Larreta con los radicales, el reto a Massa y las definiciones en la Corte Suprema

Larreta con los radicales, el reto a Massa y las definiciones en la Corte Suprema

Por 

Ignacio Zuleta

La oposición bajo el paraguas de convivencia

La oposición mira con lupa cómo se comportan los caciques que tienen candidaturas en carrera y que tienen responsabilidad de gobernar. Igual se cuidan para convivir y multiplicarse. Lo de siempre: ¿Cómo hacen el amor los erizos o los puercoespines? Con cuidado. Horacio Rodríguez Larreta cuenta con el apoyo negociado de sus socios del radicalismo. La relación, como el dólar de Pesce, es una flotación administrada.

Estuvo con ellos en Corrientes después de que Gerardo Morales, Gustavo Valdés y Rodolfo Suárez se negasen a firmar la queja de los peronistas ante la Corte. Larreta tiene la mochila del recorte de los fondos policiales, pero tiene que convivir con proyectos como el de Cannabis del radical Morales o las batallas del mendocino Suárez por el desaire de la Nación que frena la construcción de la represa de Portezuelo del Viento. La convivencia los obliga a un juego de escorpiones. Larreta fue a Corrientes el viernes sabiendo que Morales avala la firma de su ministro de Economía contra los reclamos de la CABA por los fondos policiales. "Él sabe cuál es la posición de nosotros frente a ese tema, como frente a los subsidios a la energía en el AMBA", dice Morales. Es un tema bajo paraguas de convivencia, admite Larreta.

Morales multipartidario y catalán

El PRO que no gobierna provincias, salvo el AMBA, tiene una mirada atenta hacia los que sí la tienen. Suárez, de Mendoza, tiene un pliego de quejas hacia la Nación por Portezuelo, pero ha seguido recibiendo el dinero para esa construcción pese a las dilaciones de Alberto. Morales sostiene que no tiene por qué pedirle a nadie permiso para hablar con quiera. Esta semana está en Barcelona junto a Matías Kulfas, ministro con bolilla negra del cristinismo, para participar de un congreso sobre hidrógeno verde, al que viaja también la gobernadora Arabela Carreras.

Estos proyectos multipartidarios habilitan reuniones de Morales con el ex mandatario de Río Negro Alberto Weretilnek, senador para-oficialista, pero a quien interesó por proyectos entre Jujuy y el INVAP, empresa rionegrina. Morales vuelve el viernes para estar en La Matanza con la mesa nacional de Juntos por el Cambio. Se verá con Macri, después de cruzarse dardos. Ese mismo día Macri se va a Qatar y Arabia Saudita, pero antes de ese encuentro, también dio un entre turno para verse a solas con Larreta.

Pichetto nacionalizado

También va a la reunión en La Matanza Miguel Pichetto, que aporta a la Coalición el producto de un barrido de 24 provincias. En 5 de ellas tiene inscripto al partido Encuentro Republicano Federal, con lo cual gana chapa como partido nacional. En Parque Norte juntó 1.500 dirigentes del nuevo sello, con asistencia de varios exgobernadores: Ramón Puerta, Juan Carlos Romero, José Estabillo, Jorge Sobisch, Jorge Telerman y el radical Horacio Massaccesi -comprovinciano y amigo que no se la quiso perder. Pichetto aportó novedades argumentales: 1) se suma a la pelea por la “identidad” que propone Macri. Se diferencia en esto de otros dirigentes de Cambiemos, como Morales o Larreta que le quitan importancia a ese debate porque, afirman, ellos no tienen problemas de identidad. Dijo que hay candidatos por las encuestas, otros por voluntad propia otros porque tienen, como dijo de sí mismo, un programa. 2) Lanzó su candidatura a presidente con el solo límite de la unidad de JxC. Una señal más que importante dirigida a los precandidatos, cuyo voluntarismo puede poder en riesgo la unidad de la coalición. Esto tiene nombres: Mauricio Macri y Patricia Bullrich. En Corrientes hubo bromas por la pasión identitaria que plantea Mauricio cuando se queja de que Diputados aprobó el ley de Cannabis Medicinal, que había recibido votos de su propio partido cuando la sancionó el Senado. 3) Tuvo un hallazgo discursivo con su crítica a la ocupación de la plaza el 1° de Mayo -día del Trabajo- por organizaciones de no-trabajadores. 4) Hasta se permitió el humor, cuando rompió una copa de agua que le acercaron al estrado: “No es nada romper una copa, lo malo es romper un espejo, que trae mala suerte”.

Senadores amenazan con ayudarlo a Massa

Dos feriados de miércoles -el 18, Censo; el 25, fiesta patria- le dan un descansadero al hormiguero de intrigas que es el Congreso. Lo aprovechan oficialismo y oposición para ajustes de cuentas internos que tiene una sola agenda: atornillar posiciones para el 2023, año de elecciones. El torneo más agrio transcurre en el peronismo, ardido de diferencias propias, que viene de una derrota padre el 14-N, y cuyos arúspices le vaticinan otra en las presidenciales del año que viene (Arúspice: dícese del sacerdote que en la antigua Roma examinaba las entrañas de las víctimas para hacer presagios).

El Senado dio oportunidad para un despacho de diferencias entre las tribus que simboliza su estado de ánimo. José Mayans, presidente de uno de los dos bloques cristinistas, lo apuntó a Sergio Massa como responsable de la demora en la constitución de las comisiones. Al Senado le importan las comisiones bicamerales en las que el oficialismo acumula la artillería de la Cámara, que domina con amplia mayoría de bancas. Esas bicamerales, como la de los DNU, siguen sin integrarse, por las diferencias entre los diputados después de la salida de Maxi Kirchner de la presidencia del bloque y su reemplazo por Germán Martínez.

Este legislador representa una trama no resuelta que tejieron Massa y Alberto Fernández, que sólo completará el desembarco en el gabinete de Agustín Rossi, valedor de Martínez. Mayans, un librepensador que fusiona la ironía con la dureza verbal, mandó un misil a los Diputados en un airado rap durante la sesión del jueves. “En las bicamerales estamos teniendo inconvenientes con Diputados -ironizó el formoseño-. O sea, Diputados no se está poniendo de acuerdo en cuanto a la proporción y a los nombres de las comisiones bicamerales. Hice el pedido varias veces, tanto al presidente de la Cámara como al presidente de nuestro bloque. Vamos a tener que ayudarlos en eso, para que los presidentes de ambos bloques propongan a las personas, se pongan de acuerdo y las comisiones bicamerales puedan funcionar”.

Diputados, maestros de la “lentificación”

El Senado moviliza el proyecto que aprueba con 37 votos -como el blanqueo, para conmover a los exiliados fiscales- pero que saben que van a morir al cementerio de los elefantes de Diputados. Quedan en espera eterna porque la división en la Cámara baja entre los peronismos se agrava por el virtual empate en bancas con la oposición. Mayans dice que Massa necesita ayuda, una manera de señalarle un fracaso en su conducción. Como Massa es el elemento más activo de la trifecta presidencial, con Alberto y Cristina trabados en un clinch, los senadores ven que pasan los días y su mayoría no sirve para nada.

En Diputados la estrategia de Massa es no sesionar salvo que sea imprescindible. También busca impedir que la oposición los arrincone con proyectos gourmet, como Boleta Única, que expone al oficialismo al desprestigio en el público moderado, que cree que es la solución a todos los problemas porque retoca un sistema siempre sospechado como son las elecciones. Massa y Martínez responden a la oposición con una martingala: cada reunión de comisión por Boleta Única va a ser contrarrestada por otra para discutir el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura, ya aprobado en el Senado.

El doblete está en la agenda del martes, porque este fin de semana fueron citadas las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia por el proyecto del Consejo de la Magistratura. El proyecto viene del Senado con media sanción (Expte. 9-S-2022) y en el temario pusieron los proyectos presentados por los diputados en los últimos años. Para dilatar sesiones, no se puede hacer más lento, diría el maestro René Lavand, pedagogo de la lentificación. Con eso demoran los tiempos y ganan tiempo para el objetivo de mantener muy espaciadas las sesiones. Cada vez que hay sesión, vuelve a mostrarse el empate entre oficialismo y oposición. Esto debilita las chances de Massa de mostrar algún poder que lo habilite a las aventuras que discute con sus amigos, como intervenir en el gabinete reformado sin Martín Guzmán, o encarnar alguna singladura para salvar al peronismo de Buenos Aires del hundimiento del cristinismo. La ayuda de Mayans, que expresa al cristinismo, es una intervención para controlar lo que queda del mandato de Alberto, un año y medio de pato rengo, casi en silla de ruedas.

Corte: manos libres para decidir sobre fondos porteños

Para el peronismo, el debate sobre el Consejo de la Magistratura es un foro para hostigar a la Corte, que es también atendida por el Senado con audiencias para discutir su ampliación. Para el oficialismo, la confrontación con la Corte es tan importante como desarmar a la oposición que se mueve con aire ganador. El tribunal hace músculo con estas agresiones, ante el único público que atiende estos proyectos, que son casi para expertos, como Boleta Única, integración del Consejo o ampliación del tribunal. Es el público moderado de las grandes ciudades que termina decidiendo el rumbo de las elecciones. Para decirlo macrísticamente, es el público del banderazo, al que Mauricio Macri quiere preservar con los llamados a cuidar la identidad del PRO y los valores identificados con el Cambio, aunque sean a costa de amenazas la Unidad.

La Corte tomó nota esta semana de que la Nación y el gobierno de Larreta no cumplieron con el pedido que les hicieron, para llegar a un acuerdo político por las diferencias en el reparto de fondos de la coparticipación. El ritualismo de los plazos es aquí trivial. En el tiempo que se tomaron en discutir esas diferencias nunca llegaron a acercar posiciones. Al final pidieron una extensión del plazo hasta el 11 de mayo, nada más que para esperar que "Wado" de Pedro regresase de una gira con gobernadores por Israel y que el anuncio del fracaso no ocurriese en ausencia del ministro del Interior. El gobierno teme que la Corte apure ahora la solución de la medida cautelar que pidió Larreta, para que dejen de descontarle la plata hasta que se resuelva el tema de fondo, algo que puede llevar años. Como ejemplo, el fallo “Sancor” por la quita de fondos previsionales a Santa Fe, San Luis y Córdoba, duró 8 años.

Inminente fallo sobre la cautelar

Con los ataques a la Corte, el Gobierno se previene de que el tribunal admita la cautelar de Larreta y reponga los desembolsos que había dispuesto el gobierno de Macri. El motivo que argumentó la CABA es que el decreto y la ley que logró Alberto para el recorte violaba el principio de “federalismo de concertación”, que impone que una quita debe ser negociada entre las partes. Entre el reclamo de la CABA y lo que quiere pagar la Nación hay una diferencia que puede zanjar el último informe de la Comisión Federal de Impuestos, el foro de ministros de economía de las provincias. El CFI dice en ese informe (que firma la mayoría de las provincias, hasta el ministro del radical Morales) que el monto para pagar la policía porteña está en los $11.000 millones. La CABA reclama unos $ 18.000 millones y la Nación les quiere reconocer sólo $ 8.000 millones.

Con estos números, si la Corte quiere preservar el "federalismo de concertación" pero no infringirle una derrota al Gobierno, tiene el recurso de admitir el recurso, y que se repartan las cargas, reconociendo el monto que señala el CFI. La respuesta de los gobernadores ante este entuerto de inminente resolución en la Corte fue instintiva. 19 de ellos firmaron un escrito ante el tribunal para pedir que los dejen participar en el expediente con la figura de "amicus curiae". También amenazaron con "presentar acciones judiciales complementarias destinadas a corregir las distorsiones observadas en diversos decretos que afectan la disponibilidad de nuestros recursos."

Para el gobierno de Larreta esos pronunciamientos son signos de debilidad. El debate sobre los recortes a las rentas de la CABA dejarían en claro que el dinero que le quitó la Nación no era de las provincias, por lo cual no afectaban a la coparticipación. El Gobierno, para blindar la quita de fondos, repartió lo recortado entre las provincias para cosechar apoyos.

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