Son dos dirigentes que compartieron partido y casi van juntos en la lista de la última elección. Dialogan una vez por semana y ahora realizan recorridas para entender a los que apoyan al Gobierno. La exploración de una tercera alternativa a Javier Milei y Cristina Kirchner.
Por
LUCAS BO
La polarización en Argentina se mantiene pero ya no es Cristina Kirchner- Mauricio Macri, sino que el presidente Javier Milei reemplazó a su aliado de cara a las elecciones 2025. Quienes rechazan la figura de CFK y están cansados de los actores que gobernaron los últimos años entregaron al libertario la conducción del país. El peronismo-kirchnerismo sigue siendo la principal oposición y lo que se conoce como la “tercera vía electoral” no tiene aún una conformación. Por eso, quienes buscan ubicarse ahí empezaron a conversar de cara al año próximo. Horacio Rodríguez Larreta y Emilio Monzó son dos de los que exploran una alternativa al Presidente y los dos polos del arco político. Lo hacen con recorridas para escuchar a los afectados del ajuste y entender al votante del Gobierno, pero también mostrándose junto a los sectores más duros.
Supieron estar en Cambiemos y hasta Larreta tentó a Monzó para ser su jefe de campaña aunque el bonaerense prefirió a Patricia Bullrich. Desde que asumió Milei y Bullrich se sumó a su Gabinete, el diputado se alejó y este año volvió a acercarse al porteño y se reúnen semanalmente.
El ex jefe de Gobierno está en el llano y se dedicó a procesar la dura derrota electoral que lo afectó emocionalmente y lo hizo darse cuenta de lo que la sociedad pedía. Desde un comienzo se diferenció en las formas y también en parte del fondo aunque nunca expresó un férreo rechazo. Desde la Cámara de Diputados, Monzó fue uno de los “dialoguistas” que colaboró a que el Gobierno tuviera las primeras herramientas de gestión como es el caso de la Ley Bases y el paquete fiscal.
“Ni con Cristina ni con Milei”, repiten ambos y se aferran a la prédica de la mesura ante la violencia de Milei de la que ellos mismos fueron objeto. Los une la creencia de que con Milei la discusión pasa más por “sistema o antisistema” y que si bien el péndulo hoy está en el segundo, ambos confían en volverá a la sensatez y a la revalorización de la gestión por lo que es ahí donde creen que tienen una chance.
Larreta se mantiene activo, pero sin dar entrevistas. En cambio, Monzó habló en CNN Radio y salió al cruce de la violencia discursiva de Milei: “No le importa debatir ideas, le importa si estás o no con él”. Además de considerar que el Presidente "tiene un trastorno de personalidad y es tóxico para la democracia", evaluó que “hoy no hay alternativa política al Gobierno de Milei” y que la misma “nacerá de la demanda”. Ahora, el ex titular de la Cámara de Diputados y ex intendente de Carlos Tejedor volverá al silencio un par de semanas.
Por su parte, el medio que eligió Larreta para hablar en este tiempo fueron las redes sociales, en las que comparte críticas más o menos explícitas a Milei como también recorridas por la Ciudad y por algunas provincias en las que asesora desde su fundación Movimiento al Desarrollo (MAD) a gobernadores e intendentes en asuntos de gestión. Esta semana estuvo por Avellaneda y tiene previsto reunirse con Dani Rodrik, economista y profesor de la Universidad de Harvard con el que tiene una mirada similar sobre la vinculación del sector público-privado para emprender políticas desarrollistas. Rodrik recibirá la distinción de Doctor Honoris Causa de parte de la Universidad de Buenos Aires y disertará en la Facultad de Ciencias Económicas sobre “Por qué los mercados necesitan del Estado”. A Milei no le gusta esto.
Larreta también mantiene encuentros que inevitablemente tienen una conexión electoral, como el que ocurrió en Tigre junto al intendente Julio Zamora y el que se dio la semana pasada en la localidad bonaerense de Suipacha junto a Monzó y los también diputados Nicolás Massot y Álvaro González.
Desde sus equipos aseguraron que no se trató de una reunión política sino de una conversación con un productor agropecuario para escuchar la realidad del sector. Para especialmente comprender las razones del voto a Milei y, aún más, su acompañamiento pese al ajuste.
La explicación se encuentra en la grieta. “El que lo banca a Milei no lo banca tanto por él y sus medidas sino por miedo a que vuelva Cristina”, resumieron como conclusión de una conversación en la que entendieron también que “está latente el gobierno de Alberto Fernández”. Por lo que “el anti K” que Milei absorbió todavía rinde en su electorado que estiman que está en torno a lo que cosechó en las PASO.
Cerca de ambos confiaron que estas recorridas se van a repetir. Tienen previsto seguir por el interior bonaerense y también por el conurbano para escuchar también la situación de clubes de barrio, universidades, jubilados y quienes no pueden comprar medicamentos. Pero en el futuro cercano no habrá una nueva foto de ambos ni con otros dirigentes. Desde que perdió la interna, Larreta le escapa a la foto compulsiva con políticos que lo caracterizó en la campaña. Según conoció El Destape, a su mesa política le confió como aprendizaje: “No es momento de unificar el centro porque eso es hacerle el juego a Milei para que diga ahí está la casta”.
Qué alternativa a Milei piensan Larreta y Monzó
Larreta y Monzó no están trabajando en un armado político clásico que termine en una foto. Sus armadores señalaron que el foco lo ponen en “construir una opción sensata, que evite los extremos y ofrezca respuestas profesionales y realistas” a los problemas del país. Allí ven sintonía con los radicales Facundo Manes y Martín Lousteau, y Elisa Carrió. Pero también a peronistas no K como Miguel Ángel Pichetto, Florencio Randazzo y Diego Bossio.
Eso sí, son conscientes que “no garpa” el centro por el recrudecimiento de la polarización. “No hay electorado, pero ellos creen que la salida está por ahí”, precisaron desde ambos equipos. En Casa Rosada les dan la razón porque fuentes del Gobierno aseguran que “el centro no existe más” y no dudan en agrupar desde un mismo lado a kirchneristas como a Larreta, Monzó, Manes, Lousteau y Carrió. “Es nosotros contra los zurdos”, sintetizaron.
Al que no ven en ese armado es a Mauricio Macri porque evalúan que el PRO “terminará indefectiblemente en un acuerdo indigno con Milei” por lugares en las listas. De los nombres se desprende que son dirigentes que conformaron Cambiemos/Juntos por el Cambio. Con ironía, desde los entornos de Larreta y Monzó aseguran que a diferencia de Macri ellos están en el mismo lugar: “Los que estábamos en Juntos por el Cambio, seguimos estando y representamos lo mismo que cuando fuimos gobierno”. Y le achacan al ex Presidente su contradicción respecto del conflicto universitario ya que en 2019 decía que no estaba en discusión que había que “pagar los mejores salarios posibles en la universidad”.
En las últimas votaciones en Diputados, el bloque Encuentro Federal que agrupa a varios de estos nombres -entre los que también están Massot, Margarita Stolbizer, Oscar Agost Carreño y los socialistas-, impulsó la nueva fórmula jubilatoria y ampliación del financiamiento universitario y sostuvieron posturas para rechazar los vetos de Milei,que se mantuvieron principalmente por el acompañamiento del bloque que conduce Cristian Ritondo.
A ellos hay que sumarle al larretista Álvaro González, producto del alejamiento del ex jefe de Gobierno de la nueva conducción del PRO con Macri al frente, como también a la Coalición Cívica de Elisa Carrió, espacio que muestra sintonía con Larreta y Monzó pese a armar su propia bancada articula con Encuentro Federal. Desde que mostraron una oposición más férrea, la Casa Rosada decidió cortar el diálogo con estos legisladores.
Hay sintonía, pero la diversidad de actores complejiza la síntesis. Desde un sector que pretende conformar la nueva tercera vía pone reparos en las personalidades de varios de estos protagonistas recuerdan que la salida de los “lilitos” del bloque fue producto de “la vanidad” de Carrió como también advierten que en un eventual interbloque con los 12 radicales que se fueron del bloque de la UCR “algunos no quieren quedar bajo la sombra de Pichetto”.
El armado que Larreta y Monzó pretenden todavía no tiene una forma definida, pero tampoco se apresuran a dársela en las legislativas porque consideran que serán 24 elecciones que no serán en el marco de un frente nacional sino que tendrán lógicas locales. Está la pretensión de romper con la dicotomía de que “si no sos libertario, sos kirchnerista”. Hay charlas y empezaron a salir, pero esa “idea” distinta y ese frente recién se vislumbra para 2027.
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