La ley se trataría antes de fin de año en Diputados. El bloque del economista pidió un piso asociado a la canasta básica y no se lo concedieron. Los cordobeses no hablaron.
Sergio Massa y Máximo Kirchner intentarán sancionar la ley de movilidad jubilatoria antes de fin de año, pero para lograrlo necesitan garantizar un grupo de aliados que les permita llegar a la mayoría y los apuntados vuelven a ser los diputados cercanos a Roberto Lavagna y a Juan Schiaretti.
Con el economista no empezaron bien. Ni bien se conoció la fórmula, su bloque de tres miembros (Jorge Sarghini, Graciela Camaño y Alejandro "Topo" Rodríguez) solicitó dos modificaciones: un piso asociado a la variación de la canasta básica de consumo y que las actualizaciones fueran cuatrimestrales y no semestrales.
El segundo pedido fue concedido con creces, porque el Gobierno fijó los aumentos por trimestre, después de un reclamo de los senadores por haber querido considerar el incremento por decreto de 5% de diciembre a cuenta del que regiría en marzo con el nuevo índice.
Al bajar el plazo de actualización, entendieron en la Rosada, ya no fue necesario ese cómputo, aunque habrá un costo fiscal mayor al esperado, otro golpe a Martín Guzmán en su negociación con el FMI. El costo político era mayor.
Pero el piso asociado a la canasta básica no fue tenido en cuenta y por ahora no hubo una expresión de los lavagnistas sobre el proyecto que envió el jueves el Senado. La fórmula combina en partes iguales la recaudación y la variación salarial, medida esta última según el Ministerio de Trabajo (Ripte) o el Indec. Se tomará el que resulte más elevado.
Cambiemos la rechaza porque no incorpora la inflación, que formaba parte en un 70% de la que se aplicó en los últimos dos años del gobierno de Macri. El resto era por Ripte.
El Frente de Todos tiene 118 votos propios, incluido a Massa (que puede hacer uso de su voto cuando lo desee), necesita 11 para la mayoría y apuesta siempre como base a 9 aliados: 6 de Unidad para el desarrollo, el bloque de José Luis Ramón que integran misioneros y rionegrinos; la dupla Felipe Álvarez (La Rioja) y Antonio Carambia (Santa Cruz); y la neuquina Alma Sapag.
Si hubiera una rebelión en este lote llegar al quórum puede convertirse en una tarea muy difícil porque sólo se puede buscar entre los 11 del interbloque federal, un conglomerado que une a los dos socialistas santafesinos (Luis Contigiani y Enrique Estévez), los 4 schiarettistas, los tres de Consenso Federal, el sello de Lavagna, y una dupla que se mueve con autonomía pero supo estar cerca del economista: Eduardo Bucca y Andrés Zottos.
Los socialistas no estarían dispuestos a acompañar y Contigiani tendría un proyecto superador que pondría como testigo, que estudian acompañar algunos lavagnistas, un sector difícil para el Gobierno. No respaldaron la ley que regula el traspaso de la policía federal a la ciudad y le quita fondos de la coparticipación a Horacio Rodríguez Larreta, que sólo fue posible aprobar con cambios por el respaldo de los cordobeses.
Los dirigidos por Carlos Gutiérrez aún no se expresaron y suelen hacerlo siempre cerca de las sesiones con posturas estudiadas por el gobernador Schiaretti, quien empezó a tomarle el gusto a ser necesario para el gobierno sancione las leyes más importantes para ajustar las cuentas con el Gobierno. Uno de los compromisos que asumió Alberto con su provincia es la asistencia al déficit previsional de su provincia.
Los tiempos para sancionar la movilidad urgen: la fórmula que rigió con Macri fue suspendida hasta el último día del año y el 1 de enero debería regir la nueva. De hecho, es el único proyecto que Máximo quiere sancionar como sea en lo que resta del mes, aunque aún no hay fechas.
Lo que es seguro es que el debate en comisiones será fugaz: un plenario de Presupuesto y Previsión Social el día previo a la sesión, como fue esa semana con la ley del aborto. El nuevo protocolo obliga a estar presente para firmar, a excepción de quienes puedan justificar un riesgo de salud.
De correr la próxima semana sin novedades la sesión podría ser la última semana del año, tal vez simultánea al debate del aborto en el Senado, una simultaneidad que se dio este jueves, cuando ambos proyectos tuvieron media sanción.
No faltaron legisladores de Cambiemos como el senador Julio Martínez y el diputado Diego Mestre, ambos radicales, que especularan con una intención de evitar manifestaciones contra la movilidad previsional, porque el aborto acaparó la militancia callejera. Y advirtieron que la escena podría repetirse a fin de año. Todavía no está definido.
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