Lavagna evalúa armar listas de diputados en varias provincias

Lavagna evalúa armar listas de diputados en varias provincias

En su entorno quieren presentar candidatos "anti grieta". En Buenos Aires podrían complicar al Gobierno si llegan al piso y ganan una banca.

 

La tensión de Alberto Fernández con Roberto Lavagna por la escasa colaboración que recibe de sus diputados en el Congreso podría derivar en listas legislativas patrocinadas por el economista para competir en octubre, capaces de complicar los planes oficiales de llegar al quórum propio. 

"Está decidido que vamos a presentarnos nuevamente como en 2019. Una propuesta bien alejada de los dos polos de la grieta", aseguró a LPO uno de los allegados al ex candidato presidencial, que por ahora prefiere no referirse a temas electorales. La fuente aclaró que, de convencerlo, habrá listas sólo "en algunas provincias". 

La principal sería Buenos Aires, donde en los últimos comicios el sello de Lavagna, Consenso Federal, obtuvo 6 puntos y ganó dos diputados. Como explicó LPO, en su búsqueda por llegar a la mayoría simple el Gobierno necesita una buena elección en ese distrito y, si es posible, evitar que proliferen listas chicas capaces de acceder al reparto de bancas.

Se puede conseguir una con sólo 3 puntos, más alcanzables en una elección legislativa en la que los oficialismos suelen caer por el castigo de sus votantes desencantados, que para esto año aún no tienen opciones progresistas opositoras a la vista por fuera de la izquierda tradicional. Mucho menos una con perfil peronista. 

 

Además de los liberales de José Luis Espert, la única alternativa que aparece por fuera de la grieta es el socialismo de Santa Fe, cuyos dos diputados nacionales comparten interbloque con los lavagnistas y en octubre buscarán volver a ganar en la provincia que gobernaron 12 años. Consulados por LPO, sus referentes no descartan trabajar en una "alternativa nacional a la grieta", tarea en la que podrían cruzarse con emisarios del economista.

Peligran otros hombres de Lavagna en el Gobierno, tras el despido de Hourbeigt

La opción de  armar listas de Consenso comenzó a barajarse hace poco más de un mes, cuando el diputado Alejandro "Topo" Rodríguez, jefe del trío lavagnista en Diputados, pidió cambiar a un sistema de boleta única como condición para apoyar la modificación del calendario electoral que reclaman los gobernadores, rechaza un sector del oficialismo y por ahora no define la Rosada. Se sabe, las boletas papel son siempre un problema logístico para los partidos chicos.

Uno de los diputados bonaerenses que termina su mandato es Jorge Sarghini, muy crítico del Gobierno y parte del bloque Consenso Federal junto a sus coterráneos Rodríguez y a Graciela Camaño, electos en 2019. En esa boleta estuvo otro de sus pares con mandato hasta diciembre: Eduardo "Bali" Bucca, coordinador del interbloque que mezcla lavagnistas, socialistas y cordobeses a cargo del gobernador Juan Schiaretti.

La relación entre el presidente y Lavagna se había encauzado después de los comicios, cuando el ex ministro fue bendecido con una nómina de cargos y Alberto esperaba que aceptara sumarse al Consejo Económico y Social. No lo consiguió y no tuvo el respaldo suyo y de sus tres diputados, que se negaron a aprobar sus principales leyes y complicaron el quórum hasta el último día de 2020.

Por caso, en diciembre no colaboraron con la movilidad jubilatoria, tal vez el proyecto más necesario para alcanzar la sostenibilidad fiscal que proclama el ministro de Hacienda Martín Guzmán. Fue necesaria la contribución de los cuatro cordobeses.

 

Córdoba, justamente, es una de las provincias en las que el ex ministro de Economía tiene mayor aceptación y tal vez por eso su relación con el gobernador no es la mejor. 

Marco Lavagna. 

Lavagna, además, no pasó al ostracismo como muchos esperaban: usó su cuenta de twitter para rechazar muchas medidas oficiales como el canje de deuda local por títulos en dólares a largo plazo, dispuesto por Guzmán en un proyecto de ampliación presupuestaria.

Estos episodios indignaron a los referentes del Frente de Todos en el Congreso, que vieron como las leyes se demoraban o se frustraban por la falta de respaldo de una fuerza política con varios cargos en el Ejecutivo. El principal es el de Marco Lavagna, hijo de Roberto, actual titular del Indec y con aspiraciones de competir alguna vez por la jefatura de Gobierno de la Ciudad, otro de los territorios donde cotiza su apellido.

En 2019, cuando todavía era diputado del Frente Renovador de Sergio Massa, Marco estuvo muy cerca de renovar por la Ciudad, le había alcanzado con la cosecha de las primarias pero quedó a muy pocos votos en las generales, que es la que vale. En su entorno cuentan que gestionó su lugar con el presidente y dialoga sin intermediarios, mientras que los demás allegados a su padre bendecidos con cargos no conocen la Casa Rosada.

Uno fue Carlos Hourbeigt director del Banco Central hasta hace dos semanas, cuando renunció y fue reemplazado por el hasta entonces secretario de Hacienda Diego Bastorurre, mano derecha de Guzmán. Aún queda en el directorio Zenón Alberto Biagosch, cercano a Lavagna. A Alberto no parce molestarle porque incluyó los pliegos del organismo entre los temas que quiere que trate el Congreso en febrero. 

El ex ministro, además, logró colar a dos embajadores de su confianza: su ex secretario privado Leonardo Constantino en Francia y a Rodolfo Gil en Portugal. En el oficialismo del Senado no pueden creer como en febrero levantaron la mano por el último de ellos (no fue necesario con Constantino porque es diplomático de carrera) y vieron estrellar leyes que enviaron a Diputados por falta de apoyo del trío lavagnista.

"El problema del peronismo siempre fue que se nos iba la mano con la presión, no que nos quedábamos cortos. Esto es inédito", se indignó ante LPO uno de los referentes del bloque conducido por José Mayans que suele chatear con el presidente. Nunca le pidió explicaciones.

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