Docentes y padres juntaron el dinero de sus bolsillos y trabajan para terminar la pared. Están hartos de los ataques de vándalos que provocan destrozos.
Padres, docentes, auxiliares y vecinos del Jardín de Infantes 985 de la ciudad de La Plataaprovecharon las vacaciones del invierno para levantar un muro de 36 metros de largo por 2,50 metros de alto alrededor del edificio y así protegerlo de los vándalos, ya que en los últimos meses se hartaron de sufrir roturas en el alambrado perimetral y otros destrozos.
Como no obtuvieron una respuesta concreta de la Municipalidad - que sólo les brindó los hierros para sentar las bases -, las autoridades, la cooperadora y un grupo de padres se organizaron y reunieron 15.000 pesos para comprar los ladrillos y materiales, y poder encarar la pared protectora de la institución, ubicada en las calles 19 y 84, en el barrioAltos de San Lorenzo. Finalmente, en junio pasado pusieron manos a la obra, informó el diario local El Día.
Mientras hubo clases, los trabajos se realizaron durante los sábados y domingos y, cuando comenzó el receso invernal, los involucrados comenzaron a colaborar todos los días, de 9 a 15. Inlcuso, está participando como una voluntaria más la directora del establecimiento, Verónica Asato. A este paso, el muro terminaría de construirse este fin de semana.
Al jardín - que es nuevo en la ciudad: funciona hace poco más de 3 años - concurren 206 alumnos entre los dos turnos (mañana y tarde), repartidos en salas de 3 a 5 años. Hasta ahora no ocurrieron episodios graves, pero sí hubo destrozos en distintos sectores: los vándalos rompieron un panel de ladrillos de vidrio, dañaron puertas y ventanas, destruyeron lámparas y hasta robaron cables. También hubo intrusiones desde la Escuela 40, que está al lado.
Pero lo que decidió a los padres a levantar la pared fue que últimamente desaparecieron partes del alambrado perimetral, por lo que la institución estaba demasiado expuesta. Cada familia aportó 5 pesos por mes, y fueron recorriendo corralones hasta hacerse de todo lo necesario para concretar el proyecto.
“La idea es proteger lo que tenemos. Si bien hay numerosas rejas, no queremos que haya más ataques. Que esté resguardado el Jardín como corresponde y se preserve el trabajo de toda la comunidad”, dijo la directora Asato al mencionado periódico.
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