El senador del departamento Rosario fue uno de los cuatro legisladores que votaron por el desafuero de Armando Traferri. El periodista deportivo hizo un análisis de su primer año en la Cámara alta santafesina y del gobierno provincial.
El 2020 no fue un año fácil para nadie. Menos para aquellos que comenzaron a hacer sus primeras armas en el trabajo legislativo como Marcelo Lewandowski, el periodista deportivo que dio la sorpresa en las elecciones de 2019 y se quedó con la senaduría del departamento Rosario derrotando nada más y nada menos que a la ex intendenta Mónica Fein. La Cámara alta que lo recibió disputaba sus propias internas, el mayoritario bloque peronista no estaba unido y al gobierno de Omar Perotti le costaba sacar sus propias leyes. Tras cartón estalló la causa por juego clandestino y las vinculaciones con el senador Armando Traferri. Comunicados de apoyo, contra comunicados, votación de desafuero dividido y lo inevitable: se partió el bloque del Partido Justicialista.
En una entrevista con El Ciudadano, Marcelo Lewandowski hizo un repaso de este 2020 que se está yendo, un balance de un año atípico, entre la pandemia y la tormenta que se desató en la política santafesina.
El periodista deportivo dijo que no se sintió incómodo en su nuevo rol de senador, que el vértigo de su profesión hizo que no le costara adaptarse al ritmo legislativo sino todo lo contrario. “Me encontré en un lugar en donde tengo mi cabeza dedicada los siete días de la semana a este cargo para el que me ha elegido la gente. Estoy ocupado en buscar alternativas, en crecer, en tener un equipo cada vez más nutrido de gente capacitada”, remarcó.
Si bien consideró que cada uno desde su lugar tiene la posibilidad de transformar las cosas según nos lo propongamos, el Senado es una herramienta importante para aportar a las transformaciones y a la instalación de los debates necesarios. “Por supuesto que desde este lado puedo tener una herramienta mayor o mejor a otra pero creo que desde el lugar en donde estamos tenemos un peso interesante como para por lo menos plantear los temas y así no lo podamos transformar en realidad, en ley, sin dudas podamos generar debates, discusiones y marcar algunas posturas”, agregó.
El dato duro refleja que presentó 92 iniciativas en la Cámara alta, 13 de ellas fueron proyectos de ley vinculados a temas como la conectividad, a las energías renovables o la creación de un laboratorio de caracterización de estupefacientes. Mientras que se lamentó que la oposición no haya acompañado su iniciativa de expropiar la quebrada empresa Expreso Júpiter para que “pueda seguir siendo manejada por los trabajadores y no entre en liquidación como pretende un juez”.
—Hablabas de la oposición, pero lo cierto es que también estuvo difícil la articulación dentro de los propios legisladores del oficialismo.
—Yo lo definiría así: empezamos mal, nos fuimos acomodando y terminamos como empezamos. Lamentablemente el esfuerzo que se hizo para mantener un bloque de 12 terminó sepultado con las cosas que pasaron. Pero antes de todo esto que se dio por desafuero sí o desafuero no, el principio del fin fue cuando se presentaron las dos leyes que vinculaban al ministro de Seguridad (Marcelo Sain) y un par del bloque nos enteramos en el momento en que estábamos votando. Después lo que pasó en el presupuesto y finalmente con esa reunión del bloque donde hubo un comunicado y contracomunicado. Hubo circunstancias que hicieron que fuese imposible seguir.
—Vos, junto a Alcides Calvo, Ricardo Kaufmann y Marcos Castelló conformaron el bloque Lealtad. Pero, ¿a qué atribuís que el otro sector de senadores peronistas haya llevado adelante leyes que afectaban al propio oficialismo, que se recostaban y votaban con la oposición?
—Acá hubo de antemano una pata muy clara en la Legislatura que fue un sector del bloque del justicialismo junto con los senadores radicales y Miguel Lifschitz. Es una trilogía que arrancó a fines de 2019 y esa transversalidad de votar las cosas importantes en conjunto se mantuvo en las leyes anti Saín, a la hora de sacar el presupuesto. Esa alianza legislativa estuvo en el gobierno anterior del Frente Progresista y se mantiene en la Legislatura.
—Parecía que los chisporroteos se iban a superar, pero no fue así, de hecho en la renovación de autoridades del PJ se llegó a una lista de unidad.
—Yo no veo que haya sido un acuerdo amplio y que incluyera a todos, pero ya pasó. Creo que se tuvieron en cuenta las estructuras y no los números de votos. El peronismo enseñó siempre que cuando no había una conducción determinada, la definición la daba el número de votos. Y la verdad que, a la hora de armar la estructura principal a nivel provincial, eso no fue muy tenido en cuenta.
—Y el panorama se terminó enrareciendo con las acusaciones del detenido fiscal Gustavo Ponce Asahad. Los senadores tuvieron acceso a las pruebas pero terminaron rechazando el pedido de desafuero de Traferri.
—Nosotros no somos quienes para determinar si alguien es culpable o inocente, no somos ni fiscales ni jueces y todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Yo no soy quien para decir si las pruebas fueron suficientes o no, pero sí mostré una postura a la hora de votar y de pensar que la política no puede estar en un escalón superior al resto de la sociedad. Nosotros tenemos que dar cuenta ante la Justicia. Esa es mi postura, pero no por quien esté enfrente, sino por lo que considero que debe pasar siempre. Pero bueno, no pasó así. Yo voté a favor de quitar la inmunidad, que significa la posibilidad de que un legislador pueda ser imputado.
—¿Cómo catalogarías lo que pasó? Porque la oposición dice que se trata de una interna del PJ, el gobierno dice que es un problema institucional…
—De ninguna manera es una interna del peronismo y que está claro que hay una investigación transversal que afecta o que están tocados otros intereses y otros objetivos. El que a esta altura siga diciendo que es una interna del peronismo, tiene una visión antojadiza. A mí también me enojan las cosas que dicen sectores del periodismo en donde minimizan y ningunean cuatro votos (a favor del desafuero). Entonces dicen “son todos iguales”. Si no informan bien está claro que la sociedad va a considerar que son todos iguales.
—Te pido un análisis del año de gestión de Perotti, obviamente en medio de una pandemia que no esperaba nadie.
—Ha sido muy difícil para todos los Ejecutivos pasarse 8 meses atajando penales que encima no estaban en los papeles. Todos los gobiernos hicieron lo que pudieron y en este caso hay cosas que se hicieron bien. Aquí no se murió gente porque no la pudieron atender, se duplicaron las camas de terapia intensiva, se hicieron dos hospitales modulares en Rosario y en Villa Constitución, no faltaron respiradores, se hizo un esfuerzo muy grande ayudado también por Nación. El 20 de marzo creí que nos explotaba todo, que iba a ser un gran caos y la asistencia alimentaria llegó a todos los puntos de la ciudad. Quizás no se mira porque no ocurrió. Pero quiero que me digan, con la historia que tenemos en Rosario, con los niveles de pobreza e indigencia que lamentablemente tenemos, si más de uno no pensó que explotaba todo. Si no explotó fue por la gran contención que se desarrolló.
“Se están atacando sectores que antes no se atacaban”
La cantidad de homicidios en el departamento Rosario volvió a dispararse durante el 2020 y finalizó con 214 muertes. La seguridad es una preocupación de larga data de los rosarinos y al mismo tiempo fue uno de los ejes de campaña de Omar Perotti, quien prometió “paz y orden”. Si bien la lectura lineal dice que en el primer año de gestión del rafaelino la tasa de homicidios se disparó, el senador Lewandowski lo atribuye a la reacción de las organizaciones narcocriminales que están siendo combatidas por el gobierno provincial: “Por supuesto que hay mucho que corregir pero me parece que hay sectores que se están atacando y que antes no se atacaban y que por eso hoy dan respuesta con una cantidad de muertos increíbles”.
“Vos podés decir que la seguridad está mejor porque subió o bajó el número de muertos o podés preguntarte por qué se abre el número de muertos. Yo creo que hay una tasa y una cantidad de homicidios que se están dando porque hay estructuras que se están moviendo y están dando batalla para marcar territorio y no darse por vencidas. Yo no digo que estamos brillante ni mucho menos. Digo que me da la sensación de que hay cosas que se están moviendo, hay estructuras y una Justicia que me parece que intenta buscar en otros lugares donde antes no buscaba”, analizó el senador por el departamento Rosario.
De todos modos, Lewandoswki dejó entrever una crítica velada al señalar los constantes cambios de los altos mandos de la Unidad Regional II, cinco en un año: “No hay una postura uniforme en todo esto, hay muchos conocedores de seguridad a los que no les gustan tantas purgas policiales y no las ven convenientes pero este es un debate que tiene que darse en un ámbito de la conducción del gobernador con el Ministro de Seguridad”.
También consideró fundamental apuntalar el trabajo social, casi tan importante como “tener una buena policía o una Justicia activa”. “Tenemos que darle a la gente una posibilidad de que en los barrios no tengan que recurrir al narco para poder salir adelante sino que tengan al Estado al lado para que los pueda ayudar”, finalizó.
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