Por Daniel VittarEl candidato liberal Efraín Alegre se define de centroizquierda. Para reafirmarlo dice que si gana aplicará políticas sociales para beneficiar a los sectores más desprotegidos.
¿Cómo se define?
Soy de centroizquierda. Si bien yo vengo de un partido liberal, se puede decir que es liberal progresista. Creo que Paraguay necesita hoy una política de fuerte presencia social. Estamos en un momento importante, de crecimiento, donde tenemos que consolidar esta producción, de cambiar el perfil del Paraguay. Pero no podemos dejar de lado nuestra gran contradicción, que es la pobreza. Tenemos 35% de la población bajo la línea de pobreza y el 20% está en la extrema pobreza. La mayoría de ellos en el campo, que paradójicamente es el que hizo crecer la economía. Creo que la política que necesitamos es de centro izquierda, que proteja la propiedad privada pero con mucha inversión en el área social.
Sin embargo a usted lo acusaban de ser un privatista
Si, hubo un sector, principalmente la izquierda aliada en su momento con el Partido Colorado, que me acusó de privatista cuando fui ministro de Obras Públicas porque quise mejorar el aeropuerto en Asunción. Pero no hay cosa más alejada de lo que pienso. Estoy contra la privatización por varias razones, pero estoy convencido de la alianza de la actividad pública y la privada.
¿Cuáles son las políticas que lo diferencian de su rival Horacio Cartes?
Somos dos modelos totalmente distintos. Cartes representa el Paraguay del pasado, de la ilegalidad, de las mafias, un Paraguay que se resiste a irse. Yo estoy seguro que vamos a ganarle. Nosotros proponemos un modelo de país ligado al trabajo, al desarrollo productivo, a la legalidad.
El extenso campesinado paraguayo reclama una redistribución equitativa de las tierras. ¿Cómo piensa enfrentar el problema?
Cuando visité Buenos Aires hace unas semanas fui a la villa 31, donde 60 % son paraguayos. Me decían, cuando sea presidente no se olvide del pequeño productor, de la reforma agraria. Y yo pensaba, cómo en pleno Buenos Aires me vienen hablar de reforma agraria. Pero es lógico, porque son paraguayos que fueron expulsados del campo y que piensan en volver a la tierra, porque es lo que saben hacer. A lo que voy es que es necesario desarrollar una política fuerte en el campo. Necesitamos dos Ministerio de Agricultura, uno el que ya tenemos y otro dedicado al pequeño productor. Esta es una idea que tomé de Brasil y que me parece excelente. Somos un país eminentemente agrícola y tenemos que dar una respuesta a la gente.
A partir de la destitución de Lugo hubo roces con países de la región, como Venezuela y Argentina. ¿Qué se puede esperar a partir de estas elecciones?
Las cuestiones ideológicas no pueden condicionar las relaciones. El Mundo no funciona de esa manera. Debemos buscar oportunidades de negocios para nuestros países. Y no veo dificultades para tener relaciones con los países de la región. Podemos tener discrepancias, diferencias. Pero estoy convencido de que con las elecciones van a desaparecer las diferencias que se generaron con la destitución de Lugo. Va a ser un tema superado.
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