Los familiares de Carlotto contaron cómo fue la reunión con Guido
Después de 37 años, del abrazo infinito y de las lágrimas, los Carlotto se sacaron una foto con Guido. Estaban Estela, con los ojos todavía rojos por la emoción, y sus tres hijos: Kibo, Remo y Claudia. Y Guido.. el hijo que tuvo Laura en cautiverio, antes de ser asesinada durante la última dictadura.
Frente a la cámara, la familia sonrió. En la copia digital del retrato, soñado a lo largo de tres décadas, se reconocieron todos con una mano estirada hacia Guido. O hacia Ignacio Hurban: así lo llamó el matrimonio que lo crió. En cualquier caso, hacia el nieto, y el sobrino, recuperado.
"Todos estamos tocando a Guido... sí, fue como volver a tocar a Laura", dijo Kibo Carlotto, uno de los presentes en el encuentro y en la foto que por fin llenará los portarretratos vacíos.
El martes, aún estremecida por la emoción y antes de concretar el abrazo, Estela había anunciado la recuperación del nieto 114 de las Abuelas de Plaza de Mayo: su nieto, Guido. Fue entonces que habló de la silla y los portarretratos vacíos a lo largo de tres décadas. El miércoles, finalmente todos se sentaron a la mesa de los Carlotto, en La Plata, para dialogar, para reconocerse, para sentir la presencia del joven músico que se crió en un remoto paraje rural en Olavarría.
"Pacho" -tal es el sobrenombre del nuevo nieto recuperado- llegó desde Olavarría con su mujer, Celeste, y con unos pocos amigos músicos.
En la puerta de la casa familiar lo esperaban Estela, Kibo, Remo y Claudia. "Nosotros lo abrazamos efusivamente. Él quizá no tanto... claro, es comprensible", dijo Kibo Carlotto.
Guido buscó directamente a Estela y se fundió con ella en un eterno abrazo. "Los dos lloraron juntos", relató el hombre, aún conmovido por esta historia de amor y reencuentro.
Anteayer, la reunión se extendió desde las tres de la tarde hasta las once de la noche. El nieto de Carlotto y su mujer durmieron en esta ciudad y ayer todos volvieron a verse.
Fue un nuevo reencuentro. Distinto. Ayer, el hombre que creció sin hermanos en la soledad del campo conoció repentinamente a decenas de primos y primas. Muchos de su edad. Y varios, como él, músicos. Y allí, una nueva sorpresa: Guido conoció a los primeros familiares por parte de su padre, Walmir Oscar Montoya.
Dos mujeres jóvenes, hijas de Jorge Montoya, hermano de Walmir Oscar. El encuentro con la otra abuela, Hortensia, que lo espera en el Sur, llegará en los próximos días.
"Guido es muy abierto, muy comprensivo de estas situaciones", relató su tío, que es secretario de Derechos Humanos de esta provincia. Y agregó: "Somos muy parecidos en ese sentido", aunque aclaró que en el aspecto físico Guido "es un calco del padre".
El funcionario reveló que Ignacio Hurban se enteró de que no era hijo de Juana y Clemente Hurban en su último cumpleaños, es decir, en junio pasado, hace dos meses. "Guido se enteró en su último cumpleaños de que no era hijo de quienes lo criaron", reveló. "Hace apenas un mes, Abuelas de Plaza de Mayo recibió el primer correo electrónico de Guido dando cuenta de su inquietud por conocer su identidad", agregó Claudia, su tía.
Todos destacaron que "quienes lo criaron lo hicieron de buena fe, no sabían nada" de su condición de hijo de personas asesinadas durante el terrorismo de Estado. En este sentido habló Estela, que se refirió a Clemente y Juana Hurban, dos peones rurales que viven en Colonia San Miguel, Olavarría: "Si lo criaron bien, yo se lo quiero agradecer", dijo.
La titular de Abuelas describió las sensaciones que le dejó el encuentro con su nieto."Yo no lo quería ni tocar (para no abrumarlo) pero el abrazo que le di fue un abrazo contenido de tantos años", contó. Y fue más allá: "Yo pienso en Laura. Le dije: pensar que estuviste en su pancita. Yo te esperé con el ajuar El me dijo: Acá estoy, soy el mismo"
"Pacho" ya admiraba a la presidenta de Abuelas: "Cuando se enteró, bromeó: «Si soy nieto de desaparecido quiero el 'top ten': o de Estela o de nadie»", dijo Claudia. Es de Estela, la que ayer, una vez más, lo abrazó, besó y fotografió. Hasta Cristina Kirchner habló del reencuentro: "El mensaje que nos dejan Guido y Estela es que vale la pena luchar", dijo ayer.
En estos dos primeros días, la música ayudó a reconocerse a esta familia desmembrada. Ahora, todos esperan escuchar a Guido tocar el piano..
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