El magnate británico adquirió el 8,7% de las acciones de Pampa Energía. Lo hizo al día siguiente de las elecciones PASO aprovechando el desplome de la Bolsa. También posee una de las firmas de helicópteros que más utiliza la industria.
En línea recta, la mansión que el británico Joseph “Joe” Lewis tiene en la costa este del Lago Escondido, en la provincia de Río Negro, está a 450 kilómetros de distancia del corazón de lo que todos llaman Vaca Muerta, la formación geológica estrella de la Cuenca Neuquina que, fuera del microclima de la industria, es más un sitio en la superficie que una capa del subsuelo.
En helicóptero, ese trayecto se hace casi en un santiamén. Los que tiene Lewis en su estancia Lago Escondido y que operan bajo la firma Helipatagonia ya se consolidaron como el vehículo ideal para achicar distancias y ahorrar tiempo, ese que para muchos ejecutivos de las empresas que operan en los yacimientos del norte de la Patagonia vale más que el oro.
Pero hace dos meses dio un paso más trascendente en su sobrevuelo de Vaca Muerta. Compró el 8,7% de Pampa Energía, la empresa privada argentina con mayor poder en el mercado del petróleo, el gas y la electricidad. En el primer semestre de este año Pampa:
El 8,7% que compró Lewis a través de dos empresas, una radicada en Bahamas y la otra, Hidden Lake, dueña de Lago Escondido, no parece ser, de todos modos, una apuesta por el mercado de los hidrocarburos y la electricidad en Argentina, sino una opción financiera.
Se quedó con esa parte de la torta de Pampa Energía el 12 de agosto pasado, el día siguiente de las elecciones primarias, cuando el valor de las empresas argentinas se había derrumbado.
No es descabellado que, una vez que el valor de las compañías argentinas se recupere, Lewis se deshaga de esas acciones.
Después de todo, es lo mismo que hace Marcelo Mindlin, el nuevo zar de la energía argentina, quien, a diferencia de su antecesor Gregorio Pérez Companc, maneja la compañía con sólo un puñado del capital total.
Mindlin y sus socios compran y venden. Suelen tener poco más del 20% o, cuando conviene, sólo el 12% del capital accionario de Pampa. El resto está desperdigado en las bolsas de Buenos Aires y Nueva York (que es donde Lewis compró). (...)
Comentá la nota