista hoy a la tarde, en la simbólica ciudad de Liverpool. Justo cuando el partido está enfrentado en una profunda división entre sus 150.000 nuevos afiliados incondicionales a Jeremy, los tradicionales votantes laboristas y los diputados, que no se sienten representados por el trotskista Corbyn y su línea política de ultraizquierda, y muchos amenazan con partir. ”Yes, we can” fue la música para recibirlo.

Detrás de un panel colorado furioso al igual que su corbata, abandonado su traje beige por uno oscuro,un fortalecido Jeremy Corbyn pareció esta vez mucho más articulado y ordenado que en su caótico discurso del año anterior. Hasta los blairistas lo admitieron. El diputado de Islington, que votó al menos 148 propuestas de su propio partido en contra en la Cámara de los Comunes , llamó a la unidad en la lucha fraticida entre él y sus parlamentarios y ex líderes, a causa de sus propuestas radicalizadas, tras haber sido reelegido por segunda vez como jefe laborista.

“Nuestro partido es campaña, es protesta también. Pero más que nada es poder de ganar en las elecciones locales y nacionales para generar el real cambio que nuestro país desesperadamente necesita”, argumentó y fue ovacionado. Una respuesta al alcalde de Londres y su probable contrincante ,Sadiq Khan, que utilizó en su discurso 38 veces la palabra “poder” para llamar al partido a focalizarse en volver a Downing St y poner en duda la capacidad de Corbyn de crear ese consenso.

“Nuestro trabajo es ahora convencer a los no convencidos de nuestra visión. Solo de esa manera podemos asegurar el gobierno laborista que necesitamos.Pero seamos francos: ni uno va a ser convencido de una visión , promovida por un partido dividido. Yo pido a cada uno de ustedes aceptar la decisión de los miembros y finalizar esta guerra de trincheras y trabajar juntos para ganarle a los tories”, dijo Corbyn, tras su reelección.

El voto del Brexit debe ser respetado para Corbyn pero no se dirigió especialmente a los laboristas que eligieron esa opción en el pasado referéndum. Pero va a resistir “un Brexit a expensas del derecho de los trabajadores y la justicia social”.

Con la inmigración que divide fóbicamente a la sociedad británica y muchos votantes laboristas que eligieron el Brexit, Corbyn dijo qiue era “una vergüenza sobre nuestra sociedad multicultural” que hayan aumentado los ataques a los inmigrantes desde la campaña del referendum. ”No son los inmigrantes los que bajan los salarios.Son sus empleadores explotadores y los políticos que desregulan el mercado de trabajo y destrozan los derechos de los sindicatos” advirtió.”No son los inmigrantes los que generan una crisis habitacional. Son los torys que fallaron en construir casas”, alertó.

Bajo acusaciones de antisemitismo en el laborismo, Corbyn prometió una firme acción, al considerarlo un “demonio que llevó a los peores crímenes del siglo XX” y nunca debe ser tolerado nuevamente.

La educación para todos es un derecho.El Laborismo va a introducir un Premium de arte para todas las escuelas primarias para que los alumnos practiquen un instrumento, vayan a clases de teatro, danzas o visiten teatros y galerías de 160 millones de libras esterlinas. Va a controlar las rentas y construir mas casas sociales. ”Vamos a darle a cada familia su básico derecho humano: una casa decente”, prometió.

Muchos de los diputados laboristas no fueron a la Conferencia Laborista o simplemente se fueron antes que Jeremy Corbyn diera su discurso.