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“No es momento ni siquiera de plantearlo públicamente, y menos en estos tiempos de discursos ‘anticasta’ del gobierno nacional y ante la mala imagen de los políticos, lo cual surge de cualquier encuesta. Pero las charlas existen e involucran a todos”, reconocen tanto desde el oficialismo como desde la oposición en la Legislatura bonaerense a propósito de avanzar, a fin de año, con la posibilidad de eliminar la ley que limita las reelecciones de los intendentes. Un debate que también tendrá ramificaciones e interés en esta ciudad. Al margen de la importante cantidad de legisladores bonaerenses con que cuenta Mar del Plata, -ocho entre diputados y senadores de las diferentes fuerzas-, no será un dato menor si se logran destrabar las reelecciones indefinidas de los jefes comunales ya que en el actual contexto, el actual intendente Guillermo Montenegro no podría aspirar a un nuevo mandato tras dos períodos de gobierno consecutivos. En el mapa político local, la participación de Montenegro -de lograrse la habilitación- en una nueva contienda electoral, aunque hoy falte una eternidad hasta el 2027, puede modificar planes, posicionamientos y proyectos no sólo en el seno del oficialismo sino también de la oposición.
“Es negocio para todos. Para el peronismo, para los radicales y para el PRO. Todos tienen intendentes que cumplen actualmente su segundo mandado y que no pueden aspirar a otro. Y para La Libertad Avanza está la posibilidad de negociar sabiendo de antemano que no cuenta con los votos propios como para voltear una iniciativa consensuada entre las principales fuerzas”, reconocen operadores políticos y legisladores en distintas charlas en voz baja. E incluso van más allá. “Le das a los libertarios la boleta única de papel, que es lo que vienen reclamando, y ellos no salen a bombardear el proyecto”, deslizaba y pronosticaba un ministro del gabinete de Kicillof que acompañó al gobernador en reciente visita a Mar del Plata, ante periodista local en un jugoso encuentro en off.
Lo cierto es que la chance de que caiga la ley que limita a dos mandatos la reelección de los intendentes y legisladores aspira a adquirir visos de realidad. “Comienzan a enhebrarse acuerdos subterráneos. Esto recién en diciembre podría comenzar a analizarse públicamente”, se consigna en La Plata. El 80 por ciento de los intendentes radicales, una veintena, se queda sin reelección en 2027. En el peronismo quedan afuera más de 60 jefes comunales, muchos de ellos de los distritos más pesados. Y en el PRO también hay casos, siendo los más destacados los de Montenegro en General Pueyrredon y Diego Valenzuela en Tres de Febrero. El peronismo es el que se muestra más interesado en que la llamada “ley Vidal” llegue a su final. La mayoría de los intendentes del conurbano, salvo las excepciones de Federico Otermín en Lomas de Zamora; Julián Alvarez en Lanús y Damián Selci en Hurlingham, terminarían su segundo mandato en diciembre de 2027.
Las negociaciones y probables acuerdos en torno a esta incipiente discusión se seguirán de cerca en Mar del Plata. Lo que se defina para el 2027 -eliminación o no del impedimento para la reelección indefinida- tendrá repercusión directa incluso en las candidaturas para las legislativas del año próximo. Las especulaciones abundan. ¿Habrá una alianza electoral entre La Libertad Avanza y el PRO en los próximas legislativas? ¿Aspirará Montenegro a ser candidato a legislador nacional en 2025 o peleará por la gobernación en 2027, carrera para la cual también ya se anotan Patricia Bullrich, Diego Santilli y hasta Cristian Ritondo, entre otros, o en caso de que la ley lo permita, aspirará a un tercer mandato como intendente? Por el lado de la oposición también se multiplican las versiones. ¿Será Fernanda Raverta candidata a concejal el año próximo para, dos años después, intentar por tercera vez consecutiva convertirse en la primera intendenta de General Pueyrredon? ¿Cómo surfeará la extitular de la Anses la ya indisimulable pelea entre el gobernador Axel Kicillof y Máximo Kirchner? ¿Qué piensa hacer en las próximas generales el exintendente y actual diputado provincial Gustavo Pulti? ¿Cuál será el rol del massismo local, con Ariel Ciano y Juan Manuel Cheppi como máximos referentes? Demasiados interrogantes y pocas respuestas por ahora.
Sobre el debate por la eliminación de la ley que limita las reelecciones de los intendentes, el periodista Federico Cedani, de “Política del sur”, señalaba que en el entorno de Axel Kicillof tienen un ojo puesto en la discusión ya que consideran de una valía trascendental que a una hipotética candidatura presidencial del gobernador lo respalde ese conglomerado de intendentes. “Por el momento, el mandatario prefiere no involucrarse en la discusión y deja hacer a los inquietos legisladores que tienen terminales en intendencias del Gran Buenos Aires y son en última instancia quienes empujan con más fuerza la derogación de la ley”, se consignó. Pero se aclaró que la cuestión que preocupa a los intendentes es que en caso de no derogarse la ley deberán comenzar a partir del 2025 a preparar la sucesión en sus distritos y algunos de ellos hasta estudiarían la posibilidad de pegar el salto a un banca en la Legislatura bonaerense o en el Congreso Nacional para preservarse políticamente.
Trasciende que la oposición que nuclea tanto a la UCR como al PRO de los intendentes, salvo la disidencia del bullrismo, ve con buenos ojos la jugada de terminar con la prohibición de la reelección indefinida. En tanto, el frente de Unión por la Patria tiene “una piedra en el zapato” en lo que respecta a esta cuestión: el massismo. Los seguidores del exministro de Economía prohijaron en conjunto con la entonces gobernadora María Eugenia Vidal la normativa votada en 2017, recordó Cedani en ese artículo, añadiéndose que “pese a que perderían la chance de continuidad de varios alfiles renovadores, la intransigencia a una derogación de la ley que limita las reelecciones se mantiene”. El gran obstáculo que hoy tienen quienes impulsan la sepultura de esta normativa es las limitación que encuentra en la sociedad: “Se hace complejo avanzar en una propuesta de este tipo. Aunque los intendentes sean respetados y votados por sus vecinos, el contragolpe anticasta de Milei nos perjudica”, aseguran fuentes parlamentarias
Cabe apuntar que la ley no solo prohíbe más de dos mandatos a los intendentes sino que además afecta a los legisladores por lo que de naufragar la derogación la dificultad se trasladará al cierre de listas en 2025: los intendentes peronistas que no renueven podrían aspirar a ocupar lugares en las boletas, lo que tensaría la discusión con La Cámpora, que tiene la meta de preservar los lugares que pone en juego. “Que se caiga definitivamente esta ley es un negocio para todos”, resume un legislador oficialista el sentir que hoy impera en los bloques de Unión por la Patria y que se extiende por añadidura hacia el radicalismo y el PRO, se consignó finalmente en Política Del Sur.
Ya fue. El fin de semana, en tanto, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, participó en un acto con referentes del PRO y un operador bonaerense de Javier Milei y afirmó que “Juntos por el Cambio fue”. Bullrich se reunió con Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, y Sebastián Pareja, representante del oficialismo libertario en la región -había estado la semana anterior en Mar del Plata junto al diputado provincial Alejandro Carrancio- para comenzar a darle forma a una alianza que confluya en el liderazgo de Milei. La funcionaria nacional no solo anunció el fin de la coalición Juntos por el Cambio (JxC), sino que también advirtió a los detractores dentro de esa fuerza política que critican la dirección del gobierno actual: “Va a salir mal si la miran por la ventana”. Con su declaración, la ministra marca una nueva etapa en el alineamiento de integrantes del PRO con La Libertad Avanza y pone en una posición difícil al expresidente Mauricio Macri, actual titular del partido porteño.
En otro aspecto, son días de tensión los que se viven a partir de la escalada del conflicto entre el Sindicato de Trabajadores Municipales y el Ejecutivo municipal. La decisión del intendente municipal de otorgar un aumento por decreto, del 10%, lejos del 35% que había solicitado el gremio municipal, llevó al sindicato a anunciar el inicio de un plan de lucha con una llamativa frase: “A matar o morir”. No será un dato menor, admiten en el Ejecutivo, constatar el porcentaje de adhesión a la medida teniendo en cuenta que ahora se descuenta el día no trabajado y se pierde el presentismo, de acuerdo al decreto en vigencia mientras se espera la resolución judicial al respecto. “En momentos de crisis como los que estamos viviendo es lógico reclamar un aumento que al menos equipare a la inflación, pero tampoco podés darte el lujo de bancarte los descuentos cuando la guita no alcanza”, reflexionaba un empleado municipal con casi 20 años de antigüedad en el cargo.
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