Rotular a David Nalbandian solamente como tenista no se ajusta a la realidad. Si bien fue su talento con la raqueta lo que lo llevó a convertirse en una celebridad, su figura trascendió el tenis. Lo demuestran su afición al rally y a los deportes extremos, sus incursiones breves como amateur en el golf y en el polo, y su interés en diferentes proyectos empresariales.

Nunca se queda quieto. A los 32 años, el ex número 3 del mundo, ya retirado de la actividad, analiza un desafío a largo plazo: ser gobernador de Córdoba, donde nació, en 2019.

Ya desde antes de las elecciones de 2011 el nombre de Nalbandian comenzó a circular con fuerza para acompañar a José Manuel de la Sota en una fórmula por el justicialismo. Eran otros tiempos y diferentes las prioridades del deportista, todavía instalado de lleno en el circuito y con el objetivo –luego fallido– de obtener la Copa Davis con el equipo argentino.

El contexto, ahora, cambió. Radicado definitivamente en el país, padre de una beba de 11 meses y con espacio para proyectar, el oriundo de Unquillo estudia los pros y los contras de introducirse en un terreno que le resulta atractivo, pero que también le sugiere dudas debido al alto nivel de exposición que tendría y a la posibilidad de perder el prestigio que logró como deportista en más de 10 años de exitosa carrera internacional.

Si bien en su círculo íntimo suele rechazar un posible desembarco en política, lo tienta una propuesta para el mediano o largo plazo. De la Sota, su mentor y consejero en la materia, y con quien pasa largo tiempo charlando sobre el tema, lo quiere convencer para que empiece a transitar la arena política después de 2015. “Un día va a ser gobernador de Córdoba, pegado al ‘Gallego’”, pronostican fuentes cercanas a Nalbandian. Sin puntos medios.

“Necesita una propuesta que le mueva el piso”, dicen en su entorno. Y de aceptarla, no se va a andar con chiquitas. Nalbandian pretende tener un cargo ejecutivo, de gestión, de ningún modo legislativo y tampoco quiere empezar en puestos comunales, por ejemplo, como intendente de Unquillo. Sí aceptaría, con 2019 en la mira, integrar una fórmula como vicegobernador, emulando así al ex basquetbolista Héctor “Pichi” Campana, quien fue vicegobernador entre 2007 y 2011 durante la gestión de Juan Schiaretti.

Con De la Sota como espejo se construiría su carrera, lejos del kirchnerismo. “Es cero ‘K’”, es la respuesta tajante que surge de sus allegados cuando se les recuerda que en la campaña presidencial para 2007 participó de un spot de Cristina Fernández de Kirchner, con quien se reunió en varias oportunidades y mantiene una relación cordial y de respeto. Sin embargo, no comulga con los lineamientos actuales del Gobierno y lo hace visible en charlas con amigos, familiares y referentes del sector con los que conversa.

Una eventual incursión de Nalbandian en política representaría un nuevo caso de deportistas que, una vez retirados, empiezan a pensar un futuro como funcionarios. El más reciente es el de Carlos Espínola, ganador de cuatro medallas olímpicas en yachting, ex intendente de Corrientes que ahora se desempeña como secretario de Deportes de la Nación. Uno de los pioneros fue Carlos Reutemann, ex piloto de Fórmula 1, actual senador y antes gobernador de Santa Fe. No obstante, el más saliente es el caso de Daniel Scioli, campeón mundial de motonáutica entre los ‘80 y los ‘90, vigente gobernador de la provincia de Buenos Aires y uno de los principales aspirantes en la carrera electoral a la presidencia de la Nación en 2015.