Los sondeos sobre índices de aprobación de los centros de investigación arrojan una caída sostenida de la imagen del magnate inmobiliario, acrecentada por las últimas filtraciones. A esto se suma la pelea con los grandes líderes de su partido.
El rechazo a la figura del candidato republicano, Donald Trump, por parte de la comunidad latina, y en especial de las mujeres de este sector, creció exponencialmente durante las últimas semanas, al punto de que algo más del 80 por ciento de las latinas registradas para votar tiene una mala imagen del magnate. Simultáneamente, Donald Trump se proclamó libre de “grilletes” y lanzó una ola de ataques desde Twitter contra líderes del partido que espera llevar a la Casa Blanca, en una peligrosa estrategia que busca frenar una sangría de apoyos pero que amenaza con sumir a los republicanos en el caos total a un mes de los comicios.
Los sondeos sobre índices de aprobación que desde el 11 de septiembre viene desarrollando el instituto de investigaciones Latino Decisions arrojan una caída sostenida de la imagen de Trump, tendencia que se vio acrecentada con las nuevas declaraciones despectivas sobre la ex Miss Universo Alicia Machado, por parte del postulante que 20 años antes ya la había maltratado. Lo cierto es que a un mes de las elecciones, los números arrojan que el líder republicano perdió en cuatro semanas nueve puntos porcentuales entre los latinos registrados para votar, pasando de un apoyo del 25 por ciento al 16 por ciento.
La tendencia se agudiza entre las mujeres: el 82 por ciento de las latinas tienen mala imagen de Trump, una cifra que en el caso de los hombres es ligeramente inferior, del 76 por ciento.Tres cuartas partes de los votantes latinos registrados creen que las declaraciones de Trump sobre Alicia Machado son una falta de respeto a las mujeres.
Estos números podrían empeorar, ya que la última muestra comenzó a hacerse el 2 de octubre, cuando aún no se había conocido un audio de 2005 en el que el polémico empresario se despacha con comentarios misóginos y asegura hacer lo que quiere con las mujeres en función de su poder.
A lo largo de las cuatro semanas de encuestas de Latino Decisions, la candidata demócrata Hillary Clinton mantuvo un apoyo constante entre los hispanos, con un respaldo mayor entre las mujeres. Los índices se conocen el mismo día en que otro estudio, esta vez uno del Centro de Investigación Pew, aseguró que pese a las reiteradas declaraciones hostiles a los inmigrantes del candidato presidencial republicano, la preferencia política de los norteamericanos de origen latino no ha sufrido grandes variaciones respecto de las elecciones de 2012.
Este reconocido centro de estudios realizó una muestra que arroja que algo más de la mitad de los votantes latinos registrados, un 54 por ciento, sigue considerando que el Partido Demócrata está más preocupado por ellos que el Partido Republicano, mientras que apenas un 11 por ciento cree que los conservadores se preocupan más por esa minoría.
Este escenario no expresa grandes cambios respecto de 2012, cuando un 61 por ciento de los latinos consideraba que los demócratas se preocupaban más por los hispanos, contra un 10 por ciento que decía eso de los republicanos.
La encuesta nacional del Centro de Investigación Pew, con sede en Washington, se llevó a cabo del 23 de agosto al 21 de septiembre, entre 1507 adultos latinos, incluyendo 804 votantes registrados, y tiene un margen de error de más menos 3,3 puntos porcentuales.
El 75 por ciento de los votantes hispanos registrados afirmó que los comentarios de Trump sobre sobre los latinos y otros grupos fueron temas de conversación con familiares, amigos o compañeros de trabajo en el último año. El mismo porcentaje dice que los comentarios del candidato han influido “mucho” para su voto de cara a las elecciones presidenciales, y dice que está “absolutamente seguro” de que va a votar en los comicios del 8 de noviembre. Según el Centro Pew, cerca de seis de cada diez votantes registrados latinos (58 por ciento) están a favor de Clinton, mientras que el 19 por ciento respalda a Trump.
Lo cierto es que antes y durante la campaña electoral, Trump pronunció un sinfín de expresiones despectivas sobre los inmigrantes, no solo latinos, que provocaron el rechazo de buena parte de las colectividades. El fin de semana, Ryan tenía previsto hacer su primera aparición pública con Trump en un acto en su estado de Wisconsin, en apoyo a su reelección como representante, pero la suspendió después de que se conociera el video en el que el magnate alardea de poder besar y manosear a las mujeres porque es poderoso.
Entre otras cuestiones, el magnate ha causado malestar por llamar “violadores” a los migrantes indocumentados que llegan de México y por proponer la construcción de un muro en la frontera sur para frenar ese fenómeno.
La gran mayoría de la treintena de senadores, representantes y gobernadores que se abrieron de Trump buscan su reelección el 8 de noviembre, cuando, además de elegir presidente, los estadounidenses renovarán el Congreso y el gobierno de varios de los 50 estados.
Según dirigentes que participaron de la teleconferencia de ayer, Ryan dijo a otros congresistas republicanos que ya no apoyará a Trump y que concentrará sus esfuerzos en que Clinton no obtenga un “cheque en blanco” con un Congreso dominado por los demócratas. El líder republicano recibió tanto apoyo como críticas de los miembros de la Cámara de Representantes, en un reflejo de la desunión y el descarrilamiento de la estrategia electoral de la agrupación conservadora a menos de un mes de las elecciones.
En un fuerte ataque a Ryan, lleno de rencor, Trump afirmó ayer que los congresistas republicanos “se volvieron locos” ante la deslealtad del “débil e incompetente” líder. “¡Es difícil que te vaya bien cuando Paul Ryan y otros te dan cero apoyo!”, tuiteó también el candidato, y agregó, pese a no ser cierto, que no hubo encuesta que no lo diera como ganador del debate que mantuvo con Clinton el domingo pasado, el segundo de los tres previstos antes de las elecciones.
Trump también atacó al “grosero” senador John McCain, uno de los conservadores de mayor perfil que le han retirado el apoyo después de divulgarse el video.
El entorno de Trump defendió que su campaña puede sostenerse aun sin la ayuda de Ryan y de otros grandes nombres del partido, porque Trump siempre estuvo impulsado por un movimiento de votantes de base, y no desde Washington.
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