Todos ellos se encontraban en el interior del edificio gremial cuando a mediodía del jueves 9 de abril llegó una manifestación de desocupados de la UOCRA para realizar un “escrache” y se origino un tiroteo entre gente de este grupo y supuestos custodios del sindicato petrolero. A consecuencia de ello, fue muerto de un balazo Vargas, en tanto que otro desocupado de la construcción, Bonifacio Barrera, recibió una herida de proyectil a la altura de la cadera, pero se recuperó favorablemente.

En total fueron 31 los detenidos, todos hombres, tres de los cuales fueron atrapados cuando huían en un automóvil VW Gold de color bordó y antes de que fueran interceptados por un móvil patrullero se deshicieron de una bolsa que contenía 10 pistolas y revólveres.

Todos quedaron como presuntos autores de los delitos de “homicidio agravado” (por el caso de Vargas) y de “homicidio en grado de tentativa” (por el caso de Barrera).

Luego de ser sometidos a declaración indagatoria, a una prueba de dermonitrotest (restos de pólvora en las manos) y de realizarse otras pericias, el juez Albarrán consideró que 21 de los detenidos no tuvieron relación directa con el gravísimo enfrentamiento gremial.

Algunos de ellos eran empleados que cumplían con jornada normal de trabajo, otros habían ido a presentar currículum para solicitar empleo, o bien efectuar un reclamo laboral en su condición de afiliados. Incluso se supo que entre el grupo estaba un vendedor de bingos que había ingresado al edificio minutos antes de que se originara el tiroteo.

Un abogado particular comentó pocos días después a Diario Patagónico que su defendido no se fue del lugar cuando cesó el tiroteo antes de que llegara la policía por la sencilla razón de que quedó aterrado por los sucesos.

SERIAMENTE IMPLICADOS

Gran parte de las personas que fueron liberadas estuvieron alojadas en dependencias de la Comisaría Seccional Segunda y las primeras comenzaron a retirarse minutos antes de las 22 del sábado, siendo aguardados por su familiares y algunos abogados.

No se descartaba que al promediar la tarde de ayer tres más pudieran recuperar su libertad, pero las restantes 7 están seriamente comprometidas.

Entre ese grupo se encuentran los individuos que fueron atrapados cuando huían en un auto y se deshicieron de las armas. Además, las pericias indicaron que a todos les dio positiva la prueba de pólvora en las manos y que su situación se vería aún más comprometida por testimonios de otras personas que habrían presenciado los sucesos.

Pudo saberse además que a pesar que el jefe de la Policía de Santa Cruz, Salomón Aleuy, confirmó que hubo un enfrentamiento armado de dos grupos y que entre los detenidos no figuraría ningún referente del gremio de la construcción.